Tras una visita de inspección el pasado fin de semana, la Defensoría Regional del Pueblo alertó al Distrito por las condiciones de insalubridad de los habitantes de la vereda Recreo, en jurisdicción de Pasacaballos, ante el consumo de agua salobre proveniente del Canal de El Dique.
La comunidad, de unos 485 habitantes, nunca ha tenido el servicio de agua potable, por lo que se ve obligada a abastecerse de las aguas del canal, que según esta, por la intensa sequía y fuertes brisas le está llegando la salinidad del mar desde hace unos 15 días.
La situación no sólo está dándose en Recreo. También en Leticia, vereda aledaña, dicen los habitantes que se han producido enfermedades diarreícas, gastrointestinales y cutáneas. Más de 10 niños están afectados.
“Alertamos al Distrito frente a esta problemática, especialmente a dos dependencias: Gestión del Riesgo, para que haga los esfuerzos necesarios para proveer a la comunidad del agua potable que se requiera, y por otra parte, al Dadis, para que garantice con carácter urgente una atención médica para los niños y adultos que se encuentran enfermos”, precisó la defensora del Pueblo, Irina Junieles.
Acueducto comunitario
El presidente del Consejo Comunitario de Recreo, Jorge Montaño Morales, señaló que tienen un acueducto comunitario que distribuye el agua a las casas, pero no la desaliniza. El sistema tiene una planta para este proceso, pero no funciona.
“Tenemos un acueducto comunitario, pero simplemente jala el agua del Canal de El Dique y la distribuye a las casas, donde le hacemos el tratado artesanal: la aclaramos con cloro, alumbre, carbón o lo que tengamos a la mano”, comentó.
Según el líder, no sólo deben tomar el agua salobre sino también contaminada por animales y embarcaciones con petróleo que pasan por El Dique.
“Los remolcadores a veces pasan, se estacionan arriba del canal a lavar las barcazas sucias de petróleo, y eso también nos afecta porque el agua no está limpia. Además, los animales también se pegan al agua que nosotros tomamos. No nos sirve ni siquiera para regar las plantas o cultivos que uno tiene en su casa”, indicó.
“Nos está matando lentamente todo esto. Por eso, hoy pedimos que nos colaboren porque estamos abandonados”.
Debido a las enfermedades que le atribuyen a consumir agua salada, últimamente los habitantes tienen que comprar el agua por pimpinas en poblaciones vecinas.
No hay centro de salud
Cuando hay emergencias los lugareños deben transportar a los enfermos en moto o lanchas hasta el hospital de Pasacaballos, pues desde hace 18 años no tienen un centro salud. El año pasado sólo se realizaron dos brigadas de atención, según informó la Defensoría del Pueblo.
“Aquí una Fundación donó la estructura, pero el centro de salud no funciona hace años. Nos toca salir corriendo con las personas, porque aquí no hay médicos ni enfermeras”, agregó el Presidente del Consejo Comunitario.
Distrito visitó
Ayer una comisión especial con varias entidades del Distrito visitó estas dos veredas.
Laura Mendoza, directora de la oficina de Gestión de Riesgo, dijo que entre las acciones a realizar está un censo de las poblaciones afectadas.
“Vamos a oficiar a Cardique para que verifique el estado del agua. También, con el apoyo de los Comba vamos a censar a las dos poblaciones para identificar cuantas personas viven en las veredas, si están enfermas y si tienen animales”, detalló Mendoza.
La funcionaria, además sostuvo que a través de la Armada Nacional se suministrará en bongos el agua potable a los habitantes. Así mismo, habrá jornadas de salud, fumigación y vacunación para los animales.
A la inspección asistieron el Cuerpo de Bomberos, Secretaría del Interior y el Dadis, con los programas de Salud Pública y el Centro Regulador de Urgencias y Emergencias (Crued).
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