Facetas


Nicky Jam, la vida de El Ganador

Nicky Jam habla sobre el éxito, el fracaso, las drogas y el resurgir de las cenizas. Su historia será llevada a una serie de Netflix, donde también actuará el artista.

EL UNIVERSAL

26 de noviembre de 2018 10:34 AM

LUIS C. PRADO

26 de noviembre de 2018 10:34 AM

Imaginemos por un momento a la vida como un recorrido en tren.

Todo se inicia en una estación central y conforme avanza ese recorrido por el carril, nos detenemos en diferentes estaciones. Hagámoslo más interesante. Démosle un nombre a cada una de esas.

Llamaremos a la primera: alegría; a otra, esperanza; esfuerzo; éxito; fama, y así, sucesivamente. ¡Pero espere! Recuerde que nada es perfecto, y menos los recorridos largos. Por eso, oscuridad, depresión, drogas y fracaso, también estarán en el viaje.

Mientras lee esta Faceta, intente situar su vida actual en alguna de estas estaciones. ¿Lo logró?

Ahora, por un momento, nos desviaremos a un carril ajeno, o sea, a la vida de otro, a la de Nicky Rivera, popularmente conocido como Nicky Jam, el famoso cantante de reguetón.

Él sí que sabe de recorridos, porque el suyo lo comenzó desde abajo. Y sobre todo, tiene los contrastes más fuertes que el viaje de la vida puede ofrecer.

Un sube y baja

Nicky sabía desde chico lo que quería hacer en la vida. Era cantar. Aunque el camino no sería fácil, ya que la pobreza no se despegó de su familia durante la niñez.

Pero él insistía. Entonces, trabajaba empacando bolsas en los supermercados y al mismo tiempo cantaba para los clientes. Así ganaba unas cuantas monedas, que se llevaba para sostener su casa.

Un día, una señora que pasaba por la calle lo vio en medio de su improvisada y escueta presentación. Ella le dio el primer apoyo y desde ahí su vida empezó a cambiar.

Pasaron los años, creció, siguió con su sueño a base de esfuerzo y, de a poco, se hizo uno de los precursores del entonces en auge género del reguetón. Hasta allí era una historia con final feliz, incluso una no tan diferente a la de muchos artistas venidos de abajo.

Pero el resplandor de la fama también trajo oscuridad a su vida. Esa oscuridad tenía nombre propio: las drogas.

“Estuve diez años drogado y por eso me cuesta recordar lo que pasó en ese tiempo”, expresa hoy el artista.

La fama se fue esfumando poco a poco y para muchos, Nicky Jam desapareció de la escena musical, dando paso a nuevos artistas que se ‘apoderaron’ del género.

Revivir en Colombia

En medio de su oscuridad, llegó a Colombia, exactamente a Medellín.

Fue recibido por los paisas y empezó a cultivar el aprecio que hoy tiene por nuestro país. Aunque las cosas no serían fáciles. Pagaría el precio de la indisciplina y de coquetear y hundirse en los vicios.

Nicky cuenta con algo de nostalgia que tuvo que empezar de cero. Ni siquiera tenía mánager. Y en medio de la búsqueda conoció a un humilde pero pujante joven antioqueño, llamado Juan Diego Medina Vélez, que se ofreció a serlo. Pero había un detalle. Juan en ese entonces se desempeñaba como vendedor de ropa interior y eso no aseguraba el resurgir del cantante, que parecía imposible. Sin embargo, lo intentaron.

“Yo llegué a Medellín y nadie se acordaba de mí, por eso nadie me contrataba, ni me ponía a sonar. Yo tuve que empezar de nuevo cantando en quinceañeros y fiestas familiares, por lo que me quisieran pagar”, dice.

Así, paso a paso, como al principio, Nicky fue dándose a conocer, resurgió como el Ave Fénix y así tituló uno de los álbumes que lo trajeron de vuelta a la escena.

Por supuesto se alejó de la oscuridad y los vicios, pasó a la estación de la victoria nuevamente, fielmente de la mano de quien en la actualidad sigue siendo su mánager, Juan Diego.

“Le debo mucho a Colombia, porque aquí fue donde me dieron vida. La gente aquí es diferente, valora lo más mínimo. Yo me sorprendía cuando llegué y veía que en las familias durante Navidad se regalaban medias, ¿medias? ¿Tú te imaginas lo que pasa si yo a un primo le regalo unas medias? Eso sería una pelea de varios días”, expresa Nicky, riéndose

Hoy, el artista sigue viviendo en el barrio que lo acogió durante su resurgir en Medellín. Y aunque tiene dinero para radicarse en cualquier parte del planeta, dice que no lo hará, pues le debe todo a nuestro país.

El Ganador

La historia de Nicky es por sí sola impactante. Son muchos los artistas que caen en desgracia por las drogas y que se levantan nuevamente, pero pocos lo hacen para llegar mucho más lejos que en su primera etapa de éxito.

Una historia así es digna de una película. Pero podría quedarse corta, así que los productores de Netflix, la plataforma de streaming, decidieron plasmarla en una serie de 13 capítulos, que se estrenará el próximo 30 de noviembre y llevará por nombre ‘Nicky Jam: El Ganador’.

“Mi papá fue drogadicto, mi mamá también, yo estuve diez años de mi vida drogado pero gracias a Dios todos salimos de ese hueco”, relata.

Nicky nos aclara que con la serie busca enseñar gráficamente la consecuencia de lo que hizo. “A los jóvenes hoy en día les llama la atención cuando eres gráfico y a mí, por ejemplo, me dijeron que la droga era rica, pero nunca me dijeron que me hacía daño. Por eso yo quiero que cuando me vean en la serie todos digan: si Nicky pudo hacerlo, yo también puedo salir de eso”.

Esta historia representa la imperfección de un artista admirado por muchos en el presente y que pudo darle vuelta al pasado, al que agradece haber hecho de él lo que es hoy.

“Yo de lo único que me arrepiento es de este tatuaje de búho, que llevo en el cuello, todavía no entiendo por qué me lo hice; parece que llevara una bufanda todo el tiempo”, dice mientras ríe a carcajadas.

Más de la serie

La serie ‘Nicky Jam: El Ganador fue filmada en Colombia, México, Puerto Rico y Nueva York. Esta será una nueva participación del artista como actor. Ya lo había hecho en ‘xXx: Reactivado’, en compañía del reconocido Vin Diesel.

Para cumplir con el papel de Nicky Jam de 28 años, tuvo que someterse a sesiones de dos horas para ocultar su tatuaje del cuello. La serie será dirigida por Jessy Terrero y contará con las actuaciones de los colombianos Diego Cadavid y Ana Lucía Domínguez.

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