“Se me apareció Virgen”: Camilo Ávila

“Me despertaba del coma inducido, estaba somnoliento y mirando a mi alrededor, cuando vi algo alto que se me acercaba. Al poder ver mejor, me di cuenta de que era la Virgen María, ella se posó a mi lado derecho, me acarició la cabeza, giró su mano y me tocó la cara sin decirme nada, después se fue”.
Así narra Camilo Andrés Ávila Gómez su encuentro con la Virgen, señalando que pudo verla cuando salía de una complicada cirugía realizada debido a un accidente cerebrovascular que por poco le quita la vida.
Con apenas 18 años que cumplió ayer, sufrió lo que comúnmente se conoce como trombosis en su lado derecho.
Después de su primer procedimiento en el que le quitaron la zona derecha del cráneo y las evaluaciones médicas indicaban muy bajas probabilidades de que sobreviviera, dice que tuvo esa señal divina.
“Al despertar completamente, tenía una camándula en enrollada en el brazo derecho. Todo el mundo sabe que no se puede ingresar nada cuando se entra a cirugía, ni siquiera se entra con ropa”, dice.
Camilo sobrevivió pero el lado derecho de su cuerpo quedó paralizado.
No obstante, hoy luego de casi 3 meses de haber sucedido el accidente, ya camina sin bastón y vive para contar su historia a muchas personas que no tienen esperanzas de vida.
Empezó con un dolor de cabeza
Un dolor de cabeza, que parece muy común por más fuerte que sea, fue la primera alarma que tuvo Camilo.
“En noviembre del año pasado, me fui para Islas del Rosario con unos amigos y allá tuve el peor dolor de cabeza de mi vida, sentía que se me fuera a explotar, era como un ¡bum, bum, bum!. Pensé que era gripa y tomé un antigripal pero el dolor siguió. Mis amigos pensaban que estaba borracho y comenzaron a hidratarme con suero”, cuenta con mucha lucidez.
“Me devolví a casa a dormir y al día siguiente cuando me fui a parar de la cama, me caí porque no me funcionaba la mitad del cuerpo. Ahí estuve hasta que mi papá fue a la habitación a buscarme porque quería saber de mí, pues no me veía desde el día anterior; al verme me acostó a su lado hasta la noche, y en el segundo intento de pararme, volví a caer. Entonces se alertó, con la ayuda de alguien me subió a un carro y me llevó al hospital”, agrega.
Su madre, Sandra Gómez, dice que, “al llegar al hospital pensaban que estaba borracho, le hicieron la prueba de alcoholemia y no encontraron alcohol en su cuerpo. Los médicos decían que sus probabilidades de vida eran muy pocas y también me dijeron que quedaba en estado vegetativo”.
Unos días sin medio cráneo
El joven estuvo en cuidados intensivos unos días hasta que fue operado.
“A Camilo se le tapó una arteria del cerebro y esa obstrucción le causó una parálisis que la gente comúnmente conoce como trombosis en el lado derecho, lo cual lleva a que la persona no pueda mover medio cuerpo. Al perjudicarse la parte derecha del cerebro, éste se inflamó notándose un aumento elevado hasta la base del cráneo que en un momento llegó a comprometer su estado neurológico y lo llevó a estado de coma. Al hacer los exámenes neurológicos, no respondía a los estímulos normales y tenía dilatadas las pupilas, lo cual normalmente indica que el paciente va a fallecer, aunque al final pueda sobrevivir”, explica Juan Carlos Benedetti, neurocirujano que hace parte del equipo médico que realizó el procedimiento.
“Hubo que dejar desprovisto de medio cráneo al paciente, es decir, retirar el hueso de medio cráneo y abrir una membrana o cubierta del cerebro que se llama la dura madre para permitir que el cerebro inflamado tuviera más espacio y no comprimiera al tejido cerebral sano. El fragmento de cráneo quitado, se puso en el abdomen del paciente para preservarlo y una vez el paciente se despertó y recuperó su estado neurológico, se volvió a poner haciendo una reconstrucción ósea”, agregó.
El Neurocirujano señala que estos casos son muy poco comunes en niños y jóvenes de la edad de Camilo, y que son más comunes en adultos de edad avanzada.
Evolucionando muy rápido
La madre del Camilo señala que la operación en la que le reconstruyeron el cráneo a su hijo, fue el 17 de diciembre.
Todavía no se cumplen dos meses desde que eso sucedió, y Camilo ya camina sin bastón.
“Los médicos dicen que está bendecido. Caminó tres semanas después de la cirugía con bastón y ya en enero lo soltó”, dice su progenitora.
El mismo Camilo cuenta su historia con toda lucidez.
Los médicos explican que esto se debe a que la zona afectada no fue la izquierda, la cual está encargada de los centros de lenguaje.
Él mismo dice sentirse como un milagro.
“Los responsables de que hoy esté recuperándome, son principalmente Dios y la Virgen, mi familia, mis amigos, las personas de mi colegio, el buen trato y el conocimiento de todo el equipo médico. No me quiero quedar atrás y no me voy a quedar atrás, quiero seguir con mi vida, quiero graduarme, quiero vivir y vivir con la misma fe en Dios. Creo que los milagros existen y hoy me considero uno de ellos. Cuando me veían pocas esperanzas de vida, no solo viví sino que me recuperé y me sigo recuperando, ahora debo luchar por mover mi brazo y seguro lo voy a mover, con la ayuda de Dios y de la Virgen”, expresa Camilo.
Camilo es el segundo de tres hermanos. Este año se gradúa en secundaria en el Colegio Británico y quiere estudiar Negocios Internacionales en Bogotá, al lado de su hermano mayor, Juan David.
Continúa haciendo sus terapias, y aunque todavía no puede mover su brazo derecho, asegura que con fe en Dios, lo moverá. Mientras tanto se dedica a  contar su historia para dar esperanzas de vida y agradecer a Dios todo lo que le ha sido posible y que parecía imposible.
“Tengo dos fechas de cumpleaños, una es la del 4 de febrero y la otra es 16 de noviembre que fue la primera cirugía, porque después de eso volví a nacer”, finaliza.