Como en la mayoría de las enfermedades de alto riesgo, los síntomas pueden ser confundidos en principio, dando lugar a descuido por parte del paciente y por ende propiciar que el mal siga su curso hasta ser detectado en una fase más comprometedora.
El cáncer de colon, también conocido como cáncer colorrectal, es una enfermedad neoplásica maligna, que se ubica en algunas de las porciones del intestino, en este caso sería el colon o el recto, advierte el doctor Juan Carlos Hoyos, cirujano gastroenterólogo oncólogo, adscrito al Centro Radiooncológico del Caribe.
Existen dos tipos de cáncer colorrectal, uno de ellos es el esporádico, que no es más que aquel tumor que aparece en pacientes después de los 50 años y que no está asociado a enfermedad familiar ni a ninguna condición de proceso inflamatorio previo como la colitis ulcerativa o enfermedad de Crohn.
Entre los factores que intervienen en la génesis de este cáncer, que constituye el de mayor prevalencia, se encuentran de tipo ambiental, como alimentación, cigarrillo, alcohol y la obesidad, que juega un papel importante en este padecimiento. Los programas de prevención en este tipo de cáncer se basan en la buena alimentación, el ejercicio físico y control del peso.
El otro tipo de cáncer colorrectal que ocurre en menor porcentaje, advierte el doctor Hoyos, es el que se encuentra asociado a una enfermedad familiar o a una condición heredofamiliar, en este caso la poliposis adenomatosa familiar y el síndrome de Lynch.
Síntomas
Dependiendo de la localización de la lesión, se identificarán los síntomas. Inicialmente ninguno de estos cánceres produce síntomas, cuando esto sucede es porque lamentablemente la enfermedad se encuentra en una etapa avanzada.
Es de aclarar, que los tumores de colon derecho tienen la característica de que son anemizantes y por tanto el paciente muestra en sus estudios de química sanguínea la hemoglobina baja y por lo general advierten dolor en la fosa iliaca derecha y muchas veces cuando ya está muy avanzada, se presenta una masa palpable a ese nivel.
El cáncer de colon derecho tiene una triada que es, anemia, dolor y masa palpable, mientras que el de colon izquierdo tiene otras características por ser más delgado, su primer síntoma se identifica con signos de obstrucción. Estos pacientes presentan cambios en los hábitos intestinales, distensión, flatulencia y diarrea por rebosamiento.
Cuando el tumor se localiza a nivel del recto, empieza la “rectorragia” y el “tenesmo rectal”, es decir una sensación de evacuación inconclusa y sensación de masa en el recto. Los síntomas siempre van a variar dependiendo de la ubicación del tumor y puede ser confundible con el síndrome de colon irritable, muy común por esta época. En cualquiera de los casos, la única forma de hacer un diagnóstico diferencial es con los programas de tamización y los estudios.
Para el cáncer colorrectal existen procedimientos quirúrgicos, dentro del cual se debe estadificar la lesión para determinar si es temprana o avanzada, indica Hoyos. Cuando están en etapa inicial, se puede resolver endoscópicamente, mientras que si ha avanzado es meritorio llevar al paciente a cirugía para realizar una recesión de colon y en el caso del recto, por tener una condición especial, algunos requieren terapias que reduzcan el tumor y posteriormente operar.
Si el tratamiento se hace con intención curativa, el paciente no presentará lesiones, aunque si la enfermedad ha avanzado, este tratamiento quirúrgico lleva intención paliativa, entonces se aliviará la sintomatología, pero la enfermedad no se ha curado totalmente.
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