Aferrarse a la vida pocas veces implica dedicarse a salvar a otras personas, sin embargo, por paradójico que pueda parecer, ese fue el motivo por el cual una colombiana empezó a ver en el prójimo una extensión de su obra y el renacer propio.
Sol Melania Pulido es una bumanguesa residente en Estados Unidos hace más de dos décadas, con una carrera consolidada en la logística y operaciones internacionales, a lo que le suma una fuerte experiencia de vida que le ha dado la entereza para enfrentar todo tipo de adversidades.
Si de problemas se habla, Sol tiene para contar, sin embargo, en su vida no existe un ápice de negativismo, pese a superar el diagnóstico y desahucio por cáncer, y el divorcio. Hoy, con salud y felicidad, siente que su mayor responsabilidad es servir, toda vez que ella tuvo una segunda oportunidad para poder hacer algo por quienes más lo necesitan.
De esta manera nace Blue Projects, un concepto que ha logrado captar la atención de empresarios, artistas, y personas que aunque no tenían un espacio definido para pensar en ayuda, se sumaron a la causa y ahora hacen parte de ese gran equipo que lidera gestiones a favor de comunidades en Colombia.
Decisiones de vida
Sol viajó a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades, una aventura que además de recordarle siempre la frase de su madre, “la vida nunca es perfecta”, la llevó a crear una empresa exitosa que si bien proveía en todo lo material, nunca fue el motor de su sentir interior, y menos al sortear una enfermedad y la inminente ruptura de su matrimonio.
La nueva vida a la que se enfrentó la llevó a pensar más en el prójimo y el éxito laboral se multiplicó, al punto que hace más de cuatro años encontró la mejor manera de cambiar la vida de muchas personas, empezando por los voluntarios que se han sumado a su causa.
Esos voluntarios también se han enfrentado a situaciones muy fuertes al llegar a lugares donde el Estado no hace presencia y la necesidad es palpable, allí hacen acopio de su fortaleza para respaldar a Sol Melania en esa tarea emprendida y que ya no piensan abandonar.
Viviendo en Estados Unidos, su primer pensamiento fue dirigir la ayuda a su país, precisamente por conocer de primera mano la falta de oportunidades que enfrentan los niños en su crecimiento, de otra parte, la mayoría se encuentran en un estado vulnerable y la misión de Blue Projects es sembrar sueños por medio de la educación.
La etnia wayuu ha sido muy beneficiada con los programas emprendidos, aun cuando la comunidad es muy cerrada, afirma Sol Melania Pulido, quien espera por medio de su iniciativa resolver necesidades básicas, una de ellas, llevar camiones de agua a La Guajira, lo mismo que las toneladas de comida que ya se han repartido entre sus habitantes.
Ahora también la colaboración ha fijado sus ojos en el Amazonas, contando con el apoyo incondicional del Ejército Nacional, debido a las condiciones geográficas que muchas veces impiden el tránsito rápido de ayudas a la zona.
Allí el problema no sólo se centra en la carencia de alimentos y otras necesidades básicas, el futuro de las comunidades se encuentra amenazado por la idea de renovación y modernización que ya está en muchos de ellos. Blue Projects intenta mejorar las condiciones de estas comunidades para que refuercen educativamente su identidad.
La labor de esta fundación es de antes de su creación, Sol estuvo detrás de la construcción de un hospital, un parque y desde hace un tiempo se puso al frente de las obras y ha exteriorizado su enfermedad tomando esta misión como una de sus mejores terapias.
Bolívar en la mira
Recientemente, Sol Melania Pulido y su equipo llevaron la felicidad a la comunidad de Punta Canoa. Se trató de un sábado diferente para los niños de esa población a la que esperan volver pronto y con útiles escolares devolvieron un poco de esperanza a una generación que espera ser atendida.
La actividad realizada estuvo encaminada a motivar ese regreso a clases que se vio interrumpido con la pandemia y que con pocas posibilidades a la vista se muestra un tanto complejo. De otra parte estuvieron acompañados por el cantante Mauricio Rivera, quien es otro voluntario para suscitar un movimiento artístico allá donde van y de esta manera brindar más felicidad por medio de la música.
Con ese primer paso, aseguran se conoció verdaderamente a la comunidad de Punta Canoa y de esta manera empezó la preparación de nuevas campañas que llevarán esa motivación que espera ser replicada a futuro.
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