Los candidatos a la presidencia francesa Nicolas Sarkozy y François Hollande tienen posiciones claramente opuestas respecto a grandes temas de sociedad, como la eutanasia y el matrimonio gay, que han ocupado sólo un lugar marginal en la campaña electoral por el Eliseo.
El candidato socialista François Hollande, que lidera los sondeos, es favorable al casamiento gay y a la adopción por parejas formadas por personas del mismo sexo.
Si resulta elegido el 6 de mayo, un proyecto de ley será redactado “en la primavera (boreal) de 2013 a más tardar”, se comprometió Hollande. En nombre de la igualdad, el líder socialista prometió también, en caso de su victoria, acordar el derecho de adopción a las parejas del mismo sexo.
En cambio, el presidente saliente y candidato conservador -que no prevé ninguna reforma de sociedad, en un eventual segundo mandato en el Eliseo-, se opone al casamiento homosexual.
Estimando que “el casamiento es la unión entre un hombre y una mujer”, Sarkozy propone que en las alcaldías haya una ceremonia en las inscripciones de los PACS (reconocimiento legal de las uniones de hecho), con el fin, según afirma, de conferir a las parejas homosexuales un verdadero reconocimiento social.
Sobre la adopción, Sarkozy estima que la ley actual ya tiene en cuenta las diferentes situaciones de familias con progenitores del mismo sexo. El presidente saliente tampoco se muestra favorable a la procreación in vitro para parejas de lesbianas.
Hollande apoya esta última medida, si la pareja se compromete a “un verdadero proyecto familiar”. Por otro lado, no aprueba “las madres de alquiler”.
La eutanasia distancia también a los dos candiatos: en cuanto que Sarkozy se niega a modificar la ley Leonetti, que ya permite “dejarse morir”, Hollande defiende legalizar las “ayudas activas” a quienes quieren acortar padecimientos para “morir dignamente”.
Sarkozy ha reafirmado su oposición a cualquier modificación de esa ley aprobada por consenso en 2005, que prohíbe el ensañamiento terapeútico (retraso de la muerte por todos los medios posibles) e instaura un derecho a “dejarse morir”.
Dicha ley autoriza la administración de tratamientos antidolor que permiten aliviar el sufrimiento, cuyo “efecto secundario abrevia la vida” del enfermo, pero excluye la inyección letal, contrariamente a lo que ocurre en países como Holanda, Bélgica y Suiza.
Para el presidente saliente, “la ley Leonetti es equilibrada y establece un principio: el respeto a la vida”. Por el contrario, “la eutanasia legal podría provocar desbordamientos peligrosos”, afirma Sarkozy.
En cambio, el candidato socialista reafirma su apoyo a una “asistencia médica para morir con dignidad” en ciertas “condiciones precisas y estrictas”.
El sociólogo especialista en familias, François de Singly, explicó que dos corrientes de pensamiento antagonistas en Francia inspiran implicítamente a los dos candidatos.
François Hollande cree en “el liberalismo nacido del espíritu de las Luces, según el cual los individuos deben ser dueños de su vida privada”, con el Estado como garante de esas libertades.
Nicolas Sarkozy está inspirado por “el conservatismo de los que piensan que, en un mundo en cambio perpetuo, se debe al menos preservar la familia, concebida como una célula de base de la sociedad”, explicó la experta.
Mundo
Candidatos franceses divergen respeto a matrimonio gay y eutanasia
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