Víctor Frankl, psiquiatra y escritor, solía preguntar a sus pacientes que estaban sufriendo aquejados de múltiples padecimientos: “¿Por qué no se suicida usted?” Y muchas veces de las respuestas sacaba una orientación para la psicoterapia a aplicar: a éste, lo que le ata a la vida son los hijos; al otro, un talento sin explotar; a un tercero, un proyecto que realizar o unos cuantos recuerdos por rescatar del olvido. Hilvanar estos hilos de vidas rotas en una urdimbre firme, significativa y responsable es el objetivo de la Logoterapia.
La experiencia de haber estado internado en un campo de concentración durante la II Guerra Mundial y su formación le permitieron hacer una gran reflexión sobre el sentido de la vida, también sobre la adversidad, que plasmaría en diversos libros entre los que destaca “El hombre en busca de sentido”.
¿ Cómo pudo él, que todo lo había perdido, que había visto destruir todo lo que valía la pena, aceptar que la vida fuera digna de ser vivida?
El nos recuerda que todos pasamos por situaciones en la vida que nos producen sufrimiento y que no sabemos cómo afrontar, pero no existe una fórmula que funcione siempre, sino que debemos aceptar que el sufrimiento es parte de la vida.
Las lecciones que nos puede dar se deben considerar para hacernos ver la vida desde otra perspectiva y para motivarnos día a día. Algunas de las lecciones son:
1. La importancia de elegir
La diferencia está en decidir ser una cosa u otra, a pesar de las condiciones que le toque vivir.
2. La vida tiene sentido en cualquier circunstancia
Si una persona no puede encontrar un sentido a su sufrimiento, tenderá a la desesperanza. Pero si es capaz de encontrar un sentido a la adversidad, puede convertir sus tragedias en una forma de superación.
3. Tus acciones diarias te llevan a ser la mejor versión de ti mismo
Esa es una pregunta que nos debemos hacer cada día para saber quiénes somos y quiénes queremos ser, para lograr ser la mejor versión de nosotros mismos, para mostrar lo extraordinario que hay en cada uno y que los demás lo vean y puedan apreciarlo.
4. Piensa en por qué o por quién vale la pena vivir
Todos tenemos un por qué o por quién vivir, una razón que nos permite seguir adelante cada día, que nos motiva y que da sentido a cada segundo de nuestra existencia, a cada paso que damos o a cada acción que realizamos. Cómo reaccionamos ante condiciones que no pueden ser cambiadas, depende de nosotros. Siempre podemos elegir nuestra actitud frente a esa situación.
5. La adversidad y el sufrimiento existen
Todo lo malo de nuestra vida es algo que existe y que debemos aceptar. Se crea una tensión entre lo que ya se ha logrado y lo que todavía queda por lograr. No necesitamos vivir sin adversidades, sino saber que son parte de la vida y que debemos luchar por algo que merezca la pena, dar un sentido.
6. Nadie es indispensable, pero todos somos irremplazables
Cuando se acepta que es imposible reemplazar a una persona, se manifiesta la responsabilidad que el hombre asume ante su existencia. Un hombre que se hace consciente de que le espera una persona o de que tiene una obra inconclusa, asume su responsabilidad y conoce el por qué, el sentido de su vida.
7. Descubre el
sentido de tu vida
El interés del hombre no es encontrar el placer o evitar el dolor, sino encontrar el sentido de la vida, debemos encontrar un sentido a ese sufrimiento.
Nadie puede ponerse en tu lugar y sufrir por ti, por lo que tu única oportunidad es la actitud que adoptes ante el sufrimiento. Todos tenemos una razón de ser, pero a veces, no somos conscientes de esa razón.
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