Catalina Londoño veía a su tía Florina Lemaitre y quería ser como ella: una actriz reconocida. Para Catú, como le dicen sus allegados, ir a pasar vacaciones a Bogotá era como un sueño. Su tía y su esposo, que también trabajaba en el medio, haciendo comerciales para televisión, la llevaban a los estudios de grabación donde empezó a descubrir su gusto por la actuación. “Iba junto con mis primas, pero mientras para ellas era como estar en su casa, algo normal, para mí era como un mundo mágico, era como entrar a una casa de muñecas gigante, era maravilloso”, cuenta Catú.
Recuerda que a sus 12 años vivió una película propia. Viajó a Mompox a pasar vacaciones, por unos dos meses, con tal de ver a su tía Florina mientras se grababa la serie ‘Escalona’, en 1991. “Viéndolos a ellos me enamoré de esa vida”, dice. Para ella era algo impresionante.
Y así transcurrió su infancia y adolescencia hasta que terminó el bachillerato en Cartagena. Soñaba con ser actriz, pero al momento de graduarse dudó sobre qué hacer. Su papá quería que estudiara ingeniería o arquitectura y ella no se decidía. “Mi mamá me dijo que mientras pensaba qué quería estudiar me metiera en una escuela de actuación. Mi tía estaba trabajando con la esposa de Paco Barrero (Consuelo Moure). Ellos tenían una escuela de actuación, y me recomendó que hablara con ella y lo hice. Mi tía me ofreció su casa, me fui a estudiar actuación a Bogotá mientras tomaba una decisión y definitivamente eso fue lo que me quedé haciendo”.
Preparándose en la escuela Estudio XXI y después de hacer personajes muy pequeños y participar en algunos comerciales, llegó su primer gran reto en televisión: su protagónico en la telenovela ‘Juan Joyita’, en 2001, junto al actor Andrés Suárez.
“Allí me di cuenta que me hacía falta técnica para actuar. El personaje se llamaba Lucrecia ‘Lucas’ Caballero. Esa niña sufría mucho y a mí como actriz me faltaban herramientas para que el personaje sufriera sin tener que sufrir yo... si el personaje estaba triste yo buscaba cómo hacer para estar triste y llegar a ese estado, pero estudiando uno aprende a usar emociones, porque obviamente uno tiene que usar cosas de uno, pero sin dejarse afectar ya teniendo la técnica para hacerlo”, explica.
Eso lo aprendió luego gracias a su dedicación y el apoyo de actrices como Consuelo Luzardo, que hacía el papel de su abuela. “Ella me enseñaba todas sus técnicas para estudiar, para marcar los libretos, para llevar una continuidad de vestuario, de dónde venía en la escena y para dónde iba. Éramos dos protagonistas nuevos y los demás sí eran actores con mucha experiencia”, agrega.
En 2003, tras su participación en ‘Francisco, el matemático’, viajó a España para seguir estudiando. “Cogí todos mis ahorros y me fui. Tenía 23 añitos. Allá me tocó hacer de todo, trabajar en lo que saliera, mientras estudiaba. Estuve trabajando en restaurantes, en un asador de pollos, fui recepcionista hasta que me regresé. En 2009 me salió un casting para ‘La Pola, pero cuando llegué a Colombia, en la novela Chepe Fortuna había renunciado la actriz Mábel Moreno, que hacía de Reina Carolina y estaban buscando a alguien que la reemplazara. El escritor se acordó de mí, y como soy costeña y tengo cierto parecido con Mábel, me llamó y arranqué a hacer Chepe Fortuna y luego Casa de Reinas, que fue como la secuencia”. Después de eso también hizo parte de ‘Pambelé’, ‘Garzón Vive’, entre otras. Recientemente hizo parte de la película ‘El Paseo 5’, de Dago García, que se estrenó el pasado 25 de diciembre en las salas de cine del país.
¿Qué aprendiste de tu experiencia en España?
- A ganarme la vida. A mí en mi casa nunca me faltó nada y allá sí entendí que hay que trabajar duro para conseguir lo que uno quiere. Allá estuve varios años sin volver porque no tenía para pagarme el pasaje. Entonces ahorré hasta que pude volver en una Navidad. Entendí el valor del trabajo. También aprendí a conocerme, porque estando solo uno descubre sus gustos y lo que uno realmente quiere.
De los personajes que has hecho, ¿cuál te ha gustado más?
- Disfruté mucho el de Reina Carolina, en ‘Chepe Fortuna’, porque acababa de llegar de España, de estudiar, y tenía muchas ganas de trabajar. Y no era un personaje fácil porque estaba ya creado, pero lo disfruté mucho. Fue muy divertido.
¿Cómo crees que la gente lo acogió, teniendo en cuenta que hubo un cambio de actriz?
- Hubo de todo. Hubo gente que me felicitó porque nunca se dio cuenta. Hoy en día todavía hay gente que no sabe que hubo un cambio. Otras personas sí criticaron, como todo, pero muchas personas que se dieron cuenta valoraron el hecho de que el personaje entrara y no hubiera un cambio muy drástico.
Hablemos de ‘El Paseo 5’, de tu personaje...
Se llama Manuela, es una cajera de un banco, santandereana, adicta a la vida Fitness. La tienen que ver. (risas)
¿Qué tan difícil fue interpretar a una santandereana, siendo costeña?
- De lo más difícil fue eso. Tengo un amigo actor, que es de Bucaramanga, se llama Tito Patiño, y él me entrenó, me ayudó con el acento y con los dichos. Mucho de ese personaje es gracias a él. Fueron como dos semanas de ensayos y el director, que también es santandereano, también me ayudó.
¿Qué tiene Manuela de ti y qué aprendiste de ella?
-Los personajes siempre tienen algo de uno, pero creo que la parte Fitness, aunque no llego a la obsesión, me gusta mucho el deporte. Este personaje es bastante fuerte, yo no soy tan fuerte como ella pero cuando me sacan la piedra sí y cuando me toca defender a alguien también. Tal vez en eso me parezco. De ella aprendí a no aparentar, a ser sincera con lo que uno tiene y con lo que uno es. Ir de frente por la vida es más fácil que ir ocultando cosas.
Te fuiste a Bogotá desde que terminaste el colegio, ¿cómo es tu relación con Cartagena?
- Mi papá y mi mamá están en Cartagena, mis abuelas, mis tíos. Llego todas las vacaciones, cuando puedo, en Navidad. Y estos últimos tres años, me he dedicado a unos negocios en Cartagena y estoy invirtiendo en otras cosas, digamos que estoy ejecutando el “plan b” de la actuación y estoy muy enfocada en eso en Cartagena.
Ahora que hablas de un “plan b”... ¿Cómo te ha ido en tu carrera artística?
- No me puedo quejar. Es dura, como muchas profesiones también lo son, pero la actuación es bastante inestable. He tenido picos muy altos, que doy gracias por esos, porque si miro para atrás no es fácil lograr un protagónico o trabajar tres años seguidos en televisión, pero también he estado un tiempo sin trabajar. Hay picos muy buenos y picos muy malos y así estamos constantemente. Uno tiene que saber ahorrar, distribuir e invertir lo que se gana.
¿Qué condiciones crees que se deben mejorar en beneficio del gremio?
- La profesionalización del actor. Estamos luchando por cuidar al que se está dedicando a la actuación y se profesionaliza, y que haya algún tipo de beneficio para el que ha hecho la carrera o es profesional. O que haya algún tipo de garantía para tener trabajo.
Con este boom de los ‘influencer’, de los ‘youtubers’, ¿consideras que afecta a los actores de profesión?
- En la actuación y en muchas otras cosas. He tenido compañeras que han perdido un personaje porque la otra persona tenía más seguidores en Instagram. Esas cosas están pasando, es una realidad y hay que ver cómo se pelea contra eso. Hay que seguir trabajando y preparándose o también meterse en el cuento.
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