Revista viernes


Todo negocio requiere un contador

El contador público tiene el deber de responder ante la Nación por cualquier situación que en ejercicio de sus labores considere la administración pública debe rendir explicaciones.

REVISTA VIERNES

04 de marzo de 2021 12:06 PM

El ejercicio de la contabilidad no es solo recopilar la información contable de una sociedad para que presente y declare sus impuestos, la misión va más allá.

Si bien es cierto que en el sistema empresarial estamos en un avance tecnológico y muchas organizaciones están renovándose a través de las TIC para optimizar sus procesos, no es menos cierto que las empresas necesitan de ese análisis financiero y un seguimiento constante que solo puede hacer el contador.

Imagínese que una sociedad constituida en Colombia quiera expandir sus negocios al exterior o viceversa, no es un robot quien va a decir que estrategias fiscales se adecuan a su tipo de negocio, ni siquiera un economista, este rol es del contador. Y esto sucede porque la contabilidad se ha convertido en un lenguaje universal, y las operaciones económicas que se realizan dentro de las empresas sucumben ante normas internacionales que suponen ser un manual contable, que indican como es aceptable en el mundo la contabilidad.

Lo anterior, también abarca el lenguaje de la auditoría, que para fortalecer a las organizaciones se ha unificado a nivel mundial. Esto implica que el contador auditor adquiere un sinnúmero de habilidades que, en conjunto con su formación, le permite forjar un criterio contable que puede ser aplicado en cualquier país. Obviamente es necesario que el contador o auditor conozca del negocio, entienda el lenguaje y hable el mismo idioma de su cliente.

Es imprescindible, definir el papel que cumple el contador público como el profesional encargado de estructurar, operar, diagnosticar y certificar todas las operaciones que en materia económica se ejecutan dentro de las empresas. Su responsabilidad no se limita únicamente a los directivos y gerentes de las organizaciones, el contador es ese profesional cuya firma es sinónimo de fe pública ante el Estado. Es decir, que, a diferencia de muchos otros profesionales, el contador público carga además con el deber de responder ante la Nación, por cualquier situación que en ejercicio de sus labores considere la administración pública debe rendir explicaciones.

Si un país quiere avanzar o emprender una lucha, por ejemplo, en contra del lavado de activos, requiere que dentro de las organizaciones exista un control sobre el ejercicio contable de dicha sociedad. Algo tan simple como constatar ingresos, costos y gastos que a diario realiza un contador o la emisión de un informe con salvedades realizado por un revisor fiscal, significa para el Estado una alerta para minimizar el riesgo de que una organización criminal pretenda dar apariencia de legalidad a los recursos generados de sus actividades ilícitas.

Por otro lado, vemos, como indistintamente de la forma en la que un país enfrenta una crisis que lo sacude económicamente, el contador público se convierte en un intérprete. Pasa a ser un orientador sobre la aplicabilidad de todo el compendio de normas que se expiden en medio de la crisis. Una evidencia de ello es la emergencia económica y social actual, en la que el gobierno nacional solo en las últimas semanas ha expedido más de 40 decretos en materia económica y social para contrarrestarla.

Imagínese una organización en medio de esta conmoción, sin un contador que materialice las disposiciones legales que económicamente afectan la sociedad. O peor aún, que, en plena emergencia, en materia de beneficios una empresa no se pueda acoger a estos porque no cumple con los estándares mínimos en contabilidad.

No es cierto que la tecnología va a reemplazar al contador, al contrario, es él quien debe aprovecharla al máximo, dominarla y así mejorar su trabajo. Vemos, que muy a pesar de ser tan ventajosa la tecnología, esta trae consigo riesgos, como el fraude cibernético y la confidencialidad de la información; hoy se debe tener más precaución con la salvaguarda de la información contable del cliente.

Lo anterior, demuestra que independientemente de las circunstancias o la era que viva el mundo, la profesión contable estará vigente y que el contador es un experto que se hace indispensable no solo en el desarrollo de un país, sino en su reactivación económica en momentos de crisis o en sus luchas en contra de los flagelos que lo afecten.

Además, sin importar la extensión del negocio ni su ubicación geográfica, para que una organización sobreviva en el mundo empresarial, necesitará de un profesional resolutivo y capacitado que lo acompañe en materia contable y tributaria, así mismo, que sea capaz de asesorar al cliente en la correcta toma de decisiones que afecten a la empresa. Por esta y miles razones más todo negocio, sin importar su extensión, requiere de un contador.

DIDIER SANCHEZ REINOSO

CEO, Russell Bedford DSA.

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