Las motos eléctricas no son nuevas, como parece, pues desde hace mucho tiempo los fabricantes han presentado propuestas interesantes, algunas con cierto éxito y otras que no pasaron de ser simples ejercicios.
Con la ola ecológica por la salvación del planeta, su despegue comenzó en los mercados de China, Europa y Estados Unidos. Hoy existen diferentes casas que trabajan en ello y que ofrecen a la vez diferentes alternativas y modelos, con avances significativos en el tema de las baterías eléctricas, el cual siempre ha sido el gran interrogante para que los vehículos eléctricos tomen pista.
La razón de la amplia aceptación de las motos eléctricas no debería ser un misterio, pues a la congestión vehicular de las grandes urbes se suman los elevados precios del combustible, haciendo que cada día más motoristas vuelvan su mirada a las dos ruedas. Y si a eso se le suma la posibilidad de dejar de lado el combustible, para ser más amigables con el medio ambiente, la receta se hace aún más llamativa.
La tendencia de la movilidad eléctrica de cero emisiones no es ajena para Colombia. En agosto de 2012, la Alcaldía de Bogotá anunció una dotación para la Policía de Tránsito 100 motos eléctricas que entrarían en funcionamiento poco después, como parte de una campaña para contribuir con el medio ambiente. Sin embargo, y tal como sucede en el caso de los automóviles, la falta de una reglamentación clara no ha permitido la masificación de este tipo de motos.
La marca de las motocicletas con que se dotó a la Policía es Zero Motorcycles, una compañía con sede en Santa Cruz, California (Estados Unidos), que desde que comenzó operaciones en 2006 ha logrado construir una exitosa historia en varios países.
Varias marcas en nuestro mercado comercializan tanto motos como bicicletas. Una de las más reconocidas es Lucky Lion, una firma de la casa china Linhai Orient Electric Bicycle, que tiene presencia en América Latina, en Argentina, Chile, Uruguay y Colombia.
Su portafolio de productos ofrece la alternativa de movilidad eléctrica para personas cuyos recorridos diarios sean menores de 40 kilómetros, ofreciendo, según el modelo, entre 70 y 100 kilómetros de autonomía, y tiempos de carga completa de entre seis y ocho horas. Para realizar este proceso basta con conectar el cargador a una toma de corriente normal.
Tendencia que evoluciona
Aunque la propulsión eléctrica por lo general se relaciona con motocicletas de tamaños reducidos, las cosas han evolucionado. Buen ejemplo del cambio lo dio BMW Motorrad en el pasado mes de octubre con la moto eléctrica C Evolution, que a pesar de ser una scooter ideada para el tránsito urbano, mide poco más de dos metros de largo y pesa 265 kg.
Para sacar todo adelante, la marca alemana la dotó de un motor eléctrico asíncrono permanente y batería de ión de litio que le permite contar con un equivalente a 47,5 caballos de potencia y una autonomía real cercana a los 100 kilómetros. Una de las novedades es que al igual que en los carros, se cuenta con recuperación de la energía de frenado, lo que permite aumentar la autonomía entre un 10 y 20%.
Con estos ejemplos pensaríamos que la propulsión eléctrica en las motocicletas se limita a lo urbano, pero si volvemos a Zero Motorcycles encontramos que son todo menos eso. La Zero MX es una practicante de motocross que gracias a su bajo peso (101 o 120 kg, según versión) y sus 92 Nm de torque logrará dominar las pistas y cualquier terreno.
Al ser de motocross, sus llantas son especiales para esta labor y la suspensión se puede ajustar para garantizar un buen desempeño y absorber mejor los golpes. A esto se une su chasis desarrollado con aluminio de calidad aeroespacial, el cual ofrece un peso reducido con una rigidez óptima que se traduce en mayor aceleración y control.
Otro ejemplo que vale la pena analizar es la VR Cross de VR Bikes. Así como sus luces y señalizaciones permiten que sea utilizada en ciudad, sus características (y su nombre) nos ponen frente a una moto de cross cuyo peso es uno de sus principales atractivos: 95 kilos. De acuerdo con el fabricante, las baterías de ión de litio de 52V ofrecen una autonomía de 90 minutos y se cargan en tan solo dos horas, desde un tomacorriente de 230V.
Al igual que en los automóviles, la autonomía que ofrecen los propulsores eléctricos en las motos sigue siendo una de las grandes preocupaciones, pero igualmente solo es cuestión de planear recorridos según la carga que se tenga o simplemente ser precavidos y no dejar drenar la carga de las baterías, cargándolas antes de cada recorrido.
También se comienza a analizar la posibilidad de paquetes o kits que aumenten la autonomía. En Europa se adaptaron baterías adicionales a una Zero S que le permitieron recorrer casi 300 kilómetros con una sola carga, pero este es un proyecto que aún se encuentra en fase de desarrollo. En todo caso, lo cierto es que las motos eléctricas son una solución real y su desarrollo mira al futuro con gran energía.
Comentarios ()