Talento es lo que hay en este chico, además de carisma y deseos de triunfar. Muchas son las venturas que ha recibido en su trayectoria musical, también cuentan los sueños cumplidos y trabaja duramente por los que se trazó cumplir.
Camilo Echeverry tiene bien definido su norte, no ha bajado la guardia desde 2007 cuando siendo aún un niño se enfrentó a la fama al ganar el concurso de talentos Factor XS, vinieron seguidamente las grabaciones y las giras, sin embargo no todo se podía quedar allí, los compromisos serían cada vez mayores.
“Regálame tu corazón” y “Tráfico de sentimientos” fueron dos álbumes que reflejaron fielmente su faceta de cantautor y desde entonces ha sostenido que uno de sus mayores deseos es poder cantar con el uruguayo Jorge Drexler, algo que sigue esperando desde el afán diario de un músico, pero también con la paciencia de un adulto mayor con todos sus compromisos cumplidos.
La creatividad es algo innato en este artista, que además advierte que actualmente se encuentra en uno de los mejores momentos de su vida musical, está enamorado de lo que hace y conectando con el público de la manera honesta, real y humana que siempre soñó, pues su carrera está siendo el mejor vehículo para esa relación con sus seguidores.
Camilo se deja llevar por la emoción de la música que está haciendo, siente que más que mantenerlo feliz, lo representa y si en sus propósitos estaba ser productor, es algo que ya ha logrado, lo mismo que poder escribir para otros artistas, porque su deseo era poder compartir su trabajo con artistas que admira y Dios le ha dado esa oportunidad con grandes figuras, como sucedió hace sólo dos semanas con el tema “Tutu”, a dúo con el boricua Pedro Capó.
Ese proceso que suele no ser tan fácil para un joven artista emergente, en Camilo ha tenido una dinámica especial que se fortalece en el empeño que pone a cada proyecto, recuerda haber visto a Capó en sus presentaciones y pensar en compartir con él en algún momento, todo llevaba positivismo, como cuando siendo un adolescente asistió a un concierto de Juanes en el Atanasio Girardot de Medellín y pensó que algún día podrían unirse, años después se sentaron a escribir “Pa’ dentro”.
El trabajo de coescribir una canción no llegó hasta allí, recientemente la dupla Juanes-Camilo se unió nuevamente para dar rienda suelta a su creatividad con el tema “Querer mejor”, que actualmente representa un éxito alternando voz del paisa con Alessia Cara.
De otra parte, ver el disco de Ricardo Montaner, un trabajo icónico para el venezolano y saber que hizo parte no sólo como compositor, sino como productor, es más que un seño cumplido, representa para Camilo una “medalla de oro” a su dedicación.
En la variedad está el placer
Cantar, componer, trabajar para otros, en todas esas facetas se siente feliz, pero sin duda, en la composición, más que estar cómodo, la percibe como el ingrediente indispensable para llegar a una buena receta, que en su caso es la letra que puede interpretar o entregar, y ésta última representa siempre un honor.
La creación de una letra es para Camilo la “raíz” de toda su carrera, cantar, ofrecer conciertos, giras y los reconocimientos, son el fruto, pero este no se daría sin ese origen que es lo que realmente cuenta para su plenitud profesional.
Camilo Echeverry se hizo conocer por interpretar un “rockcito viejito”, como lo expresó en su primera audición por allá en los tiempos del concurso, también el flamenco, grabó baladas, pero ahora está en la nueva onda de la industria, el género urbano es para él parte de sus influencias, ha tenido muchas relaciones con esa música, desde la lejanía hasta la curiosidad, la pasión y el enamoramiento absoluto, sin embargo al día de hoy esa fina línea que divide lo urbano y lo que no, empezó a desdibujarse, los patrones rítmicos se unificaron y lo trabaja sin abandonar quien es.
Los temas más recientes de Camilo tienen ese ingrediente especial que comenta, hacen parte del repertorio actual que seduce a la juventud, se enmarcan en ese presente festivo, pero tienen mensajes y de esos precisamente habla muy convencido.
“Desconocidos” es una canción especial, representa el logro más alto de su carrera en Colombia, junto a Mau y Ricky y Manuel Turizo, trabajaron para hacer parte de la historia de mucha gente que se identificó con el tema.
“En guerra”, junto a Sebastián Yatra, representa una necesidad artística de su corazón. Necesitaba compartir un mensaje de esperanza, amor propio y un “cese al fuego” de la persona frente al espejo, el qué dirán y la comparación, para al final “hacer las paces” con esa batalla.
Y “La boca”, con sus cuñados Mau y Ricky, es una canción que invita a la celebración, Camilo advierte que la ama, pues tiene la capacidad de transportar a la playa en un segundo, además se presta para sonreír. Allí se refleja la complicidad que tiene con su familia.
El tema de las colaboraciones es muy frecuente, se puede decir que es una tendencia en el universo musical, y este joven artista procura que sean muy honestas, que nazcan desde la ilusión, al escucharlas sabe perfectamente quién es el indicado para acompañarle.
Trabajar con la familia y en especial con Ricardo Montaner es una de las mejores experiencias vividas por Camilo. Parte del profundo respeto que le tiene como artista y ahora, le suma el amor prácticamente paternal que le profesa y la emoción al recibir el llamado para acompañarle desde la producción de su más reciente álbum.
A sus 24 años, Camilo advierte que tiene proyectos, pero ha ido acortando las alas a sus deseos, tiene cuidado con ellos, pues muchos se han cumplido en corto tiempo y aunque no es fácil de asegurar, dice que si muere mañana se iría pleno, porque su carrera es corta, con una obra pequeña, pero satisfactoria.
Aunque está en Estados Unidos, ve en Colombia un exportador de talento y siente que hacia dónde sea que se dirija la música, siempre va a estar la manera interesante de nuestros artistas haciendo su aporte.
Le llama la atención que esta generación está volviendo a tomar en serio la composición y la calidad de la obra. Cree en el mestizaje rítmico que se ha logrado y sabe que a nivel internacional ha sido un gran impacto.
Extraña de su tierra el disfrute de la otra persona, algo que una vez se sale se pierde, pues en otras partes ha logrado ver que esa fortaleza desaparece cuando el interés se antepone a la felicidad de compartir y se convierte en una relación funcional.
Activo en redes, Camilo aprendió a desdibujar la línea que divide su vida personal de la artística, pues están interconectadas y justamente la relación que tiene con la “tribu”, es decir el grupo de gente con la que comparte este camino, es siempre desde la honestidad de decir que eso que se ve allí, es realmente lo que es. Sin duda es peligroso, pues se invita a una cantidad de gente a ver su vida, pero con la tranquilidad de mostrar al Camilo que siempre es, ha podido compartir sin temores.
Viene mucha música, también propuestas que aún no puede compartir, pero la emoción le embarga al saber que su público quiere conocer su trabajo, que sigue en compañía de sus amigos que ahora son familia y que el arte no tiene fronteras.
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