La selección brasileña está en "construcción" y Luiz Felipe Scolari está más cerca del equipo ganador que le fue encomendado, pero aún lejos de aquel capaz de conquistar en casa el hexacampeonato mundial.
Brasil no se saca de la cabeza la derrota en casa en 1950, ante Uruguay en lo que fue conocido como el "Maracanazo", y quiere levantar la Copa a como dé lugar.
"Sé que la responsabilidad es enorme después de lo que ocurrió en 1950", asegura el capitán del equipo, Thiago Silva, que "piensa todos los días" en que podría ser el primer brasileño en levantar el sexto título en casa.
Pero no tan rápido. Antes de pensar en la final del Mundial en el Maracaná, es preciso enfocarse en la Copa FIFA Confederaciones, que arranca el próximo sábado y que la selección encara ciertamente más aliviado.
APLAUSOS DE CONFIANZA
"La selección no sirve, no va a ganar", es el comentario repetido en cada taxi, bar, ascensor de Brasil. La confianza del pueblo brasileño en su representación futbolística es reducida.
Pero después de los infinitos abucheos por los malos resultados en casa, la selección anfitriona se cubrió por fin de aplausos y vítores el domingo, tras la goleada por 3-0 a una Francia diezmada por bajas en Porto Alegre (sur), la ciudad amuleto donde Brasil sólo perdió una vez, hace 43 años.
"La hinchada reaccionó de forma maravillosa", celebró "Felipao".
La victoria puso fin a un ayuno de casi cuatro años sin vencer a una selección campeona del mundo. La última fue en 2009 ante Inglaterra, por 1-0 en Doha.
Pero además representó el primer triunfo contra los franceses en dos décadas. La última vez fue en 1992 por 2-0, en París. Después, derrotas marcantes como la final del Mundial de Francia de 1998, curiosamente por 3-0 y la eliminación de Alemania-2006 por 1-0 en cuartos de final.
"La selección viene creciendo en cada partido, es una victoria que nos da más confianza para la competencia", aseguró tras vencer a los franceses el astro Neymar, la flamante joya del FC Barcelona y principal jugador del equipo.
Desde que asumió el equipo a finales del año pasado, Scolari suma dos victorias, cuatro empates y una derrota. Y el de Francia es el primer juego con un rival fuerte en el que no llevó gol.
"No tengo esa euforia ni creo que esté todo perfecto, lejos de eso. Es una selección en crecimiento, no sé si suficiente para la Confederaciones, pero seguro no para el Mundial", aseguró Ledio Carmona, autor del blog 'Juegos que Vi', en el canal Sportv.
CON CARA DE EQUIPO
Scolari aclaró que el equipo de la Copa Confederaciones no será el del Mundial, pero está claro que servirá de base.
Y para el sábado, ante Japón en el partido inaugural en Brasilia, el equipo está listo. Oscar en la creación, Hulk, Fred y Neymar en el ataque.
"Conseguimos dar ese paso inicial de tener un equipo competitivo, bueno", evaluó Scolari.
Y sin importar si Hulk juega bien o no, la tribuna termina por rendirse y pide a gritos a "Lucas, Lucas, Lucas", que siempre comienza en la reserva.
"Yo soy fan del cuarteto brasileño de Lucas, Oscar, Neymar y Fred (...) Creo que lo mejor de Brasil hoy son esos chicos corredores, entonces vamos a colocarlos", estimó Sidney Garambone, comentarista de la TV Globo.
En sus últimas actuaciones, Brasil ha perdido en algún momento el control del partido y erra cuando se ve acorralado.
"Cuando enfrentamos equipos que juegan de manera tan compacta, tenemos problemas y creamos poco", analizó Scolari.
Neymar tampoco ha podido mostrar su genialidad en el campo y fuertemente marcado, termina opacado.
"Ha jugado de una forma que me deja totalmente satisfecho", lo defendió el DT.
La "construcción" de la selección brasileña continúa y la Confederaciones será un ladrillo importante en la estructura mundialista, aunque históricamente ningún equipo brasileño ganador de este torneo ha conquistado la Copa del Mundo un año después.
Ya lo dijo Scolari: para Brasil, ganar el Mundial-2014 es una "obligación". Thiago Silva lo respalda: "No podemos darle ese gustito a otra selección".
Deportes
Brasil más cerca del equipo deseado, pero aún lejos del hexacampeonato
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