Facetas


Sobre dos ruedas

ANDRÉS PINZÓN SINUCO

01 de julio de 2012 12:01 AM

Sentir la brisa marina de la ciudad dejando atrás calles históricas, balcones barrocos, y toda la arquitectura civil, militar y religiosa que bordea la bahía interior de Cartagena, para muchos podría ser la definición de un placer perfecto.
Ahora bien, esa sensación se multiplica si se abren los sentidos cuando se pedalea en una bicicleta, y es quizá la razón por la que cada vez es más frecuente el uso de este vehículo de transporte personal en la ciudad.
El auge de las dos ruedas se debe también al aumento de negocios que alquilan bicicletas a 3.000 pesos la hora en el Centro Histórico, especialmente en Getsemaní donde hay 5 de estos lugares, congregando a todo tipo de personas alrededor de un consolidado ambiente cultural que pretende dejar de lado la sombra negativa que alguna vez pesó sobre el barrio.
Ruben Darío Rodallega Ortiz, es el propietario de 80 bicicletas que renta todos los días en el Callejón Ancho de Getsemaní, sobre todo durante los fines de semana y festivos, pues su actividad depende del tiempo de ocio de las personas.
Inició su negoció con 6 bicicletas que compró en Bogotá motivado por la idea de tener una segunda entrada económica y después de recordar que en su niñez también las alquilaban en la Calle Lomba.
“El fin de semana hay unas 75 de mis bicicletas rotando en un periodo de 3 de la tarde a 9 de la noche, que es lo que más se mueve”, admite el caleño que reside en Cartagena hace 40 años.
En su negocio, que administra junto a su mujer, padre y sus tres hijos, basta con dejar un documento personal para elegir entre una bicicleta tipo playera (la más común con canasta y parrilla), la de doble asiento ($ 6.000), y las más clásicas (cuyo precio no varía).
Y aunque podría pensarse que son más los extranjeros o los turistas nacionales quienes prefieren este vehículo de autopropulsión, lo cierto –revela- es que son más los cartageneros los que las rentan.
El cartagenero se está acostumbrando a manejar bicicleta, lo que pasa es que era un negocio exclusivo del turismo, porque los precios eran muy elevados, todavía en el Centro Histórico se manejan precios de $9.000, aquí en Getsemaní hemos mantenido la tarifa de $ 3.000 y la respuesta ha sido grande”.
Otro de los factores que influyen en su uso es que cautiva a gran parte de quienes disfrutan la Cartagena que se percibe cuando muere el sol, pues, inclusive, hasta la medianoche es posible devolverlas a sus dueños.
“A medida que se iban alquilando, iba invirtiendo la plata, después hice un viaje a mediados de marzo pasado gracias a un crédito”, advierte Rodallega indicando que asume cualquier percance que sufran los vehículos cuando están rentados.

Contratiempos
Asegura que el contratiempo más grave que le sucede ocasionalmente a los ciclistas es la pinchadura de una llanta, pero que soluciona el inconveniente yendo hasta donde están los usuarios y entregando otra bicicleta.
Aconseja a sus clientes salir siempre en grupo y tratar de tener dos filas para evitar tener un percance con los automóviles si se conduce más allá del sector amurallado.
Es importante también, asegura el getsemanisense por adopción, que el usuario se fije que la bicicleta a alquilar tenga luces muertas.
Pero la evidente demanda de bicicletas no se refleja sólo en las que son alquiladas para la recreación sino en la escalada de ventas de estos vehículos.
Así lo confirma Juan Carlos Berrocal, uno de los múltiples vendedores de repuestos y bicicletas de la Heroica.
“Se están vendiendo muchas bicicletas... la verdad es que hoy bastante movimiento, las de niño se venden en $ 135 mil, pero también hay de $ 150 y de $ 180, el valor depende de los repuestos”, asegura Berrocal.

Dos perspectivas
Dos de los usuarios que han adoptado, hace más de dos décadas, a la bicicleta como medio preferido de transporte en la ciudad son Salvo Basile, presidente del Festival Internacional de Cine Cartagena de Indias, y Gerardo Nieto, director del festival de cine para niños Festicinekids.
Ambos ofrecen sus perspectivas sobre la popularización de las bicicletas, pero además llaman la atención de los usuarios hacia las responsabilidades que tienen que asumir en la vía.
Basile indica que su afición empezó “desde siempre” e impulsado por la oportunidad que dan las bicicletas de tener un contacto mucho más cercano con las personas.
“Vivo en el Centro hace 25 años, me encanta porque tienes más contacto con la humanidad del Centro, con la gente, no bloqueas el tránsito, y la bicicleta me da la posibilidad de atender a todo el mundo, de saludar a todos los amigos”.
Su llamado de atención va hacia la necesidad de que los ciclistas utilicen casco “y una luz anterior y posterior”, elementos que, según él, no proveen los negocios de alquiler como es su responsabilidad.
En consecuencia, advierte sobre el peligro de transitar la Avenida Santander, como es usual en los recorridos de la mayoría. “Es peligrosísimo andar sin luces en la Santander, he visto grupos de niñas inexpertas que arriesgan sus vidas, atravesándola...”.
En el mismo sentido, se refiere a la toma por asalto del espacio público por parte de los vendedores ambulantes que impiden el tránsito no solo de las bicicletas sino de los transeúntes.
“En todos los centros históricos del mundo hay zonas para bicicletas y peatonales, pero aquí los comerciantes se volvieron locos, y ellos se van a adueñar de la ciudad... el Centro debería ser peatonal y de bicicletas así es mi ciudad natal Nápoles (Italia)”.
Simultáneamente, Gerardo Nieto explica que su fascinación por la bicicleta nace de la contemplación del entorno mientras atraviesa casi todos los días, de ida y vuelta, Bocagrande hasta la Avenida del Lago a la altura de un centro comercial en el que tiene su oficina.
“Los beneficios en comparación con un carro son muchos: primero tú logras ver y apreciar en detalle todo tu entorno que en un carro por ir rápido no alcanzas a ver. A veces es un poquito deprimente porque ves todos los detalles malos de las calles, pero sí logras apreciar lo que es la arquitectura hermosa”, asegura el Director de Festicinekids.
Y es que para él pedalear en su bicicleta es como “ir de paseo... me gusta mucho cuando voy pasando y veo el mar o el parque de Bocagrande, es un privilegio vivir en un lugar donde se pueda ver eso”.
De ahí que considere que lo mejor sería que menos gente alquilara bicicletas y en su lugar las tomaran definitivamente como su principal medio de transporte.
Su pasión por estos vehículos lo motiva también a desarrollar cada año un Movie Bike Tour, uno de los eventos que contempla el programa de su festival anual, en el que recorre el Centro Histórico en bicicleta con los niños y jóvenes de los múltiples colegios de Cartagena y Bolívar que participan.
“Les muestro a las personas las diferentes locaciones en las que se han filmado películas en Cartagena, es un tour único en el mundo. Recomiendo a los nuevos ciclistas pasear por la muralla, es una experiencia increíble allí está el Museo de las Fortificaciones, queda en baluarte de Santa Catalina”.
El experimentado ciclista coincide con Salvo Basile, en haber visto a muchos transitando en las noches sin las luces apropiadas y sin casco. “Las dos veces que me caí usaba el casco, y puedo decir que eso fue lo que me salvó la vida. Hay una norma muy buena que dice que los ciclistas deben transitar con un metro de distancia del andén y casi nadie lo hace”.
Agrega que “las estadísticas de los ciclistas dicen que uno tiene un accidente aparatoso cada 7 años, yo en los 25 años sólo he tenido dos accidentes aparatosos, en un mal cálculo con el andén caí al suelo y me rompí dos costillas”.
Lo anterior sumado a la proliferación de estos medios de transporte personales hacen necesaria una reglamentación clara sobre lo que está permitido o no al momento de ver a Cartagena sobre dos ruedas.
La otra cara de la moneda es la irresponsabilidad de muchos de los ciclistas como lo han denunciado no sólo Nieto y Basile, sino muchos de los lectores de este medio de comunicación a través de los buzones.

“VAMOS A REGULAR”: DATT
Respecto de la proliferación de bicicletas, el director del Departamento Administrativo de Tránsito y Transporte (DATT), Edilberto Mendoza, indicó que le preocupa “la manera desordenada” en la que transitan los ciclistas por las vías de Bocagrande, Centro Histórico, y en la Avenida Santander. “Voy a pedir apoyo para revisar la normatividad de los negocios de alquiler de bicicletas, ya tengo identificados algunos sitios que las arriendan y procederemos a revisar su legalidad. Todo encaminado a proteger la vida de las personas”.
Añadió que tal regulación se establece en los artículos 94 y 95 del Régimen Jurídico Nacional de Tránsito.
Según Mendoza, todos los ciclistas deben “utilizar cascos, tener chalecos reflectivos entre las 6 p.m. y las 6 a.m., tener luces en horas de la noche, ubicarse máximo a un metro de distancia del anden. Si van en grupo deben ir en fila”.

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