Con música se puede alcanzar relajación

¿Ha notado que muchas canciones pueden transportarlo a ciertas épocas de su vida, despertarle sentimientos de alegría o tristeza?
Esto es sólo parte del efecto que puede ocasionar la música en su cerebro y en su cuerpo.
Pero así como logra generarle sentimientos y cambiar su estado de ánimo, también puede relajarlo y nivelar su estrés, a través una terapia natural llamada musicoterapia.
“La musicoterapia es una terapia en la que se emplean los elementos musicales siendo estos sonido, ritmo, melodía y armonía como método para canalizar el estrés consiguiendo la relajación. Consiste en emitir sonidos, trozos musicales, o estructuras musicales para conseguir diferentes estados, por ejemplo se usan los sonidos suaves para emitir sensación de descanso o sonidos profundos para ayudar a conciliar el sueño”, afirma Marta Vergara, terapeuta natural y estetisista.
“También puede aportar alegría en caso que exista depresión, calma si se encuentra en estado de desesperación producido por la rabia, el estrés o el temor”, agrega.
Diversos estudios han demostrados los efectos positivos que tiene la música en el cerebro humano. Un ejemplo sencillo es el famoso efecto Mozart en los bebés mientras están en el vientre, lo cual hace parte de la estimulación temprana que los ayuda a desarrollar mejor su inteligencia y a tener calidad de vida.
Efectos en el organismo
Según el libro ‘Aprendizaje acelerado con Música’ (Webb y Webb, 1990), los efectos potenciales de la música en la mente y el cuerpo incluyen aumento de la energía muscular y molecular, influencia en los latidos del corazón, alteración del metabolismo, reducción del dolor, aceleración de la sanación, recuperación de pacientes postquirúrgicos, descarga emocional, estimulación de la creatividad, sensibilidad y el pensamiento.
La guía señala que esto sucede por el efecto que produce la música en la hipófisis, pues con cada nota le emite diferentes vibraciones. La hipófisis es una glándula del cuerpo encargada de controlar el ritmo respiratorio y cardiaco, al igual que el funcionamiento de las glándulas sexuales, a través del control de ciertas hormonas.
El efecto sería entonces, que las vibraciones que emite la música logran controlar esas alteraciones nerviosas ocasionadas por el estrés, estabilizando al paciente.
Es preciso recordar que el estrés es causante de patologías cardiovasculares, de tal manera que la musicoterapia podría convertir en un mecanismo de prevención.
De hecho ha sido utilizada en pacientes con Alzheimer para mejorar su estado de anímico por su poder de reducir la ansiedad causada por ciertos medicamentos.
También ha tenido efectos positivos en mujeres embarazadas para transmitirles tranquilidad durante el parto y estimularles la respiración profunda que es la que les ayuda a nivelar el dolor.
Con niveles moderados de volumen
Las contraindicaciones de la música están en el uso que las personas le den. “Hay que saber escoger la música y el volumen en el que la escucharemos porque puede ser negativa para nuestra salud. Hay personas que escuchan a volumen muy alto y cercano (audífinos), con lo cual no sólo alteran su sistema nervioso sino que sufren alteraciones auditivas y en su tono de voz sin darse cuenta. Es importante escoger del tipo de música de acuerdo a los mensajes que nos emitan y al volumen, pues así como ciertos sonidos nos causan efectos positivos, alguna música nos puede inducir a tener actitudes negativas y violentas”, señala  Marta Vergara.
Ensáyelo en casa
Usted mismo puede hacer el ensayo en casa. Recuerde que los resultados de todos los procesos se van viendo poco a poco, lo cual quiere decir que 2 minutos después de poner la música posiblemente no habrá resultado. En el caso de la musicoterapia hay que darle tiempo al cerebro para asimilarla.
Cuando acueste a dormir a sus hijos pequeños, póngales música de cuna.
Si usted quiere dormir tranquilamente también puede poner música de cuerda con ritmos suaves semejantes a los de cuna. Usted podrá sentir poco a poco como su cerebro asimilará la música y logrará estabilidad.