Leydi Hernández, una hermana de José Eberto Hernández Millán, dijo que este no tenía nada que ver con asuntos de narcotráfico y que murió por estar en el lugar equivocado.
Hernández Millán tenía 35 años, era natural de Tuluá (Valle), era soldador y tenía un mes de haber llegado a Cartagena en busca de trabajo. Era casado y tenía dos hijos.
El pasado miércoles 26 de julio, Hernández Millán fue hallado muerto a balazos, junto con otro hombre conocido como Donaldo Verbel García. Ambos cadáveres estaban en un vehículo en la trocha de Aguas Prietas, jurisdicción del municipio de Turbaco.
Las autoridades dijeron, en su momento, que la muerte de Donaldo Verbel García obedecía a un ajuste de cuentas entre personajes del narcotráfico.
Pero ayer, la hermana de Hernández Millán contó que este laboraba como soldador en Tuluá y nada tenía que ver con las redes del narcotráfico, pero de un momento a otro resolvió venir a Cartagena a probar suerte.
El jueves su esposa vio la noticia en la web de El Universal y avisó al resto de la familia.
Los Hernández Millán no conocían a Cartagena, ni tenían pensado conocerla por ahora y mucho menos en estas condiciones, pero la noticia los hizo organizar el viaje para el respectivo reconocimiento, sobre todo para dejar en claro que su pariente era un hombre de bien, que tal vez no sabía con quiénes estaba tratando.
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