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A los 40: un embarazo nada embarazoso

REVISTA NUEVA

08 de febrero de 2013 11:57 PM

Hasta hace poco era considerado un riesgo dar a luz por primera vez corridos los 30.  Hoy día, estrenarse en la maternidad después de esa edad es absolutamente normal, pues las parejas prefieren alcanzar estabilidad económica, emocional y laboral antes de lanzarse a la aventura de criar a otro ser humano.
Si bien es cierto que a los 20 las mujeres somos más aptas físicamente para enfrentar un embarazo, el estilo de vida influye en esa aseveración. Porque más importante que una cifra, es el estado de salud de quien aspira a madre; y eso está evidenciado en su edad biológica, es decir, en el estado y funcionamiento de sus órganos.
Por otro lado, hay ciertas ventajas emocionales que brinda la madurez. Condiciones como la paciencia, serenidad y constancia, son generalmente más compatibles con las personas maduras.  A los 20 estamos en el cénit de nuestra energía y fuerza creativa, y la búsqueda individual implica casi siempre un girar por distintos estados.
Pero junto a estas ventajas suelen convivir sus opuestas. La energía demandada por un niño no debe tomarse a la ligera y en algunas ocasiones este simple hecho repercute en que a los hijos los resulte criando la niñera. Y también es cierto que con el tiempo tendemos a volvernos un poco aburridos, acérrimos con nuestros hábitos y perdemos cierta capacidad de arriesgarnos, de andar por la vida más…; “sueltos”. El espacio que se le pueda brindar a un ser en crecimiento no solo depende del perímetro de su habitación o zona de juegos, la posibilidad que tenga para explorar el mundo y aprender de sus caídas será un hecho determinante.
Tener en cuenta este y otros atenuantes es útil a la hora de plantearnos una maternidad tardía. ¿Qué tan saludable me encuentro? ¿Cuánto movimiento y actividad física hago? ¿Cómo me alimento?.... son preguntas que debe considerar si lo suyo es ser mamá a los 40.

¿Por qué la maternidad “tardía?”
Como lo adelantábamos palabras atrás, no es del todo cierto que la edad sea la única determinante cuando de embarazo se trata. Y ese es uno de los  mitos que se está extinguiendo con rapidez por estos tiempos.
Sumado a ello, la mayoría de mujeres que hoy tienen 40 son evidentemente más jóvenes que las de tiempos pasados. Eso no solo obedece al uso de herramientas médicas y estéticas que ahora poseemos; también parte del no resignarse o de la pericia con que elijamos nuestros hábitos.
En el pasado se quedaron cuidados arcaicos como las dietas hipocalóricas y los días de encierro con que se cuidaban nuestras abuelas. Gracias a internet todas podemos hacernos una idea previa de la alimentación que necesitamos para estar más fuertes y sintonizadas con la maternidad.
Sin embargo, también es una gran equivocación pensar que para tener un embarazo exitoso solo importa la edad y el estado de salud de la madre. Los casos de gestaciones deseadas que no llegan a materializarse también dependen del envejecimiento masculino.
Si bien es cierto que los hombres pueden concebir estando más viejos que las mujeres (incluso algunos logran ser padres a los 70), la cantidad y calidad de los espermatozoides van perdiendo su pulso. Y entre más edad tenga el padre, más difícil será para él procurar su parte reproductiva. Pero este tema, más que un mito, parece una especie de tabú.
El derrocamiento de estas y otras creencias, sumado a los cambios culturales que afronta el mundo, resulta en razones muy variadas que apoyan esa idea en boga de concebir tardíamente. Y ya no solo es cuestión de las personas con problemas de fertilidad estrenarse como padres después de los 35.
Muchas parejas duran años, incluso décadas, tratando de concebir; en el caso de otras, simplemente acceden a emprender una segunda familia o se descuidan con la anticoncepción mientras educan a sus hijos grandes. Pero ahora cada vez se hace más común que el motivo para tomarse un tiempo sea el desarrollo profesional y económico de la mujer.
Y a propósito de eso, muchas congelan sus óvulos más fértiles para no arriesgarse a nada, pues según las estadísticas es muy difícil quedar en embarazo con los óvulos producidos cuando se tienen más de 43.
Los riesgos y temores
Retrasar el embarazo significa emprender una carrera contra el reloj biológico y de las medidas tomadas dependerá llevarlo a feliz término. Cuestiones que afectan a cualquier mujer se vuelven más probables: infertilidad, abortos espontáneos, embarazos ectópicos, problemas en la placenta, cesáreas, partos prematuros y alteraciones cromosómicas. Se calcula que una mujer mayor tiene tres veces más posibilidades de padecer estas complicaciones.
Por otro lado, las típicas molestias de la gestación como el dolor de espalda, incrementan su resistencia e intensidad con la edad, haciendo, en algunas ocasiones, más difícil llevarlas.
También se complica la restitución de la piel a su estado natural. La pérdida incontrolable de elasticidad que acompaña la vida en los 40 es uno de los retos más difíciles de sortear. Haber usado cremas o aceites humectantes con frecuencia y controlar el peso durante la gestación serán claves a tener en cuenta.
Pero lo más importante es optar por una actitud positiva para afrontar este periodo. Pues se debe tener especial constancia en los exámenes y chequeos de rutina, y esto implica no solo practicarse las pruebas, el análisis de los resultados es lo más importante.
Si está pensando posponer su embarazo, tómese el tiempo para analizar su estado de salud. La visita a un médico es el comienzo de un conjunto de circunstancias que garantizarán el éxito, sobre todo si se trata de su primer embarazo. Además de descartar infecciones y otros padecimientos, será vital no solo para usted sino para su futuro hijo; así que no escatime esfuerzos y cuidados…; pues el embarazo tan solo es el inicio de un largo camino.
Por otro lado, si afronta problemas con su peso, lo mejor es solucionarlo antes del embarazo. El control nutricional durante este periodo se hace más complicado si comienza con algunos kilos en contra. Por si fuera poco, los dolores óseos y musculares, la retención de líquidos y enfermedades serias como la hipertensión y la diabetes, aumentan su riesgo de padecimiento en proporción a su peso.
Dejar las gaseosas, comida chatarra, alcohol y cigarrillo es un excelente comienzo en cuanto a su dieta. Tampoco descuide la hidratación si espera mantener su piel firme y a salvo de texturas indeseadas.

SOBRE LA INFERTILIDAD
Lo que generalmente recomiendan los médicos a las parejas que se preocupan por la infertilidad, es esperar mínimo tres meses después de comenzar las relaciones sexuales sin protección. Con los años no solo se reducen los óvulos y espermatozoides, también la frecuencia de los encuentros íntimos se ve afectada por rutinas laborales y problemas familiares.
Si por esas cosas de la vida logra concebir, pero su embarazo se hace inviable, trate de no volver a buscar un hijo hasta cuatro meses después de la pérdida. Su médico la orientará al respecto según sea su caso.
En todo caso, serán los análisis los encargados de mostrar que no existan complicaciones con los ovarios y el útero o con la producción y la calidad del esperma de su pareja.

En palabras expertas
Quién mejor para darnos las  recomendaciones clave que el Presidente de la Sociedad Bogotana de Obstetricia y Ginecología y Secretario General de la Federación Colombiana de Obstetricia y  Ginecología, el doctor Luis Alfonso López:
“Hay ciertos riesgos para la salud de la madre y del feto si no se tienen los cuidados necesarios que básicamente deben tomarse en la etapa preconcepcional, es decir, antes de que la mujer se embarace. ¿Qué tendría que hacer alguien que quiera buscar ese embarazo?
- Primero, mirar que su estado de salud sea el adecuado. Por ejemplo, que no haya procesos de infección, de toxoplasmosis, de virosis, de infecciones urinarias; y procesos de anemia o metabólicos que la pongan en riesgo, tales como diabetes e hipotiroidismo.
- Revisar si hay ganancias o pérdidas excesivas de peso. Que no haya procesos infecciosos genitales. Que no haya tumores de tipo mioma en la zona genital, y si los hay…; tratarlos. Todo esto se puede hacer durante unas consultas previas, antes de la concepción.
- Una vez la mujer tenga certeza de que los anteriores aspectos están cubiertos, podría iniciar su embarazo. Y a partir de allí, la primera recomendación es iniciar el control médico tan pronto tenga noticia de su nuevo estado.
- Además, puede hacerse -entre la semana 12 y la 16- la prueba llamada amniocentesis. A través de esta es posible percibir si hay algún cambio genético en ese embrión. Pero, sobre todo, se recomienda cuando la mujer o su pareja tienen antecedentes de tipo congénito en su familia. Si no los hay, el riesgo no es muy alto.
- El parto puede ser normal o, como resultado de una probabilidad aumentada por la edad, podría ser cesárea. Todo ese proceso lo planifica de manera individual cada paciente con su obstetra, quien según lo que haya visto durante el control prenatal, ultimará los detalles.
- Las mujeres en el embarazo, sin importar su edad, deben tener una suplementación dietética con lo que llamamos micronutrientes, los cuales  son básicamente hierro, calcio y ácido fólico, que son los mínimos que debe recibir en su proceso de embarazo.
- No es necesario tomar mayores medidas si ya se ha confirmado que la salud está bien. En cualquier caso, alimentarse saludablemente, hacer ejercicio moderado y tratar de llevar una vida tranquila, ayuda a las madres maduras a tener éxito”.

¿Y LA CONGELACIÓN DE ÓVULOS?
Un procedimiento que se comienza a afianzar hoy, es la congelación de óvulos. “Sin embargo, según mi experiencia -asegura el doctor Luis Alfonso López-, en la actualidad las mujeres que generalmente congelan sus óvulos lo hacen llevadas por condiciones muy específicas.
Por ejemplo, aquellas con antecedentes de carcinoma de mama en su familia, pacientes con antecedentes de cáncer en otras zonas y que pueden correr riesgos durante la etapa comprendida entre los 20 años y los 40; en especial, provocados por posibles radioterapias o quimioterapias.
Si no se tiene ningún antecedente o situación especial como estas, realmente la congelación de óvulos no es una primera opción para una mujer en general”.
Tendencia moderna y en alza
Para el censo de 2005 en nuestro país, tan solo un 3 por ciento de las madres tenían más de 38 años. Ocho años, después vemos que esta realidad se hace cada vez más cotidiana. Lo que sucede en los países europeos al respecto, podría ser una especie de predicción de lo que nos espera.
Por eso, antes de cerrar este artículo, quisimos incluir estadísticas que detallan la batalla real librada después de los 40 para concebir. Al parecer, la diferencia entre los óvulos a los 40 y a los 45 o más es significativa. Y las probabilidades de quedar embarazada a los 41 son mucho más altas que a los 43.
Según un estudio reciente, se puede asegurar que las mujeres de 40 años tratadas por infertilidad tienen una probabilidad del 25 por ciento de lograr quedar embarazadas utilizando sus propios óvulos.
A la edad de 43, dicha probabilidad cae al 10 por ciento y a los 44 tan solo roza el 1.6 por ciento. Entre quienes lograron concebir, hubo un porcentaje de aborto natural del 24 por ciento para los 40 años; del 38 por ciento para los 43 años, y del 54 por ciento para los 44. 

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Asesoría: Luis Alfonso López Ginecólogo, obstetra, docente universitario, Presidente de la Sociedad Bogotana de Obstetricia y Ginecología y Secretario General de la Federación Colombiana de Obstetricia y  Ginecología.

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