Aunque este grano hijo de Los Andes fue indispensable en la vida de los indígenas en nuestro continente, son muchos quienes hasta ahora lo están redescubriendo.
Lo cierto es que para incas y aztecas, la quinua representaba un tesoro, y al analizar la cantidad de omega 3 que contiene, en contraste con su bajísimo contenido de grasas, se entiende por qué estas
comunidades no sufrían de problemas cardiacos.
Es más, su reputación sigue vigente y una prueba contundente es que la NASA la incluye en la dieta de sus astronautas.
Así mismo, estudios científicos definen a este grano –que suele confundirse con un cereal- como “un alimento funcional”, capaz de prevenir una serie de enfermedades muy comunes hoy. Por ejemplo: problemas cardiacos, depresión, ansiedad, insomnio, estrés, diabetes y obesidad.
MÁS BENEFICIOS
Larga vida y juventud
Gracias a sus enormes cantidades de magnesio, calcio, zinc, hierro, potasio y vitaminas del complejo B, al igual que la E, esta semilla es uno de los alimentos antioxidantes por excelencia. Un perfecto elixir de salud.
¡En la cocina!
Se le llama pseudo-cereal, pues se prepara de manera muy similar a los cereales. Aunque no se remoja, es indispensable lavarla bien para evitar un sabor amargo.
Luego se pone a hervir durante 15 o 20 minutos y estará lista para ser usada en todo tipo de preparaciones –como ensaladas- o adicionarse a los batidos proteicos tan usados por los deportistas.
Una bebida milagrosa
Una excelente forma de aprovechar sus beneficios es preparándola así: hierva a fuego lento en 1 litro de agua 8 cucharadas de quinua bien lavada y previamente remojada, durante 5 a 10 minutos. Cuele… y listo, tendrá su leche de quinua, a la cual le podrá agregar miel.
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