Comerciantes del codiciado balneario se pronunciaron sobre el impacto que han tenido a raíz de los episodios de inseguridad en la ciudad y la zona insular.
Un puesto de control instalado por la Infantería de Marina contribuye al orden. Este sábado se han hecho cierres intermitentes por la congestión vehicular.
El ingreso se cerró a las 9:30 a. m. debido al alto número de vehículos y personas, y volvió a reanudarse a las 11:00 a. m., pero se mantienen los controles.
En la mañana de hoy se registraron alteraciones de orden público cuando miembros de la familia que reclama la propiedad ingresaron a la fuerza al terreno cerrado y amenazaron con machetes.
Autoridades hacen un llamado a cartageneros y visitantes para que no se bañen en las playas restringidas, pues la desobediencia pasó factura el fin de semana pasado.
Las autoridades invitan a los cartageneros y foráneos a no ir a este balneario en Barú, donde los lugareños abrieron sin autorización los servicios. Así mismo, recordaron que el toque de queda para niños es de estricto cumplimiento.
El Consejo Comunitario de Santana, el del balneario y demás asociaciones nativas elaboraron un plan piloto para que el Distrito lo analice y le dé viabilidad.
Los servidores turísticos que derivan sus ingresos de los visitantes que llegan al paradisíaco balneario, adelantan una reorganización para que estén dadas las garantías cuando llegue la reapertura de las playas.