Facetas


‘Los hijos de Carmencita’, la historia de una madre putativa

El rótulo maternal de la querida secretaria del Liceo de Bolívar de hace unos 50 años, quedó estampado en el corazón de muchos estudiantes que desafiaban el hambre en sus hogares, para ir a las aulas.

PEDRO TORRES VERGEL

07 de marzo de 2022 01:38 AM

En los 72 años del emblemático Liceo de Bolívar, la queridísima ‘secre’ de este renombrado colegio en los 70 del siglo pasado, recaló con esplendor en las memorias de la institución y de la educación en Cartagena y la región. La adorable madre putativa de los estudiantes vulnerables del Liceo de Bolívar, Carmen Sagbini de Vergara, laboró como secretaria general de este histórico plantel, entre 1965 y 1975.

Con su talante humanitario, la ‘secre Carmencita’ –como le decían todos en el Liceo, con expresivo y abierto cariño– alojó su nombre como un legado inmaterial en el corazón de los liceístas de aquellas generaciones que la trataron, y de las estirpes de turno en los lustros subsiguientes, que sin conocerla se contagiaron de esas anécdotas retransmitidas por quienes los antecedieron, hombres y mujeres que luego han sido profesionales destacados o personas de bien para la sociedad. Lea aquí: Se inician mesas para política pública educativa

Con cálida narrativa sobre este lustroso capítulo del Liceo en la década de los 70, dos de sus egresados le cuentan a El Universal cómo la ‘secre’ Carmen, desprendida de reparos, desperdigaba toda su generosidad para amparar a los alumnos más humildes y en precarias condiciones económicas, que osaban hacerle el quite al hambre que padecían, para ir a estudiar en este sagrado templo del conocimiento, el Liceo de Bolívar.

Atrapado en esa admirable historia, me sumerjo entonces en los relatos de los liceístas Antonio Luis Castro Angulo, promoción 85, quien ahora es químico farmacéutico egresado de la Universidad de Cartagena, especializado en Gestión Ambiental y hoy docente en el CASD Manuel Beltrán; y Efraín Eduardo Espinosa, promoción 84, médico también de Unicartagena, y actual director operativo de Aseguramiento del Dadis.

LAS FACETAS DE LA ‘SECRE’

“Ella se sentía orgullosa de su cargo como secretaria y a todo el que podía le decía... ‘Yo firmo los diplomas de los bachilleres del Liceo de Bolívar’”, comenta Antonio Castro, con base en las anécdotas recogidas sobre aquella magnánima mujer. Lea aquí: Video: a niña le niegan la entrada a su colegio por no tener tenis blancos

“De manera anónima empezó a favorecer a los estudiantes, sobre todo a los estudiosos, a los buenos alumnos en condiciones económicas precarias”, complementa Efraín Espinosa.

Efectivamente, Carmen Sagbini de Vergara fincaba su humanismo en acoger en su selecto grupo de golpeados por la pobreza, a estudiantes brillantes y humildes, a quienes les daba el desayuno o el almuerzo en la cafetería del Liceo, versión confirmada por uno de sus hijos biológicos, el querido y reconocido médico pediatra Henry Vergara Sagbini.

“Ella estaba a la caza de algunos muchachos que se desmayaban en clase por estar en ayunas, les llamaban ‘Los hijos de Carmencita’, y les ponía la condición de que a nadie le dijeran que ella estaba haciendo esa obra con los estudiantes, ni siquiera a nosotros, sus hijos de sangre”, explica el doctor Vergara. Lea aquí: Es hora de mejorar la educación en Cartagena, ¡participe!

Añade Antonio Castro que en esta confidencia había un ‘requisito’ adicional de Carmencita para los niños, y es que si sabían de un compañerito en iguales condiciones de vulnerabilidad, le avisaran para ingresarlo al grupo.

Solazados en las remembranzas de aquel Liceo alucinante del pasado, los egresados que entrevisto me cuentan que Carmencita se ‘confabuló’ igualmente con el administrador de la cafetería, a quien le pasaba el listado de los niños beneficiados para recibir la alimentación, y en una obstinación por su humanizada estrategia, le remarcaba que mientras mantuviera ese secreto, ella podría continuar con esta obra filantrópica.

SE DESCUBRE EL SECRETO MEJOR GUARDADO

Por muchos años la mutua complicidad entre Carmencita y sus hijos adoptivos del Liceo estuvo tan bien cuidada, que hasta hace apenas 5 años, después que se apagó su vida a los 87 años de edad, se fue quedando sin abrigo toda esa bella realidad.

Relatan Antonio y Efraín –luego confirmado por el doctor Henry– que hace 5 años en el Centro Histórico de Cartagena, un señor abordó al altruista pediatra hijo de Carmen, para preguntarle por su querida madre.

“El personaje se identificó y me dijo que acababa de jubilarse como alto magistrado de la Corte Suprema de Justicia, pero infortunadamente no retuve su nombre”.

Este hombre, ya mayor, no pudo contener las lágrimas cuando Henry Vergara le aclaró que su madre Carmen Sagbini había fallecido dos años atrás. Lea aquí: Fallece profesor y exrector del Liceo de Bolívar a sus 103 años

Llorando le cuenta que aunque junto a otros compañeros de colegio le hizo la promesa a Carmencita de guardar el secreto, le revelaba en ese momento que él era uno de los tantos beneficiados de la ‘secre’ Carmencita.

“Me contó cómo día a día –refuerza el doctor Vergara– mi madre lo abrazaba estimulándolo a seguir sus estudios hasta graduarse y, muchas veces, la única comida que recibía en el día era la que le proveía Carmencita, con la única condición de no decirle a nadie, guardando absoluto silencio sobre eso que ella hacía para ayudar a los estudiantes”.

De esta manera los hijos legítimos de Carmen arman el rompecabezas respecto al porqué su esposo y padre de sus hijos, Rafael Vergara González (extinto en agosto de 2018, a los 93 años), le objetaba sobre la razón para que el cheque de su salario cada mes viniera ‘mordido’, el hombre no entendía por qué Carmencita descompletaba su sueldo de secretaria general, y aunque ella lo justificaba diciéndole que el motivo eran sus gastos personales, la nubosidad de este argumento no lo convencía.

REAPARECEN LOS ‘HIJOS’ DE CARMEN

Otra clara señal que recrea el misterio sobre los descuentos periódicos en los honorarios de la apreciada ‘secre’, es que cuando ella se enfermó grave hace 7 años, los hermanos Vergara Sagbini (Jimmy, José, Guillermo, María Claudia y Henry) quedaron admirados porque empezó a aparecer espontáneamente, una legión de profesionales exitosos que no conocían, pero que se ofrecían desprendidamente a ayudar a la madre putativa que tanto los quiso siempre: médicos, abogados, ingenieros, periodistas, licenciados, entre tantos otros.

Eran ellos los orgullosos hijos adoptivos de Carmencita en el Liceo de Bolívar de los años 70.

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