A Dios lo que es de Alex Campos

Hace 10 años, poco después de haber grabado su primer disco, al cantante de música cristiana Alex Campos le diagnosticaron cáncer en la garganta.
En ese momento le tocó probar su fe y entender cómo era eso de que después de cantarle a Dios, él mismo le arrebataba su instrumento más grande, la voz. (Lea más sobre Alex Campos)
Alex no podía hablar, mucho menos cantar. Luego de enterarse que tenía quistes en sus cuerdas vocales, le anunciaron que  debían ser extirpados y que jamás volvería a cantar igual. No había nada que hacer, la cirugía estaba programada para dentro de 30 días.
El cantante de éxitos como Amigos, El sonido del silencio, Me robaste el corazón y Tu poeta, relata que fueron los días más difíciles de toda su vida. Durante ese periodo lloró, se peleó con Dios y, en medio de su lucha, decidió no operarse para esperar por un milagro divino. Fue ahí cuando escribió la canción Al taller del maestro, una de las producciones más importante de su trayectoria musical.
“Era como probar mi fe, probar lo que estaba cantando. Y, en la mitad de ese tiempo, compuse Al taller del maestro, que es una queja. Me estoy quejando de que no puedo cantar, del por qué estoy viviendo todo eso. Eso hace que me llene de fe, que vaya al médico y le diga: ‘¿Sabe qué?... No quiero que me operen. Yo sé que puedo creer en un milagro’. Y fue así, no encontraron nada”, relata.
El artista, reconocido por su álbum Lenguaje de amor, con el que obtuvo un Latin Grammy en Las Vegas(Estados Unidos), como mejor álbum cristiano en español, llegó a Cartagena a promocionar su más reciente producción musical Regreso a ti.
Alex es un tipo chévere. A las 5 de la tarde, cuando ya se disponía a viajar a Barranquilla para seguir con la promoción de su nuevo álbum, decidió concedernos esta entrevista. Por cuestiones de inmediatez, se hizo en uno de los vehículos de este matutino y, aun cuando el cansancio en sus ojos era evidente, se tomó el tiempo para hablar de su vida, de cómo superó el cáncer en sus cuerdas vocales, su fe, sus pasatiempos e inclusive de las canciones que le ha dedicado a su esposa.     
—Vamos por el principio: hábleme de su familia...
—Estoy casado desde hace 9 años con Natalia. Tengo una niña que va a cumplir 5 años. Se llama Juanita, a quien le he escrito 5 canciones; y está Simón, que es el niño, que cumplió hace dos meses dos años. Y, bueno, somos felices. Vivimos en Bogotá y cada disco tiene algo que ver con ellos.
—¿Cuál de esas canciones le ha dedicado a su familia?
—Le dediqué a Juanita Te estoy esperando, Cuidaré de ti y Mil palabritas. A mi esposa le escribí Tu poeta; y una canción de este último disco que se llama Bendita mujercita.
—¿Qué canción lo hace reír cuando la interpreta?
—Me hace reír una canción que se llama Me dijo. Es muy divertida, porque es de bailar y de moverse y de convertirse uno en niño.
—¿Y llorar?
—Me hace llorar No tiene prisa, que es del nuevo sencillo, porque la escribí llorando. La compuse en un momento muy íntimo con Dios.
También me emociono cuando canto Mil palabritas, porque habla de la primera vez que llevé a mi hija al colegio; y cómo es de pequeña y a la vez se hace grande, una cantidad de cosas.
—¿Sus padres tienen algo que ver con su fundamento cristiano?
—Mis papás se separaron. Eso hizo que mi mamá llegara un día a la iglesia buscando esa ayuda. Yo era muy pequeño. Tenía 10 años. Tuve que tener mis propios encuentros con Dios para llegar a hacer lo que estoy haciendo. Ahora, creo que la iniciativa era que asistía a una iglesia y tenía acceso a momentos muy espirituales y muy de Dios.
—¿Recuerda la primera vez que se subió a un escenario?
—Recuerdo la primera vez que canté una canción en la Iglesia. Tenía 13 o 14 años. Fue a capella, no sabía tocar guitarra. Lo increíble fue que cuando terminé de cantar, la gente estaba llorando. Pasó algo muy fuerte y es que la gente se puso muy emotiva, porque sintió la canción. Alguien se me acercó y dijo que yo tenía algo especial con la música.
—¿Por qué cantarle a Dios?
—Porque creo que nos ha dado tantas cosas bellas. Es una forma de darle gracias, de agradecerle lo mucho que nos ha dado. Hay gente que le canta al amor, hay otros que le cantan al despecho, pero hay pocos que le cantan a Dios de la forma como lo hago yo y me encanta hacerlo.
—¿Le han propuesto cantar otro tipo de música?
—Pues sí, pero me ha ido tan bien con esto. Me gané, sin buscarlo, un Grammy cantando este tipo de música. Es un premio que hay mucha gente buscándolo por años y no lo logra. Yo lo hice. Y lo más gratificante es ver las miles y miles de personas que nos siguen por las redes sociales, ya vamos para 4 millones en Facebook. Por la calle también te agradecen. Te dicen que estaban por separarse o que una canción le trajo vida al alma.
—¿De dónde salió el éxito Me robaste el corazón?
—Es una canción para Dios. La escribió un amigo. Es una canción de amor, romántica, de esas pocas que existen para Dios.
—¿Qué hace especial su más reciente producción?
—Regreso a ti la produjo Kiko Cibrián, que ha trabajado con los mejores artistas en Latinoamérica. El sonido es el mejor de todos mis discos. Son 10 canciones con las cuales me tocó luchar con la disquera viendo cuál era el primer sencillo, porque todas tenían algo que decir, todas eran muy importantes, todas tenían algo de pegajoso.  Hice un dúo con Jesús Adrián Romero, uno con una niña que tiene una voz espectacular, se llama Sara Borráez, y la idea es apadrinarla. También con Juancho De la Espriella, que también va dedicada a mi esposa.
—¿Cómo maneja el ego y la fama?
—Escribiendo un disco como éste que se llama Regreso a ti (Risas). Creo que lo importante es tener muy buena relación con tu esposa y con amigos, que te conozcan y sepan que probablemente estés haciendo cosas que no debas hacer y que te digan: “Oye, Alex ¿qué pasa?”, “¿Cómo vas?”, y que tengas la confianza de rendir cuentas. El problema es que te sientas el único, que eres la cabeza, que nadie te puede aconsejar en algo, ya estás en problemas. Entonces, creo que eso es algo que me ha protegido; pero, sobre todo, reconocer que si estoy aquí no es porque soy el mejor, sino porque Dios así lo ha querido.
—¿En qué le gusta invertir su tiempo cuando no está trabajando?
—Me gusta el tenis. Me fascina. Juego bien, voy a los campeonatos. El último al que asistí fue a la final del Us Open en Estados Unidos. Admiro a Roger Federer, es mi jugador favorito. También me encanta el cine y las películas de Denzel Hayes Washington.
—¿Cuándo ofrece un concierto en Cartagena?
—En abril arranca la próxima gira, que incluye 180 conciertos en toda América Latina, y esperamos que en el transcurso de esos dos años podamos estar en Cartagena. Seguramente, así será.