Facetas


Crónica de una "tremenda" noche

CINDY ORTIZ ESCOBAR

20 de agosto de 2017 12:00 AM

¿Tengo ganas? Sí. ¿Tengo miedo? También. ¿Y los prejuicios? Ahí están. Siempre quise conocer un picó diferente al Rey de Rocha pero los temores no me dejaban. Dicen que es inseguro, qué tal que se arme una pelea de esas monumentales y yo quede atrapada en medio de cuchillos e improperios, me cuentan que por eso los prohibieron en la Plaza de Toros y que, si quiero ir a un picó ahora, toca atravesar la ciudad y llegar a El Pozón.
Pero, ¿qué tal que me la goce, que salga feliz y que lo único que me duela sean los pies, de tanto bailar? Voy.

Es domingo y hoy se estrena el Volumen 15 de El Imperio, que, a juzgar por el nombre, promete una buena noche: El Profesional. Jeans, suéter, gorra, ya estoy lista… ¿Y mis compañeros de aventura? Nada que llegan, pero ya estoy vestida y está decidido: iré.

Los portones de El Imperio se abrieron desde las 4:30 de la tarde, pero mis ojos solo se iluminaron con las incandescentes luces del picó a eso de las 9:30 de la noche. Llegando al Patio de las Antenas, en El Pozón, empiezo a sentir las manos frías y sudorosas, mientras que mi corazón comienza a acelerarse como el carro en el que llegué, acompañada de mis tres arriesgados amigos. Harold Iriarte, hijo del dueño de El Imperio, me recibe y trato de disimular mis nervios ante un par de policías y vendedores ambulantes que están en las afueras del baile.

Al fondo, escucho el potente golpe de la champeta acompañado por la voz de Jader Tremendo, que hasta hace un par de meses solo me era familiar en las canciones de su hermano Zaider, ahora lo reconozco por lo que me han dicho de él: que se adueña de la tarima de forma tal, que hace alucinar a los amantes de la champeta, vamos a ver. En la puerta, una morena de 1 metro con 70 centímetros, aproximadamente, sonríe y abre sus brazos, y no precisamente para abrazarme, es la hora de la requisa y en este momento me siento más manoseada que una fruta en el Mercado de Bazurto.

¡Hasta que por fin entro! Me reciben con una cerveza bien fría, que destapo enseguida porque necesito disimular ante las más de 400 personas que están aquí, demostrar que todo es normal para mí y que soy una más. Camino hasta un costado de la tarima y veo a varias caras conocidas: Jeivy Dance y Mickey Love, han venido a apoyar a El Imperio en su gran noche. La música suena, la potente máquina parece un corazón que late fuerte y de repente, en medio de una canción escucho: “Cindy Ortiz, gracias por venir”. Levanto la mirada y me encuentro con Dj Tremendo, que encontró la forma de romper el hielo y darme la bienvenida al corazón de los ‘Imperialistas’.

Los nervios se van esfumando. Ahora hace calor y me envuelve la emoción de estar aquí. Y quién lo iba a decir, no se ha formado una pelea y el ambiente es tan ‘ligero’ que puedo sacar mi celular las veces que se me antoja. Puedo mover las caderas a mi ritmo, sin que ningún desconocido me saque a bailar o me miren como bicho raro.

La música sigue y nosotros nos vamos rodando hasta quedar justo frente a la tarima, entonces empieza lo mejor: Dj Tremendo saca todo su arsenal de fuegos artificiales, de pronto veo llamaradas a lado y lado del escenario. Cuando parece que no puede ser mejor, el Dj se pone una máscara y comienza a hacer lo que él mismo bautizó como un 'champetrap'. La euforia se apodera del lugar y pareciera que el hombre se recargara de energía con cada grito de sus fanáticos, que sacan su celular para grabarlo y pedirle saludos en vivo.

Qué Michael Jackson, ni qué Michael Jackson, Dj Tremendo las enloquece a todas y se tira al público, que cada vez parece enloquecer más. Lo asedian, le toca huir de las atrevidas manos de sus fieles fanáticas, hasta la gorra le quieren quitar.

Pasan varias estrellas de El Imperio, pero ninguna cala tanto en la gente como Dj Tremendo. Escucho decir que él es la “sabrosura en pasta”, veo cómo aplauden su particular forma de bailar y sus frases célebres: “Lo que no sirve se bota y en bolsa transparente para que todos se den cuenta del error que va ahí adentro”, dice sonriendo.

Mis piernas no dan para más, las cervezas se han acabado y el reloj me recuerda que, para desagrado mío, es momento de dejar El Imperio. Ahora lo sé: la cultura picotera sigue viva, que por más loco que estés no te van a mirar mal y aún existen espacios donde se puede bailar champeta efectiva sin temor a ser agredido.

Me voy, pero la ropa empapada de sudor, el maquillaje corrido, los zapatos bañados en barro y la sonrisa de oreja a oreja significan, como me dice el guardia de seguridad a la salida, “que me gocé el baile”. Se fueron los prejuicios y los temores, y ahora pienso que Dj Tremendo y su combo no son profesionales, son unos “doctores” de la champeta.

[bitsontherun BZ5OkI1X]

Se ha producido un error al procesar la plantilla.
Invocation of method 'get' in  class [Ljava.lang.String; threw exception java.lang.ArrayIndexOutOfBoundsException at VM_global_iter.vm[line 2204, column 56]
1##----TEMPLATE-EU-01-V-LDJSON----
 
2   
 
3#printArticleJsonLd()
 

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS