Vecinos insisten en la necesidad de realizar una poda a la elevada vegetación de la zona, donde algunos inescrupulosos se esconden para cometer sus fechorías.
Líderes comunales del barrio y usuarios denuncian el pésimo estado de los alrededores del lugar, donde el monte elevado y la mosquitera son el común denominador.
La comunidad solicita al Distrito tomar cartas en el asunto, ya que la situación empieza a generar zozobra e inconvenientes a la hora de realizar actividades físicas.
Un estudio de la Fundación Fauna Silvestre identificó la diversidad de aves que habitan la ciudad e insta a la ciudadanía a cuidar y ampliar las zonas verdes.
Autoridades hacen un llamado para que las personas no atrapen las guacamayas que vuelan en la isla de Barú, que están en procesos de liberación. También para que se abstengan de matar a iguanas.