Facetas


Almanaque Pielroja, un logo eterno

Por la vía marginal de San Lázaro, que da al Puente Las Palmas, aún venden los calendarios Pielroja que se estamparon en la memoria de los colombianos. ¡El indio nos sigue dando la fecha!

IVIS MARTÍNEZ PIMIENTA

17 de noviembre de 2019 12:00 AM

Cuando llegaba diciembre, los calendarios ya estaban pegados en la pared. El perfil de aquel indio adornaba casi todas las casas. Valía la pena quedarse mirando, como esperando que se moviera. Ese logo rojo, llamativo, de plumas blancas nos decía que otro año empezaba.

“A este santo no lo conozco”, decían mis tías cuando veíamos a San Cipriano, o a San Bernabé. ¡Y que no se nos olvidara poner la fecha correcta! En mi casa, por ejemplo, nadie fumaba, pero todos los años le hacíamos publicidad a Pielroja.

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A un lado de la vía marginal de San Lázaro, que da al Puente Las Palmas, el comerciante Armando Tobío recuerda esta tradición colombiana, él vende calendarios Pielroja.

Armando, un barranquillero que decidió hace casi 10 años venir a Cartagena a vender almojábanas, es uno de los muchos comerciantes informales que día a día trabajan para suplir sus necesidades básicas.

Con intenciones de continuar con un material diferente, buscó en los productos del mercado, aquellos que destacaran y que fueran llamativos, por eso el hecho de que una litografía que imprime en Cali y Barranquilla decidiera recordar el afamado calendario Piel Roja fue una oportunidad para él.

“Como sabes, esta era una tradición colombiana, sobre todo de El Carmen de Bolívar, Ovejas y todos esos pueblos. A todos los trabajadores de esa empresa le daban esos calendarios, y también los regalaban. Ya no hay Pielroja, pero ahora una litografía los hace y por eso la gente adulta quiere seguir recordando esos tiempos. Tú sabes que la gente de antes no quiere perder sus costumbres”, dice Armando.

Vende los calendarios desde noviembre hasta marzo, y puede solicitar hasta 100 unidades... Dependiendo cómo la ‘crisis’ golpee a los clientes, puede comerciar más o menos unidades.

El señor Armando ha sido policía, tiene encima dos semestres de Contabilidad y siempre tiene ganas de comerciar. “Ya te lo traigo, pa’ que lo veas”, me dice.

El calendario tiene escrito en grande el número del día, debajo también tiene el santo que se conmemora, el mes y el año. Ahora, la empresa que los hace le ha añadido frases motivadoras a varios días. Eso de arrancar el papelito es interesante. Mientras hablamos, un conductor le pregunta al señor Armando cuánto cuesta. Su socio, Carlos Alberto Miranda, se encarga del recado. “A 10 mil pesos”.

La publicidad de Pielroja

En 1923 el caricaturista Ricardo Rendón fue el encargado de dibujar el primer logo de la cajetilla de los cigarrillos. Rendón, que tuvo caricaturas publicadas en los diarios El Espectador, La República y El Tiempo, y en las revistas Cromos, Sábado, El Gráfico y Universidad, hizo al indio mirando a la izquierda y gritando. Otro artista, Miguel Ángel Del Río, también participó ese año enviando una propuesta para este logo y se dice que es a ellos dos a quienes se les debe la imagen.

“La partida de bautizo de Pielroja es bien curiosa. El famoso caricaturista Ricardo Rendón y un concursante de nombre Miguel Ángel Del Río enviaron a Coltabaco, por separado en 1923, sendas sugerencias con el nombre y el logo para un nuevo producto que, eventualmente, reemplazaría al primer cigarrillo producido en Colombia, el Pierrot, también diseñado por Rendón. Como Rendón y Del Río coincidieron en ambas cosas, los directivos se convencieron de que el nombre era Pielroja y se inclinaron por el dibujo de Rendón para adoptarlo como logotipo. El símbolo (sobrevive hasta ahora) con algunos retoques del maestro José Posada Echeverry, hechos en los años 50”, se lee en el artículo ‘El regreso del indio’, de Semana (1994).

Era tanto el éxito de los cigarrillos que, según la historiadora Ana María Otero-Cleves, es el tabaco y no el café el primer producto de exportación que le dio estabilidad económica y política a Colombia, junto al oro y la quina.

Cambio de mentalidad

En 1954 una revolucionaria investigación del doctor Richard Doll confirmaba por primera vez el vínculo entre el consumo de tabaco y el cáncer de pulmón, pero la regulación sobre la publicidad del cigarrillos no se produjo sino hasta casi 50 años después.

En los años 90, los casos de cáncer de pulmón en el mundo aumentaron exponencialmente y se empezó a hacer énfasis en su relación con el uso del cigarrillo, que además desemboca en enfermedades como el EPOC.

Hasta ese momento, las empresas de tabaco hacían publicidad incitando al consumo de este producto, así que después de que los países en todo el mundo les prohibieran hacerlo, muchas decidieron dejar de contratar modelos que pretendieran disfrutar de la práctica y empezaron a darle más peso a los logos que “nada tuvieran que ver” con el hábito.

Hasta el momento, no se sabe a quién se le ocurrió la idea de estos almanaques, pero con el fin de Coltabaco llegó el fin de los cigarrillos Piel Roja (nacidos en Medellín en 1919) y de este popular adorno. Para los conocedores, la clave del éxito de los cigarrillos fue ese indio de piel roja, con una expresión dura y a la vez sonriente, que se estampó no solo en todas las cajetillas y calendarios, sino en la memoria de los colombianos.

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