El canal de "Vlacho"

Vladimir San Martín Acosta, es un nómada en Cartagena. Así decidió vivir desde que salió de su natal Maríalabaja, Bolívar, cuando empezó a tener problemas con su madre. 
La incertidumbre que genera la indigencia, lo llevó hasta la Urbanización San Pedro en el sur occidente de la ciudad, lugar que se ha convertido para él, en un refugio sin paredes y le ha dado estabilidad a su loca vida paradójicamente.
Su  lucha se ha concentrado en que los moradores del sector no lo miren como un habitante de calle, sino como un ser humano que merece una nueva oportunidad. Su  apariencia, se convierte en su principal rival a vencer. Pero las buenas obras, de este hombre afro de un metro 80 de estatura, que pasa casi todo el día sin camisa,  con un “mocho” de pantalón, duerme  en terrazas de locales comerciales y mete miedo con su frente ondulada, han permitido conocer a una persona  con buenos sentimientos.
Hace dos años, una mañana cuando su estómago lo despertó de una “patada”,  antes de cometer un ilícito para satisfacer su necesidad, decidió  mejor  dar un ejemplo de sentido de pertenencia, consolidando una idea que se le ocurrió una de esas noches donde sus compañeros de “cuarto” no lo dejaban dormir: convertirse en el guardián y aseador del canal. Desde esa vez,  Cada dos semanas, se interna en el canal pluvial de la urbanización San Pedro y recoge todos los desechos que arroja la inconciencia ciudadana.
“En cada limpieza me echo dos o tres horas. Encuentro de toda clase de basura: perros muertos, papeles, bolsas, trapos regaos, colchones. Toda esa basura la deposito en bolsas y las saco para el andén para que se la lleve el carro de la basura”. Literalmente barre toda la sección del canal cuando se interna en él y no descansa hasta verlo totalmente limpio.
Este ejemplo de sentido de pertenencia y  de civismo  que da Vladimir, lo ha hecho famoso en el barrio. Ahora lo llama: “Vlacho canal”. Pero su esfuerzo  también tiene una recompensa gastronómica y  económica. Espontáneamente los vecinos, lo llaman para entregarle algunas monedas y billetes que sumando se acerca a los 20 y hasta 30 mil pesos. Eso sin contar con la hidratación y el almuerzo que le llega hasta su lugar de trabajo.
“Vlacho Canal”  diversifica sus ingresos lavando carros, haciendo mandados  y hasta haciendo aseos domésticos. Él   se ha tomado tan en serio este rebusque que responde con valentía  cualquier acto flagrante de anti civismo.
“Yo defiendo mi canal, estoy pendiente a cada momento. Me ha tocado hasta pelear con los locos que rompen las bolsas con basuras y las depositan en el caño. A mí me duele que lo ensucien, porque esto es un desagüe y si le botan basuras el caño se tapa y se inundan los vecinos”
En Cartagena existen alrededor de 200 canales pluviales. Cada año, el distrito a través del Departamento  Administrativo de Valorización Distrital, gasta $5000 millones en la limpieza de estos drenajes, pero se ha confirmado que después de los trabajos, la misma comunidad que pide el aseo, vuelve a ensuciar  los canales en una clara conducta de falta de cultura ciudadana.
“Ojalá tuviéramos varios Vladimires en toda la ciudad. Ojalá, todas las JAC tuvieran su Vladimir que los ayudara a cuidar los canales. Es una verdadera lástima, que nos gastemos todos los años estos recursos tan importantes en hacer un paliativo al problema. Por eso estamos impulsando  la construcción del Plan de Drenaje Pluvial de Cartagena para construir nuevas secciones de canales. Ya empezamos con la cuenca más densa que es la del canal Ricaurte, donde adjudicamos dos licitaciones para ampliación y profundización del mismo”, expresó, Clara Calderón Muñoz, directora de Valorización Distrital.
La labor que realiza “Vlacho canal” se podría describir como de “supervivencia cívico-ambiental”. Lo cierto es que quienes lo conocen aplauden sus actos, porque es una persona que sin ser propietario de vivienda, da un gran ejemplo de sentido de pertenencia y de cultura ciudadana.