Cada vez hay más recursos para detectar padecimientos que pueden comprometer en gran medida la vida de una mujer. El cáncer de mama es uno de ellos, de cuyo diagnóstico oportuno dependerá el buen desenlace de la enfermedad.
Las pruebas de detección son exámenes que se realizan para establecer la presencia del cáncer antes de que produzca manifestaciones clínicas. Permiten establecer la presencia de lesiones en etapas iniciales cuando es más fácil hacer un tratamiento rápido y oportuno, advierte la doctora Clarena Ceballos, especialista en ginecología y obstetricia.
Lo anterior, puede ser mediante el examen físico de la mama o paraclínicos como la mamografía, que consiste en una radiografía de la mama y que continúa siendo el mejor método para detectar el cáncer de mama en la población general, afirma la profesional.
La recomendación de los expertos es realizar cada dos años la mamografía, para las mujeres entre 50 y 74 años que tengan un riesgo promedio de desarrollar cáncer. De igual forma también existe un ultrasonido llamado Ecografía o Sonograma, que resulta muy útil y además de fácil acceso y bajo costo.
Este procedimiento es recomendado en mamas con patrón denso, es decir, antes de los 50 años, pues permite visualizar y analizar lesiones que pueden palparse y no detectarse en la mamografía.
En mujeres cuyas edades oscilan entre 40 y 49 años, es necesario la valoración de un médico, para que sea este quien establezca cuando se debe iniciar la valoración y la frecuencia con que debe realizarse.
Otro examen de diagnóstico es la resonancia magnética, que básicamente consiste en un imán conectado a un computador, el cual proporciona información de las características físicas y funcionales del tejido, puede facilitar la diferenciación entre lesiones pequeñas benignas y malignas, y aumenta la especificidad en mamas con patrón denso, al realizarse con contraste. Este sistema se utiliza conjuntamente con la mamografía en pacientes con alto riesgo de desarrollar cáncer de mama.
Por último se tiene en cuenta la biopsia, mediante la cual se obtiene el tejido de la lesión detectada o liquido para estudiarlo. Esto se realiza utilizando el microscopio u otras pruebas. Puede realizarse dependiendo del caso, mediante aguja fina, aguja gruesa o biopsia abierta.
Comentarios ()