Uno de los más afectados por el daño en la tubería de Ceballos fue Fulgencio, que vive con su esposa, su hijo y nietos, y además es quien sostiene su hogar.
El refresco caribeño por excelencia ha sido el sustento de familias como la de Juan de Dios García y la de otros muchos vendedores que viven de los raspaos en Cartagena.