“Yo siempre estaba pendiente de él. Todo lo que me pedía para sus estudios, se lo daba. ¡Ay, mi Isma! ¡Cómo te me fuiste así!”, era la frase que gritaba, en medio de su dolor, Elizabeth Herrera Ospino, quien estaba sentada a las afueras de la morgue de Medicina Legal a la espera de que le entregaran el cuerpo de su hijo, Ismael Cortina Herrera.
La víctima, de 13 años, falleció el viernes a las 4:30 de la tarde, cuando se metió a una poza en Bayunca, donde vivía, a bañarse con unos amigos. Todos salieron, menos este menor.
Según narraron sus familiares, Ismael le dijo a su madre que se iba a quedar en Bayunca, pues ella, al parecer, le había indicado que la acompañara a la localidad de Arroyo de Piedras al entierro de un conocido, pero el menor le dijo que se iba a quedar con sus amigos.
“Le dijo a su mamá que él mejor se quedaba con sus amigos recogiendo mangos; y ella no quería dejarlo, pero después aceptó que se quedara”, indicó la familiar.
Cuando el menor salió de su casa, en el barrio La Umata, de Bayunca, se encontró con sus amigos y, según se enteraron sus familiares después, no se fueron a recoger la fruta que él había dicho, sino que caminaron hasta la poza La Mona, que está en un predio cerrado, pero es muy utilizada por la comunidad.
“Lo que dicen los amigos es que cuando llegaron comenzaron a bañarse y cuando él se tiró, comenzó a hacer señas de que se estaba ahogando y se hundió. En ese momento los amigos entraron a rescatarlo”, dijo su hermano mayor.
Los amigos de Ismael, al ver que él gritaba y movía los brazos de manera desesperada y luego desapareció en el pozo, se preocuparon y de inmediato se lanzaron al agua en su búsqueda.
Según se conoció, pasaron unos pocos minutos, cuando uno de ellos sacó la cabeza a la superficie para indicar que lo había encontrado.
“Ellos, como pudieron, lo sacaron a la orilla y mientras intentaban ayudarlo, pasó un muchacho en una moto y los ayudó para llevarlo hasta el CAP”, añadió el familiar.
Gritando y pidiendo ayuda llegaron los más de cuatro niños que estaban con Ismael al puesto de salud de este corregimiento, en donde los médicos de turno, por más que le prestaron una atención oportuna, no pudieron hacer algo para salvarlo. Había llegado sin vida al CAP.
Los amigos de este menor quedaron estupefactos al recibir aquella triste noticia, pero sabían que debían contarles a los familiares de Ismael, por lo que salieron hacía el barrio La Umata a decir lo ocurrido.
“Los niños llegaron tristes a la casa y dijeron que Ismael se había ahogado y que estaba en el CAP. De inmediato, una familiar se fue a Arroyo de Piedras a contarle a la mamá, quien asegura que ella presentía que algo iba a pasar”, explicó el ser querido, mientras la señora Elizabeth seguía recordando a su hijo y llamándolo a gritos.
El fallecido era el tercero de cuatro hermanos y un niño ejemplar. Sus parientes aseguraron que le gustaba mucho estudiar y que su sueño era poder tener una carrera profesional para ayudar a su mamá y demás familiares.
“Él siempre iba juicioso a su colegio, era un buen chico, un buen hijo. Lo voy a extrañar. Yo vendía bollos para poder comprarle sus cosas para el colegio. ¡Ay mi Isma, mi hijo!”, dijo la mamá.
Para las vacaciones planeaba a venir a Cartagena, al barrio El Pozón, a pasarse unos días con sus otros hermanos.
Algunos residentes de Bayunca contaron que la poza está encantada y que, al parecer, ha salido de ahí un mohán. “A tres personas les ha aparecido ese mohán. El primero fue a un pescador, quien lo atrapó al coger el trasmallo, pero al verse en la superficie desapareció. Después fue a un joven que se metió a nadar y sintió que algo lo haló y, al voltear, vio al hombre grande con cabello largo. La tercera persona iba pasando y lo vio ahí sobre la poza”, indicó uno de los moradores.
En esta poza, que es utilizada por los habitantes del corregimiento como una playa, todos los días va gente a bañarse, pescar o incluso a hacer picnic a su alrededor. Se han ahogado varias personas.
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