Revista nueva


Desde los 25…; Prepárese para la huída hormonal

EL UNIVERSAL

07 de julio de 2012 12:01 AM

No nos digamos mentiras: a pesar de que las nuevas generaciones han escuchado de sus mamás que la historia de terror sobre la menopausia es cosa del pasado (y que ellas ya aprendieron a gozarse esta etapa normal en la vida de todas las mujeres), aún resuenan en sus oídos la experiencia de las abuelas.
Esas mujeres que, en su mayoría, sufrieron “a palo seco”, sin contemplaciones y sin ayuda médica los rigores de la menopausia, con todo y sus sofocos, pérdida del cabello, resequedad “aquí y allá”, riesgo de tener huesos frágiles como la porcelana y uno que otro cambio en el humor: de angelical a uno de los mil demonios.
E incluso así, las mujeres de esas nuevas generaciones, entre 25 y 40 años de edad, solo mueven la cabeza, sonríen y olvidan el cuento porque ven muy lejana la menopausia.
Pues deberían tener en cuenta el cuento y recordarlo, por dos razones: porque son contadas las excepciones de aquellas mujeres que no experimentan ningún síntoma, y porque es posible preparar nuestro organismo con suficiente tiempo para enfrentar cada uno de los embates de la madre naturaleza cuando se nos acaba el estrógeno.
Por supuesto, no le estamos diciendo que agarre un calendario del año 2038 y ponga un “ojo” en el mes de julio como posible llegada de la menopausia.
Mejor la animamos a prepararse desde ya, haciendo de ciertas actividades hábitos de vida, tan naturales como respirar. Estos le ahorrarán el estrés (“¡Dios mío, soy menopáusica!”) y reforzarán todo su organismo, preparándolo para la llegada de una etapa que hoy, indiscutiblemente, merece una mirada distinta porque nos brinda a las mujeres modernas muchos más beneficios emocionales.
Haga rutina de vida las siguientes recomendaciones de ginecólogos y endocrinólogos…; y nos hablamos en unas cuantas décadas para ver cómo le fue.

1. Alimentación vs menopausia
Teniendo en cuenta que toooodo nuestro cuerpo y su funcionamiento cambia con la llegada de la menopausia, lo que comemos es un factor clave.

- El estrógeno saldrá huyendo. Y con él llegarán los calores, la sequedad vaginal, los cambios de humor…; Y una fórmula para compensar esa pérdida es consumir muchos vegetales, pues estos contienen estrógenos vegetales.
La medicina no tradicional nos aconseja comer alimentos hechos con soya, por ser fuente de isoflavonas (una sustancia vegetal que puede actuar como estrógeno). La filosofía ayurveda, por su parte, nos da un valioso consejo: a partir de los 25 años de edad, tomar cuatro cucharaditas diarias antes del desayuno de alove vera o cristal de sábila. No necesitará durante la menopausia acudir a reemplazo hormonal.
- El colesterol en sangre aumentará. Para prevenir esa condición, siga las recomendaciones que a hombres y mujeres siempre nos han dado: coma muchos alimentos con fibra (pan integral, manzanas, peras, fríjoles y verduras) y disminuya o elimine de su dieta aquellos cuya grasa proviene del reino animal.
Haga énfasis en alimentos que contengan Omega 3 y 6 (pescados entre ellos). A propósito, estos omegas previenen el cáncer de riesgo que aumentan en la menopausia.

- Los huesos se nos pondrán frágiles. Y aunque suene a chiste, por algo le dicen a esta etapa “la edad de la porcelana”. Y en serio, aumenta dramáticamente el riesgo de sufrir osteoporosis.  Ya se sabe que a partir de los 35 años la densidad de los huesos comienza a disminuir. Para reducir el riesgo de que los huesos se vuelvan “porosos”, consuma alimentos ricos en calcio y en vitamina D.
El calcio lo tienen de sobra los lácteos. En cuanto a la vitamina D (necesaria para que el calcio “se pegue” en el hueso), está en el sol (expónganse 10 minutos diarios…; ¡sólo 10 minutos!) y en los pescados y mariscos.

- ¡Auxilio, nos vamos a engordar! (Bueno, no todas…;) La única forma de evitar este drama es implementar desde ya un programa de ejercicio diario (más adelante le ampliamos este punto) y de nutrición balanceada. El asunto es fácil: nada de alimentos ricos en grasa animal, comida chatarra, ni exceso de carbohidratos y menos azúcares.
Haga énfasis en las ensaladas, en las frutas, en el pollo sin piel, en  pescados como el salmón y las sardinas, en el arroz integral y en los muchos granos enteros.

- Ohh, los sofocos. Eso de salir corriendo a bañarse con agua fría a las tres de la mañana puede prevenirse con el consumo de soya…; los médicos no tradicionales aseguran que por su contenido de isoflavonas da excelentes resultados.

- El pelo se debilitará…; o quizá se caiga. Bueno, desde ya utilice productos de calidad y procure mantener unos niveles razonables de estrés. Si ve que su pelo ya tiene problemas, compre champús y cremas formulados específicamente contra la caída del pelo y ayúdese con productos naturales (¿leyó nuestra edición anterior?).

La piel se resecará. Ni modo, ese es el resultado de la falta de estrógenos. Así que huméctela como si en eso se le fuera la vida. Muuuucha crema hidratante todos los días, en todo el cuerpo, cada vez que pueda.

Y deje de fumar, porque el cigarrillo hace que la piel  envejezca prematuramente.

2. ¡A moverse!
Unos músculos y huesos resistentes serán la mejor arma para enfrentar la menopausia. Y eso lo logrará haciéndose amiga de la actividad física diaria…; por lo menos durante 30 minutos. Ni se imagina sus beneficios.
- Haga aeróbicos por su corazón. Correr, nadar, caminar (¿más fácil para dónde?) bailar (divertidísimo), son actividades que aumentan la capacidad cardiovascular (una “víctima” en la menopausia, pues dicen las investigaciones que en esa etapa las mujeres tienen tanto riesgo de infarto como el hombre). Estos ejercicios obligan al corazón a trabajar con mayor energía y también oxigenan el organismo.
- Haga pesas por sus huesos. Levantar pesas es uno de los ejercicios que mejor mantienen la salud ósea, lo que disminuye el riesgo a futuro de osteoporosis, una de nuestras peores enemigas en la menopausia.
- El piso pélvico puede irse…; al piso. Esto significa que si usted no refuerza esos músculos desde los 25 o 30 años, podría sufrir incontinencia en la menopausia.
Entonces, ¿lista para hacer uno de los ejercicios más eficaces? Se lo debemos a un doctor llamado Arnold Kegel (¡se merece que le prendamos velitas!) y es súper fácil, lo puede hacer mientras está parada, sentada o caminando…; y nadie se dará cuenta. Imagine que quiere ir al baño a orinar y no encuentra ninguno. Contraiga los músculos pélvicos durante 10 segundos, suéltelos suavemente. Repita 10 veces más el ciclo. La idea es aumentar paulatinamente el tiempo y apretarlos hasta 20 segundos.
3. Sea optimista y feliz
Un buen número de mujeres en la menopausia tienen cambios en todo su mapa emocional. Bajones de ánimo, melancolía, algo de tristeza e irritación suelen aparecer.
Ojo a los resultados de una investigación realizada en la Universidad de Oxford: las  mujeres que tuvieron vidas estresantes en sus 30 y 40 sufrieron los síntomas de la menopausia con mayor intensidad.
¿Qué hacer entonces como medida preventiva? Aprenda a manejar el estrés, tómese la vida con calma, recuerde el sabio refrán: “si el problema tiene solución, ¿por qué preocuparse?; y si no la tiene…; ¿entonces para qué preocuparse?”. Haga yoga, acostúmbrese a darse una vueltica a la manzana en la noche para respirar profundo y alejar los pensamientos negativos de su cabeza.
Y lo más importante: asegúrese de tener una relación estrecha con su pareja, con sus hijos, con sus amigos, con su familia de origen. Sobre todo con su pareja, no solo porque será el soporte en los días de bajo ánimo sino porque entre los dos tendrán que hacer ciertos cambios en su vida sexual, por aquello de la resequedad vaginal y de la baja autoestima (¡ya no soy tan linda como antes!).

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¿Qué le va a suceder?
Aunque no todas las mujeres sufren todos los síntomas (algunas pocas, mimadas por la madre naturaleza ni siquiera los sienten y si los tienen estos aparecen en su mínima expresión), la mayoría sí debe afrontarlos y por eso no tenemos más remedio que recordarle los signos más frecuentes de la menopausia.
Pero también debemos reiterarle que cada uno de ellos tiene solución y eso “la obliga” a gozarse, con todas las de la ley, e a nueva etapa de la vida. Con asesoría de la doctora Isabel Jáuregui, ginecóloga y miembro de la Sociedad Mundial de Menopausia, le decimos tres de las situaciones más usuales qué esperar.

• Los sofocos, a veces acompañados de sudoración, son la respuesta del organismo a la disminución de los niveles de estrógeno. Durante un oleada caliente, que normalmente dura de 30 segundos a 5 minutos, el corazón palpita más rápido y la temperatura de la piel aumenta. Si eso le sucede, puede también ser una señal de que sus arterias están enviando una señal de alerta, así que consulte.
• La caída de los niveles de estrógeno origina sequedad o contracción de los tejidos vaginales, lo que a su vez causa sexo doloroso. Pero no se resigne, pregúntele a su ginecólogo sobre tratamientos a largo plazo, seguros para la salud, que pueden evitar este sufrimiento sin poner en peligro su vida. Recuerde que  los lubricantes vaginales  solo  ofrecen alivio momentáneo.
• La mitad de todas las mujeres de más de 50 años tendrá en algún momento una fractura causada por la osteoporosis. No solo antes de la menopausia, sino antes y después, haga ejercicio a diario, aliméntese bien, haga énfasis en el consumo de calcio y disfrute del sol cada día.
Estudios recientes concluyen que la terapia hormonal es segura si se inicia en el tiempo adecuado (antes de los 60 años) y no cuando el cuerpo ya está deteriorado y el paso de los años hizo su obra. Esta terapia es la forma más eficaz para aliviar los síntomas menopáusicos moderados a severos, como sofocos, sudores nocturnos y sequedad vaginal. También ayuda a prevenir la osteoporosis posmenopáusica y ha demostrado su eficacia para reducir las fracturas en todos los huesos del cuerpo.

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TERAPIA HORMONAL: AL FIN…; ¿SÍ O NO?
Hace 10 años, un alarmante comunicado divulgado por el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre, de Estados Unidos, anunció la suspensión de una parte del estudio Women’s Health Initiative (WHI) tras encontrar un incremento del riesgo de cáncer, enfermedad coronaria, trombosis y tromboembolismo pulmonar en las mujeres participantes a quienes se administraba una terapia hormonal a base de estrógenos y progestágenos. La prensa mundial hizo eco del comunicado, y como resultado miles de mujeres en todo el planeta abandonaron súbitamente la terapia que tomaban para el control de los síntomas de la menopausia.
La doctora Isabel Jáuregui, ginecóloga y miembro de la Sociedad Mundial de Menopausia, explica que luego de publicados los resultados del estudio se ha cuestionado su validez, debido a fallas en la selección de la muestra. “El promedio de edad de las mujeres que tomaron parte en el WHI era de 65 años, es decir, 15 años después de que las mujeres iniciaran la menopausia. Por eso no se beneficiaron de la terapia hormonal. Pero de ninguna manera se puede culpar al tratamiento por los efectos adversos que se observaron”.
De hecho, en las pacientes que tenían alrededor de 50 años los resultados  fueron muy distintos. “Evidentemente, si se empieza a tratar a una mujer cuando tiene 65 años, el daño ya está hecho,  su cuerpo tiene más de una década deteriorándose por la falta de las hormonas que son fundamentales para la salud del corazón, los huesos y el sistema nervioso. En cambio, si se le da a una mujer sana, se le podrá mejorar su calidad de vida durante muchos años y tendrá un envejecimiento mucho más saludable”.
Incluso, aunque en esa oportunidad se asoció la terapia con una mayor incidencia de cáncer de seno, para la doctora Jáuregui no se puede afirmar que el número de casos haya disminuido gracias a la interrupción del tratamiento. “Cuando uno le formula terapia hormonal a una mujer, lo primero que hace es pedirle una mamografía. Si tiene nódulos sospechosos, esa paciente recibirá diagnóstico y tratamiento temprano, y seguro no se va a morir por ese tumor.  Pero si no está tomando nada, de pronto se descuida y se le descubre la enfermedad más tarde, cuando tiene menos posibilidades de salvarse”.
La terapia de remplazo hormonal se ofrece a las mujeres a partir de los 50 años para aliviar los síntomas asociados al climaterio, como los bochornos, la sudoración nocturna, el insomnio, la resequedad vaginal y la irritabilidad. Además, ha demostrado tener un efecto protector en el corazón y los huesos, puesto que los estrógenos son esenciales para la circulación y la fijación del calcio.
Esas recomendaciones están avaladas en estudios científicos recientes. En dos investigaciones publicadas en 2011 en las revistas American Journal of Epidemiology y Menopause, los expertos hallaron que las mujeres que habían interrumpido la terapia de remplazo hormonal tenían muchas más posibilidades de sufrir fracturas que quienes la tomaban regularmente. Y otro estudio reveló que las pacientes que seguían el tratamiento eran menos propensas a morir por enfermedades del corazón que quienes no lo hacían.

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También deberá…;
Dejar de fumar. Si todavía pertenece a esa especie en vía de extinción, ¡abandónela de inmediato! ¿Sabe por qué? De acuerdo con estudios realizados en la Universidad de Arizona, a las fumadoras les llega la menopausia dos años antes.
Disminuir el consumo de bebidas alcohólicas. Esto, porque los traguitos de más no solo aceleran la pérdida de calcio sino que hacen más intensas las oleadas de calor al dilatar los vasos sanguíneos.
Bajarle a la sal. Su exceso aumenta la retención líquidos. Así que desde ahora, ¡límites razonables con el salero!
Acostumbrarse a dormir bien. Desde ya, organice todo un programa de buen sueño. Por ejemplo, que sea hábito usar la cama solo para dormir (bueno, también para otro menester) y no para comer, ver TV, trabajar o discutir. Recuerde que en la menopausia los bajos niveles de estrógenos afectan el sueño y propician el insomnio.
Hacerse una prueba de osteoporosis a partir de los 35.Pídale a su médico ordenarle una prueba de densidad mineral ósea, y con mayor razón si tiene antecedentes genéticos.
Sobra recordar la importancia de la mamografía anual a partir de los 40 como una forma de detectar el cáncer de seno a tiempo.
Leer, mantenerse informada, llenar crucigramas. Una actividad mental e intelectual constante le hará llegar a la menopausia más alerta y con neuronas listas para combatir la pérdida de memoria.

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