Se trata de “la mayor masacre en la historia de Río”, ya que terminó convertida en una “operación de venganza” tras la muerte de un uniformado, aseguran expertos.
Según la ONG Temblores, que le hace seguimiento a la labor policial durante las protestas, desde el pasado 28 de abril se han reportado 940 casos de violencia policial.
El hecho se dio anoche, cuando los uniformados llegaron a advertir que ya era hora de cerrar el establecimiento público donde trabajaba la mujer de nacionalidad venezolana.
Según un informe de la Organización Mundial Contra la Tortura, la violencia policial ha aumentado peligrosamente y esta tendencia no solo se da en países autoritarios.
Las manifestaciones se hacen de manera pacifica rechazando enérgica y profundamente la muerte del joven Arley Povea Ramos, quien murió tras ser baleado por un policía.
Un campesino, al parecer testigo de los hechos en los cuales un joven resultó muerto en zona rural de Majagual, asegura que un policía le disparó a mansalva al muchacho.
En el suceso, ocurrido en la vereda ‘Ajingible’ del corregimiento de Las Palmitas, zona rural del municipio de Majagual, perdió la vida Arley Povea Ramos.
Andrés Díaz Mercado y Jhon Andrés Gutiérrez, miembros de la Policía, son investigados por la muerte de más de tres personas ocurridas en las manifestaciones de septiembre pasado.