Durante los últimos años, Ligia Pomares Guerra llevaba aliento a otras mujeres que lo necesitaban. Tenía que librar una batalla propia por vivir pero no importaba, ella sacaba fuerzas de su ser y ayudaba a hacer más llevadera la vida de otras personas. Con el grupo ‘Las guerreras de Cristo’, la cartagenera era una mano amiga para las pacientes que, como ella, luchaban contra el tan temido cáncer.
El de ella fue un cáncer que mermó sus días por siete años, que combatió valientemente, que la hizo sufrir pero que no abatió sus ganas de ayudar. (También le puede interesar:Video: Tiene 30 años y lucha por superar el cáncer de mama)
“A pesar de estar en las quimioterapias ella, con su grupo ‘Las guerreras de Cristo’, daba ese mensaje de aliento a otros pacientes. Es una de las cosas que me ha motivado a meterme en ese cuento. Sé que vamos a lograr grandes cosas con esto, muchísimas”, cuenta con voz pausada y tranquila Fabio Armando Zambrano Pomares, de 35 años. Es médico de la Universidad del Sinú, director del programa COVID -19 de la Unidad de Salud de la Policía Nacional en Bolívar y es el hijo mayor de Ligia.
Lo cuenta hoy, un año después de haberla despedido tristemente para siempre en un cementerio porque Ligia, desafortunadamente, no siguió acompañando, ni a él ni a los suyos. Falleció. Tenía 51 años.
Y Armando la extraña tanto, tanto, que prefiere no hablar en detalle sobre ella porque es algo que lo “golpea fuerte”, afirma.
Pero si de algo está seguro Fabio, que es médico hace varios años y que vivió de cerca todo el proceso de su madre, es de que la historia de Ligia sería distinta si hubiera existido un diagnóstico temprano. Es tan, pero tan, consciente de ello que se ha empeñado en no dejar morir aquel ímpetu con el que su madre sorteaba su propia salud para aconsejar a otras mujeres y para prevenir aquella enfermedad.
“El motivo por el cual estamos aquí -afirma Fabio- es de una u otra forma porque, debido a que se celebra el Día Mundial de la Lucha Contra el Cáncer de Mama, queremos tratar de aportar un granito de arena, de dejar un mensaje de prevención en la sociedad y es: ¡revisate, en tus manos está tu futuro!”.
En Colombia el cáncer de mama, que le quitó la vida a Ligia, es la segunda causa de muerte en mujeres y cada año en el país mueren alrededor de 3.500 personas por este padecimiento. (Lea también: Video: “Me diagnosticaron cáncer de seno y yo solo tenía 29 años”)
En el carro van a ir plasmados todos los deseos de personas sobrevivientes al cáncer, de artistas y miembros de movimientos de mujeres.
Una forma de ayudar
El aquí, donde nos encontramos, es en la Unidad de Sanidad de la Policía Nacional, en Manga, donde a propósito de conmemorar el Día Mundial de la Lucha Contra el Cáncer de Mama, se inaugura el primer ‘Consultorio Rosa Mujer 10’, a donde pueden acudir las uniformadas de esa institución y no uniformadas beneficiarias de esa entidad de salud, “para acceder rápidamente a una atención multidisciplinaria acompañada por medicina general, permitiendo un diagnóstico temprano y el tratamiento de rehabilitación”, precisa la teniente Diana González, integrante de la Dirección de Sanidad, quien está junto a Fabio. Además, en el acto de inauguración hay autoridades locales y algunos artistas.
“Si a mi madre le hubieran hecho un diagnóstico temprano, probablemente la tendríamos aquí con nosotros (...) Mi mamá fue mi mamá y mi papá, te puedes imaginar la falta que me hace, tengo a mis dos hermanos, que son mis pedacitos de ella, que están vivos”, vuelve a insistir el médico que, además de salvar vidas, es aficionado desde muy niño a los car audio, una pasión que comenzó a combinar ahora con la idea de seguir el legado de lucha contra el cáncer que su madre sembró en su corazón.
La ‘Tumbacatre’ y el mensaje que llevará
¿Y cómo pueden relacionarse el car audio y la prevención del cáncer de mama y de cuello uterino? Fabio encontró la respuesta en un vehículo que ha construido con mucho empeño, con tiempo, con dedicación y que es muy respetado en el gremio: la Tumbacatre. Es una camioneta Mitsubishi Montero, con un potente equipo de sonido en su parte trasera y con un completo cajón de parlantes que se despliega en la cubierta superior. (También le puede interesar: El cáncer de mama en jóvenes es una realidad)
“En el carro van a ir plasmados todos los deseos de personas sobrevivientes del cáncer, de artistas, de los movimientos de mujeres y todos los que quieran firmar para poder así, en las exhibiciones del carro, captar pacientes”, sostiene el médico. Entendiendo por pacientes a personas comunes o corrientes, a quienes puedan invitar a prevenir la enfermedad, porque todos estamos expuestos a padecer cáncer.
El proceso consiste en ofrecer mamografias y valoraciones para aquellas personas que no tienen acceso a la red hospitalaria o a la ruta de salud, para que tengan un diagnóstico oportuno “con médicos reconocidos que se han vinculado para aportar su granito de arena para disminuir las muertes de mujeres por cáncer en la ciudad y en Colombia”, agrega Fabio.
“Ahora mismo estamos en los car audio, estamos yendo a nivel nacional, a Sincelejo, a Medellín, a La Guajira, con la Policía Nacional vamos a iniciar otros recorridos por los municipios de Bolívar. El cáncer es una realidad que puede tocar a nuestra familia, queremos tratar de concientizar a la gente de que si te haces una diagnóstico oportuno puedes obtener una mejor expectativa de vida, es decir, después del cáncer, sí hay vida”, refiere.
Otra sobreviviente...
“Desde pequeño me gusta esto de los car audio y siempre he tenido carros de competencia, actualmente con la Tumbacatre estamos top en Colombia. ‘La Tumba Catre’ es la canción de Juan Piña que describe en sus letras que la tumba catre es una mujer cartagenera, echada para adelante, pero entonces nosotros le agregamos que La Tumba Catre también sufrió de cáncer de mama y es una sobreviviente y la idea es que la Tumbacatre deje ese mensaje de prevención ante el cáncer de mama”, puntualiza.
La tarde de este martes, algunas sobrevivientes del cáncer y pacientes que aún lucha contra él, han comenzado a firmar con su mensajes a la Tumbacatre, son letras que empezaron a escribirse en los gigantescos parlantes y con las que Fabio espera poder construir una cadena de reflexiones para poder tocar más vidas antes que el cáncer lo haga.
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