“Si lo hubiéramos visto 6 meses antes, usted podría vivir cuatro años más”.
Eso le dijeron al abuelo de José. Lo dedujo el doctor a partir de una línea de texto que no habían visto los otros médicos antes, enredada entre tanto papel.
José Zea nació en Villavicencio y presenció cómo los diagnósticos tardíos afectaron la vida de personas como su abuelo, que pudo disfrutar más años junto a su familia, si hubieran encontrado su padecimiento a tiempo.
Él, graduado de Arquitectura y cuyo camino lo llevaría a hacer una maestría en Montreal, Canadá, y gracias a los avances en Inteligencia Artificial (IA) de ese país, pudo, junto a un equipo de colaboradores, idearse un software para detectar rápidamente ciertas enfermedades. Gracias a ellos y por primera vez se puede conocer el diagnóstico de malaria en segundos... pero trabajan duro para poder encontrar una vía rápida hacia la detección de muchas otras enfermedades, incluso crónicas, como la diabetes.
En Montreal quieren llevar la batuta en IA, así que toda la ciudad gira en torno a ello.
Laura Velásquez nació en Pereira, pero desde hace unos años vive entre Canadá y Colombia, debido a su carrera en la HEC Montreal.
“En cuanto a la malaria, que está en Latinoamérica, África y zonas tropicales pobres, hay desigualdad al momento de tratar a pacientes, nos dimos cuenta de que había como dos barreras grandes: la prevención y la detección temprana. Cuando entendimos esto, comprendimos que en este cuello de botella hay tres factores en la detección que generan que esto se haga de forma tardía: la poca capacidad instalada en los países subdesarrollados, en las zonas más afectadas; la precisión de las pruebas y tercero, que los tiempos de ayuda son muy lentos”.
Más de 150 investigadores, emprendedores, universitarios y miembros de ONG de Colombia, Canadá, Brasil y España, compitieron en el reto de Innovación Abierta ‘Cuál es tu propósito’, en el que Novartis, Innpulsa y Connect Bogotá buscan encontrar una solución que aumente la efectividad en la prevención, detección y tratamiento de la Malaria, así como para la Enfermedad de Chagas.
Entre los 37 equipos que compitieron resultaron ganadores José, Laura, y su grupo, compuesto también por José Elías, quien fue médico rural y es padre de José; Nicolás Múnera, Santiago Giraldo, Daniel López y Álvaro González.
Todos son investigadores colombianos menores de 30 años radicados en Canadá y presentaron el detector de Malaria Arkangel AI.
Los estudios en inteligencia artificial son muy nuevos, explica José. “Los algoritmos empezaron a tener un auge en el 2010 más o menos, lo que ocurrió porque los computadores comenzaron a ser muy rápidos. La forma en la que funcionan es muy sencilla. Imagínate a un niño, que le enseñas todos los días cosas nuevas, que el cielo es azul, que los caballos tienen cuatro patas, etc. Los algoritmos funcionan igual. Lo que hacemos es entrenarlos a través de muchas imágenes, videos o cualquier tipo de información, y por sí solos se programan, pero acá no hablamos de colores o caballos, sino de enfermedades: ‘Así se ve la malaria’, etc., como un niño”.
“Un algoritmo se desarrolla progresivamente. Lo primero que se necesita es libertad de código y tener un lenguaje claro de programación para poder ir haciendo lo que hace parte de la IA. Y tener data suficiente para poder entrenar estos algoritmos, lo validamos de forma interna con más de 500 mil imágenes, por especialistas. 80% entrenamiento, 20% de prueba”, complementa Laura.
La malaria o paludismo es una enfermedad producida por un parásito del género plasmodium, transmitido comúnmente por la picadura de la hembra del zancudo anopheles. En Colombia afecta a la Costa Pacífica.
Con Arkangel AI se puede identificar en tiempo mínimo qué tipo de parásitos tiene un paciente y qué enfermedad es, todo a través de imágenes de video.
“Miramos cuáles son esas enfermedades que afectan a la población, pero que están siendo desatendidas y resulta que la malaria es la principal de las enfermedades parasitarias que afecta a la población colombiana, en Latinoamérica y África en su mayoría, y que mata a un gran número de personas en el mundo, solo que no se habla mucho de eso. Allí fue cuando empezamos a profundizar en esa enfermedad”, continúa Laura.
“Son enfermedades desatendidas porque no están en el foco de desarrollo, están en zonas donde no hay mucha población, no hay crecimiento económico. Tener el apoyo de Novartis es un gran validador para nosotros y, pues, su apoyo nos abre muchas puertas para la ciencia, la tecnología y para llevarlo a estas comunidades que lo necesitan. Es fantástico llegar a donde está presente la enfermedad pero donde no tienen posibilidades de acceso”.
Para José, el sistema de salud no está dirigido a prevenir, sino a cuidar a los enfermos, pero se puede trabajar para salvar vidas a través de la detección temprana. Al día de hoy ya pueden detectar con el software diversas patologías y están analizando su tecnología en hospitales colombianos.
José está a la expectativa. “Se lo estamos entregando a los médicos y en el proceso también estamos aprendiendo e identificando algunos problemas que pueden surgir. Estar en este proyecto tiene riesgos, hay probabilidades que no se dé de la forma que esperamos pero es una solución 10 veces mejor que lo que existe, y vale la pena hacerlo”.
Los jóvenes siempre tuvieron claro que querían ayudar a cerrar esas brechas en la salud, y ayudar a que cualquier persona tuviera la oportunidad de conocer si sufre de cualquier afección, de manera oportuna, para empezar un tratamiento y mejorar su calidad de vida.
“En Latinoamérica (y creo que pasa mucho), tenemos un familiar que está muy mal, con una enfermedad, y cuando hablas con las personas notas que muchos dicen: ‘Es que hubiera sido mejor, hubiera sido diferente el desenlace si se hubiera detectado a tiempo’. Siempre se le da relevancia a un factor del pasado, ¿por qué no darse cuenta en el momento preciso?”, finaliza Laura.
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