Suplementos


Bianca Licona se vacila la vida con sabor

Con dos años enfrentó la muerte de su mamá, Rosalba Chico, una de las coristas de las Diosas del Vallenato. Hoy tiene 23, y esta ‘influencer’ cartagenera se forma para ser actriz viviendo entre el amor por la champeta, Bazurto y el mar.

EL UNIVERSAL

03 de febrero de 2019 08:00 AM

LÍA MIRANDA BATISTA

03 de febrero de 2019 08:00 AM

Seguí a Bianca Licona Chico, o mejor, a ‘Tajà Con Queso’ en Instagram porque irradia alegría. Sus fotos frente al mar o junto a pilas de plátanos verdes en pleno Mercado de Bazurto te conectan casi que de inmediato con un espíritu caribe, libre y diferente. Y sí, sé que las apariencias engañan y que, con el auge de las redes sociales, por un ‘like’, muchas personas aparentan llevar toda una vida ‘de ensueño’ pero Bianca, sí es así, es la vida que le “tocó y la que se vacila”.

Esta cartagenera, de 23 años, se está forjando como toda una ‘influencer’, aunque aclara que prefiere ser una gestora social. Posee una cuenta en Instagram en la que la siguen más de 24 mil cuentas y sus series fotográficas, propias de la cotidianidad, reciben decenas de comentarios positivos.

“La gente en la calle me dice: ‘Estás pegá, estás pegá’, ‘lo estás logrando’, ¿pero estoy logrando qué?, cuando logre lo que en realidad quiero, cuando me vea donde siempre he soñado estar, ahí sí diré que estoy pegá y que estoy en lo mío. Yo todavía no me creo el cuento, pero mis seguidores son para mí, amigos, valecitas. A muchos los encuentro en la calle, me piden una foto, y yo los saludo como si los conociera de toda una vida”, dice.

Bianca recuerda que en 2011 abrió su cuenta en Facebook y publicaba cosas que “la gente no entendía” o que “parecían absurdas”.

“Siempre he visto lo extraordinario en lo cotidiano. En mi Facebook resaltaba, por ejemplo, canciones de champeta... y, en aquella época la champeta era estigmatizada. Pero yo crecí escuchando champeta porque a mí papá le gusta. Entonces le decían que yo estaba publicando ese tipo de cosas y él era quien me regañaba porque esas cosas no estaban bien o porque las niñas no hablaban así”.

Ante la negativa de su padre y la presión de algunas personas sobre sus publicaciones, Bianca se decidió por el Instagram y creó su perfil con ayuda de un amigo.

“Recuerdo que yo tenía un celular BlackBerry, pero necesitaba era un celular con sistema Android, entonces le escribí a un amigo del colegio, Luis Fernando Caro, él tenía un Samsung Galaxy S1 y le pregunté que si su celular tenía sistema Android y me dijo que sí, entonces le pedí que me abriera una cuenta en Instagram, y así fue. Entonces yo me tomaba fotos con mi celular y se las pasaba y él las subía, así empezó todo”.

Sus primeras ‘stories’ en esta red social fueron todo un éxito. “Yo quería que mi papá me cambiara el celular porque ya estaba partido. Era un iPhone 4S y yo se la montaba para que me lo cambiara, pero nada, mi papá no me hacía caso. Entonces, cogí el celular de una tía y publiqué una historia donde mostraba mi celular y contaba: ‘Miren, este es mi celular, ya no sirve para nada y mi papá no me quiere comprar un celular nuevo. Escríbanle y díganle que me compre un iPhone 6 con forrito morado”.

Al rato de subir esa historia, la gente empezó a responder: “Ay, sí, con forrito morado escarchado, “Erda, Bianca, qué bien”, “Erda, sí, qué risa, le voy a escribir al viejo Jaime’, y recuerdo que mi papá me dijo, ‘Bianca, ajá, me están escribiendo que te compre un celular’ ”.

Criarse entre Cartagena, Galerazamba y Sincelejo la llenó de muchos amigos. Bianca se toma fotos en la playa, en vestido de baño, sonríe frente al lente y publica por montones imágenes de la ciudad y de la tierra donde se encuentre.

Bianca es feliz bailando pegaíta a la tarima, mientras resuenan enormes sistemas de sonido con sus nuevas champetas favoritas.

“El 25 de enero de 2013 fui por primera vez a un toque de picó y eso cambió mi vida, mis contenidos en redes, fue de las mejores experiencias”, reitera.

Se autoproclama además embajadora del Mercado de Bazurto y lo considera su casa.

Su mamá, una diosa

Tenía dos años pero no le ocultaron nada. A esa edad vio cómo una multitud despedía a su madre, Rosalba Chico, corista de las Diosas del Vallenato, cuya trayectoria y experiencia la llevaron a ser vocalista de esta agrupación vallenata tras la trágica muerte de Patricia Teherán.

El pasado 13 de septiembre, Bianca la recordó otra vez, la imaginó, oró y agradeció al cielo por celebrar su cumpleaños, el de ambas.

“Mi mamá y yo cumplíamos años el mismo día. Por eso esta fecha es un poquito triste algunas veces. Recuerdo cuando celebrábamos los cumpleaños juntas. El primero y el último”.

Su papá, Jaime Licona; sus hermanos, Jaime y José; 14 tíos; 74 primos hermanos; sus abuelos y sus mejores amigas, integran su numerosa familia.

Puebleando con Bianqui

El nuevo proyecto de Bianca y que es apoyado por el Instituto de Cultura y Turismo de Bolívar, Icultur, es enamorar a la gente de los municipios del departamento de Bolívar.

En #PuebliandoConBianqui, las personas van a conocer cómo viajar a estos pueblos de manera fácil, económica y atrapadas por las grandes historias que Bianca contará en sus recorridos.

“Paola López fue clave para llevar a cabo este proyecto, porque yo quería viajar por el departamento y mostrar lo bonito de estos pueblos y ella ya estaba pensando en algo así. Así que arrancamos y el 12 de diciembre del año pasado ya estaba viajando a varios municipios”.

Hoy Bianca es una abanderada de enamorar a cartageneros y turistas del Mercado de Bazurto, de organizar ‘navipataconadas’ en diciembre para niños y niñas de escasos recursos y de llevar hasta Medellín, ciudad que escogió para estudiar artes escénicas, un poquito del ser y el sabor Caribe.

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS