Con el ánimo de tener individuos totalmente saludables desde su nacimiento, la ciencia y la tecnología ha iniciado su trabajo desde la concepción misma a fin de evitar problemas que surgen una vez el bebé ha nacido y que empiezan a desarrollarse a medida que este crece.
La dentición es tan importante como todos los procesos que cumple el ser humano durante su desarrollo, por esto se está trabajando en campañas que se emprenden desde el embarazo mismo para que con el cuidado y los buenos hábitos, se trasmitan al niño antes de nacer.
Está comprobado que en la décima semana de gestación empieza la mineralización de los dientes del niño, por esto es importante que la mujer gestante acuda al odontólogo en el primer trimestre del embarazo o al inicial el segundo trimestre, para que su control, pueda contribuir a que su bebé nazca saludable, indica la odontopediatra Viveca Polo.
Existe un periodo de Mil días, los cuales se empiezan a contar desde que nace hasta cumplidos los dos años y se trata de un tiempo en el cual se adoptan hábitos, se cambian actitudes, para evitar futuras maloclusiones, también es el momento de fundamentar la alimentación para llevarlos a un futuro con buena salud bucal y general.
Consulta pediátrica
La visita odontológica que en épocas anteriores sólo se refería al tratamiento de caries o incluso a una etapa adolescente, ha experimentado el cambio tecnológico y ahora se adelanta a los tres meses de nacido, tiempo en el que el profesional instruye a la madre para que la limpieza de encías y preparación de la naciente dentadura sea la más adecuada.
La indicación va más allá y en esa preparación se incluye el uso de cepillos de silicona que masajean perfectamente la encía y les evita la molestia de la nueva dentadura. En ese aprendizaje siempre va incluida la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses, pues ayuda a la buena función de los músculos del rostro y por ende una buena oclusión, indica la doctora Viveca Polo.
Cuando sale el primer diente, se aconseja dotarlo de su cepillo, con cabeza siliconada al igual que el mango. Los nuevos estudios arrojaron que la crema dental debe tener flúor, pero con mil partes por millón de contenido, y lo importante es la cantidad a usar, que sea comparada con el tamaño de medio grano de arroz, al salir los molares, el aumento es similar al de un grano de arroz y hacia los cinco años, comparar la cantidad de crema con el tamaño de una arveja y el cepillado es una o dos veces al día.
Las citas con el odontopediatra deben programarse cada seis meses, aunque cada tres meses para los niños que tienen un índice alto de caries para controlar este problema con su profilaxis y la aplicación del barniz de flúor, que es más eficiente. Este proceso es ventajoso, pues el flúor se adhiere inmediatamente al diente y protege de las agresiones a las que estará expuesto.
Con lo anterior, es de aclarar que la visita al odontólogo paso de ser la tortura de antaño a una terapia divertida que enseña a cuidar los dientes desde temprana edad y evitar de esta manera tortuosos tratamientos en la adolescencia y edad adulta.
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