Dedicado por entero a la música, su motor, el cantante y actor Anddy Caicedo ratifica que transita los caminos del arte sin vacilaciones y con mucha fe, tal vez por eso su más reciente trabajo discográfico se titula “Sin fluctuar”, una salsa que se enriquece con jazz, blues, toques urbanos y hasta marimba.
Esta nueva producción, de quien es considerado uno de los mejores salseros del país, se tomó su tiempo, en poco más de año y medio se trabajó inicialmente desde la composición, el sonido, luego en esos detalles que la enriquecieron y le dan el cariz de una diferencia bien marcada, donde se mantiene la salsa tradicional, y como dice su autor, “que toque el corazón, pero que llegue a los pies, para que ponga a bailar”.
“Sin fluctuar” consta de siete temas y en algunos se logra percibir el “piano de la selva”, como define Anddy Caicedo a la marimba, entonces su misión en esta oportunidad, desde el respeto como habitualmente lo hace, es llegar a otro público, más allá del que le pertenece.
Comenta el artista, que desde cuando decidió hacer este disco, la idea que no abandonó fue conseguir esas partes rítmicas que se parecieran mucho a él, que lo definieran, es un músico que ha vivido en muchos lugares, desde Quibdó, Cali y Bogotá, hasta su estancia en Estados Unidos y por eso su misión se encaminó a ese álbum que se pueda entender sin importar el idioma.
Así las cosas, se concentró en buscar melodías más fáciles de entender, ritmos que al ser escuchados instaran a moverse, además de que el mensaje llegara directo al corazón. “Eso estuvo claro antes de poner la primera nota en el papel”, advierte Caicedo. De esta manera surge “Sin fluctuar”, un disco que representa el gusto, la fuerza y la cultura latina, pero que se puede disfrutar en cualquier lugar del mundo.
Al escuchar cada uno de los temas, se puede advertir la diferencia entre uno y otro, aun cuando la columna vertebral es la salsa, la unión de las canciones está entonces en la forma de interpretarlas, de ejecutar los instrumentos. La grabación del álbum se llevó a cabo en Cali, Bogotá y Medellín, teniendo como marco un grupo de músicos muy talentoso donde se incluyen Juancho Sargento, David Carl, entre otros que hicieron su gran aporte.
Acompañando a este lanzamiento está el sencillo “Mi amor para siempre”, una canción muy romántica y sentida que narra un desamor de una forma que toca las vivencias de prácticamente todas las personas, porque para el autor, la “tusa” es general.
Los planes cambiaron
Cuando empezó la pandemia, Anddy Caicedo tenía otro disco, otros planes, otra vida, algo que se vio forzado a cambiar porque no es secreto que el entretenimiento fue de los sectores más afectados, durante la coyuntura y al iniciar la reapertura, siendo el último en activarse.
El desaliento del artista se tradujo más adelante en reconexión con Dios, hizo un alto en el camino y con la fe y las ganas de seguir adelante, decidió hacer un trabajo que lo representara y es cuando aparece este compendio que en buena medida refleja los casi 20 años de carrera desde sus inicios, el paso por Guayacán y este tiempo como solista. La idea de Anddy fue no dejar una nota para después, comprobó que el mundo sí puede cambiar en un instante y se armó de la valentía para lograr este resultado.
Sigue apostándole a la salsa tradicional, aunque deja claro que es un músico al que no le ha dado miedo experimentar, sin embargo, ha respetado las características del género, ante todo por la herencia que trae consigo y que mantiene su padre, quien también incluye una canción en el álbum, “Pasaporte a la felicidad”, que representa la más arraigada del listado.
Al ser y sentirse parte del Pacífico, Caicedo está inmerso en ese sonido característico que transmite su región, por tanto es defensor de la misma, de su cultura e intenta que los artistas nacientes encuentre un buen legado para continuar el camino de forma segura.
Afirma no saber dónde está la inspiración. La suya puede llegar en momentos de felicidad absoluta, también en la tristeza total, en la calma, en el caos, porque a su manera de ver, ella tiene autonomía, él solo se limita a pedirle a Dios que no la deje desaparecer.
La música llegó y sorprendió
Podría pensarse que Anddy Caicedo tenía todo para ser artista desde su nacimiento, su inclinación no necesariamente fue esa. Él quería ser arquitecto, y ahora confiesa que su romance con la música comenzó cuando por casualidad empezó a cantar una canción y la sensación fue tan especial que lo atrapó.
El arte es su molde, ha tenido la oportunidad de prepararse y al terminar un bachillerato con énfasis en teatro y música, le dio herramientas diferentes que supo usar en el momento preciso. Al incursionar en la actuación, su primer papel fue en la novela “Un sueño llamado salsa”, que si se miraba con detenimiento, tenía mucho que ver con lo que él venía forjando en su vida.
Define su carrera actoral como maravillosa, y aunque se ha visto interrumpida por la música, tiene un lugar especial en el corazón, es jugar a ser otra persona, con la posibilidad de expresar otra cultura y otras maneras de vivir y si no interrumpe sus planes musicales, siempre estará dispuesto a aceptar un papel.
Guayacán fue su buen inicio, allí aprendió a soñar y a entender que sí se puede. Para él, Alexis Lozano y Nino Caicedo, dos hombres chocoanos, hijos de educadores, fueron visionarios al crecer sin oportunidades y escribir una buena historia, por eso, al analizar cómo llegó allí, recarga fuerzas para seguir adelante.
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