Facetas


El costo de ser una Reina de Independencia

SHARIK ESTRADA PÉREZ

16 de septiembre de 2018 07:00 AM

Muchas niñas y adolescentes crecen con el sueño de ser reinas de belleza. Se nota en cada edición del Reinado de la Independencia, en Cartagena, en el que se presentan más de 50 jóvenes de diferentes barrios con una sola meta: desfilar con la corona y adquirir la banda que la acredite como la nueva soberana de los cartageneros.

En 2018, son 35 hermosas las candidatas que buscan materializar esta ilusión y ocupar el majestuoso puesto de Roysis González, la chica  de 21 años que le dio la primera corona al corregimiento de La Boquilla en 2017.

Detrás de cada victoria, sin embargo, hay un esfuerzo descomunal, mucho sacrificio y dedicación. Lo que muchos no se imaginan es que, para lograr la tan anhelada corona, las candidatas y sus familiares deben presupuestar cerca de 10 o 12 millones de pesos, de los que puedan disponer para cubrir los gastos del certamen, porque si bien es cierto que una reina debe ser una mujer bonita y con actitud, hay que tener muy en cuenta que participar en el concurso no solo requiere belleza sino también de un buen presupuesto y patrocinios.

Desde el momento en que cada joven acepta ser precandidata de su barrio, empieza un largo camino de gastos que van desde la inscripción y la entrevista privada, hasta la noche más importante: la coronación.

Por ser el primer encuentro con el Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena (IPCC), especialmente con el Comité de Selección, las aspirantes buscan dar una buena impresión y hacen el primer gasto en ropa, zapatos, accesorios, maquillaje y transporte, es decir, cerca de 350 mil pesos.

Si la aspirante es seleccionada, hay que meterse nuevamente la mano al bolsillo y sacar dinero para presentarse ‘oficialmente’ ante su comunidad, con todas las de la ley y como Dios manda: eso quiere decir que necesita, además del atuendo, la carroza y la decoración, lo que sumaría, como mínimo, otros 300 mil pesos.

Kevin Vargas fue el preparador de Scherelly Gutiérrez Eljaude, tercera princesa de la IndependenciaKevin Vargas Buelvas tiene 27 años y se dedica desde hace cuatro a preparar reinas de la Independencia. Él asegura que en los reinados no existe una cifra total de gastos, pero sí un aproximado de acuerdo a cómo gaste cada candidata.

“En este concurso prima la pasión sobre la razón, porque si te fijas en los primeros gastos, lo primero que toda madre diría es: ‘mi hija no va para eso’, pero como no lo ves porque es muy común que el dinero salga de una colaboración entre los familiares y los vecinos más cercanos, el golpe económico no se siente”, resalta el preparador.

Pero las reinas no viven solas este proceso, detrás de cada una hay un asesor que se encarga de enseñarles que hay que hablar serena y segura delante ante los medios de comunicación; que cuando esté sobre la pasarela, debe creerse la mujer más hermosa del planeta; que, para posar, tiene que volverse una D.I.V.A, así, en mayúsculas; que debe estar siempre derechita por aquello del manejo corporal; debe enseñarle etiqueta, y glamour. Estos entrenadores, que tienen el don de transformar y el deber de acompañarlas de principio a fin, pueden cobrar por la asesoría entre 2 y 4 millones de pesos, los más baratos, porque hay otros que tienen paquetes de 10 a 12 millones de pesos que incluyen hasta los vestidos de los eventos. 

A medida que avanza el certamen hay más gastos, pues elegir bien los vestuarios para cada evento le va sumando puntos a las reinas, y, señoras y señoras, escoger un buen atuendo cuesta.

El alquiler para estrenar un traje para la Noche de Fantasía, según el reconocido diseñador cartagenero Guillermo Herazo, puede costar entre $1 millón 500 mil hasta 1 millón 800 mil, mientras que uno ya usado se encuentra desde 300 a 700 mil pesos, incluyendo el maquillaje.

“En este punto ya empieza a moverse algo muy importante, y son los patrocinios. Si la candidata hace buenos contactos le queda más fácil conseguir una empresa que la patrocine, ya sea económicamente o con los vestuarios, suéteres y refrigerios para la comitiva, eso sí, a cambio de hacerle publicidad. Así como hay unas que se gastan un dineral porque su familia tiene con qué responder, hay otras que no gastan, sino que mueven sus contactos”, explica Kevin.

También hay que resaltar que toda la financiación no recae sobre las aspirantes, pues el Instituto de Patrimonio y Cultura anualmente estima un valor para cada una de las aspirantes al título de Reina de la Independencia para sus trajes de coronación y fantasía, aparte de los vestuarios que consiguen para los eventos oficiales que ellas lucen durante las prefiestas y Fiestas de Independencia: el desfile en traje de baño, los preludios, la firma del acta de Independencia y la fiesta de periodistas.

“En estos momentos estamos en ese proceso de estudio para mirar realmente cómo se va a apoyar a las candidatas en ese tema. Hay que mencionar que ellas cuentan con el Instituto en todo el proceso de preparación, etiqueta y glamour. Las jóvenes están viendo cómo el reinado ha tenido ese cambio, esa transformación social, que es lo que estamos buscando para que los cartageneros puedan sentirse orgullosos de tener unas dignas representantes que, aparte de ser reinas, sean líderes en sus comunidades”, nos explicó Carlos Javier Ramos, experto en belleza y coordinador del Reinado.

Otro de los eventos en el que las candidatas suman o disminuyen puntos es la Prueba de talentos y proyección social, donde las participantes deben preparar un gran show y demostrar que tienen mucho más que belleza para ofrecer. Para esto, si la concursante no tiene algún otro talento definido y quiere bailar, por ejemplo, deberá recibir clases particulares tres veces a la semana, que cuestan entre 40.000 y 60.000 mil por dos horas. Lo anterior, sin dejar por fuera el vestuario, que debe ser muy auténtico para sorprender a los jurados, los zapatos, el maquillaje y los accesorios, para un total de 600 mil pesos, aproximadamente.Roysis González, actual Reina de Independencia.

A eso se le añaden otros gastos que no se han mencionado, pero que sí agrandan la cuenta, y son los transportes, refrigerios, accesorios, extensiones de cabello y otros atuendos para actividades en el barrio. Esto, sin contar que muchas candidatas se realizan procedimientos estéticos, diseños de sonrisa, rutinas diarias de gimnasio y masajes reductores.

Pero no todo es la belleza y está demostrado que un buen vestido puede montar o destronar a una reina. En la pasada noche de coronación, Roysis González lució un imponente vestido de gala del diseñador Nelson Primera, que costó 3 millones de pesos. Con él que sobresalió entre las demás candidatas y le quitó la corona de la cabeza a otras que sonaban como las grandes favoritas.

Guillermo Herazo explica que no hay un valor fijo de los vestidos y las jóvenes han pagado desde $1 millón 800 mil hasta $2.500.000 por un vestido para la gala final, sin contemplar el valor de los accesorios.

“Esa noche es como cuando alguien se gradúa, tiene que estar todo impecable y no hay cabida para nada prestado, eso trae buen aura para entrar en actitud. Es la última ficha porque, literal, hay un borrón y cuenta nueva, por eso no hay que escatimar en gastos”, menciona Kevin.

“En este reinado todo vale la pena, independientemente de que te gastes 20 o 30 millones de pesos y te toque sacrificar mucho, todo cuenta como experiencia y esa es la mejor ganancia”, asegura Roysis, que se prepara para entregar en noviembre una corona que, para muchos, vale oro.

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