En los últimos días, la lectura viene acaparando la atención en diferentes países latinoamericanos. Bogotá, por ejemplo, se prepara para llevar a cabo del 25 de abril al 6 de mayo su edición número 32 de la reconocida Feria del Libro en que las exposiciones y actividades programadas buscan rendir homenaje a la historia nacional.
Bajo el lema: “Léete, el país invitado eres tú”, Colombia reunirá 23 países y más de 170 invitados de talla nacional como Alejandra Borrero, Adelaida Fernández Ochoa y Mario Mendoza, e internacional como Abraham Gragera (España) Alejandra Bazterrica (Buenos Aires) y AntônioXerxenesky (Brasil).
Uruguay, por su parte recibe la librería flotante más grande del mundo, que espera cautivar a todo tipo de lectores por medio de los más de 5.000 ejemplares dispuestos a lo largo y ancho del buque “Logos Hope” que estará en Montevideo hasta el 21 de abril.
GBA Ships es una organización sin ánimo de lucro que funciona con base en Alemania, opera barcos que promueven programas de intercambio cultural, servicio comunitario y librerías flotantes. Desde 1970 los barcos de la organización recorrieron más de 1.400 puertos en más de 150 países. Hay casi 400 personas de diferentes países trabajando a bordo del barco y muchos de los tripulantes realizan eventos para los visitantes.
Esta no es la primera vez que el barco con librería flotante viene a Uruguay, un barco anterior llamado Logos II ya estuvo en Uruguay y visitó Montevideo y Fray Bentos en 1999, hace veinte años.
Esta vez “Logos Hope” está en el puerto de Montevideo y se puede visitar todos los días en diferentes horarios menos los lunes, que está cerrado al público.
Una librería en cada esquina
Montevideo es una de las ciudades con más librerías per cápita del mundo entero. Si bien no hay un número exacto, y continuamente están abriendo y cerrando nuevas firmas, según Álvaro Risso, presidente de la Cámara Uruguaya del Libro “se podría afirmar con certeza que hay más de 60 librerías activas en la ciudad, un número más que considerable si se tiene en cuenta que apenas somos un millón y medio de habitantes”.
De barrio, de libros raros, de primeras ediciones, especializadas, de anticuario, en edificios históricos, en pequeños locales de barrio, con rincones gastronómicos o artísticos y hasta con amplios jardines en donde tomar un café y sumergirse en una buena lectura; la diversidad es el sello distintivo de las librerías montevideanas que sin buscarlo se han convertido en un gran atractivo turístico que es admirado por quienes llegan a descubrir la ciudad y se encuentran con estos tesoros que no esperaban encontrar.
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