Desde 1974, cada 5 de junio, se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, una fecha en la que se busca concientizar y sensibilizar a cada rincón del planeta sobre la urgencia de preservar el ambiente.
Los esfuerzos por tener un ambiente sostenible deben ser constantes. A diario debería haber, por ejemplo, en la agenda del Gobierno distrital, una programación que conduzca a que los ciudadanos se conviertan en agentes activos y se motiven a cuidarlo.
Cada persona que cambia sus hábitos en favor de este propósito, cumple un papel fundamental para garantizarles a todos los seres, un futuro más seguro.
Los objetivos de desarrollo sostenible nos han marcado una ruta, con metas, que las naciones se han comprometido a alcanzar.
Uno de los objetivos, precisamente, es acerca del cambio climático, lo cual no debemos perder de vista. Un día como hoy busca que reflexionemos, pero ante todo, que actuemos.
Una de las formas en las que el ciudadano puede contribuir, es en el uso razonable de los recursos, toda vez que debemos comprender que se agotan, no son eternos.
Es necesario también reducir los residuos que producimos, y los que finalmente se generan, que sean debidamente aprovechados a través de la reutilización y el reciclaje, practicando la economía circular.
El otro propósito que no se debe perder de vista es el trabajo articulado entre el Estado, las empresas y la ciudadanía. Es un problema que nos involucra a todos.
Desde los colegios hay mucho por hacer. Es fundamental empoderar más a los estudiantes con el desarrollo del entorno y de sus barrios. Es importante que los programas escolares en asuntos ambientales cumplan sus metas y no se queden solo en el papel, que impacten dentro y fuera de las escuelas. Un niño o niña que crece aprendiendo buenos hábitos ambientales en su escuela, impactará positivamente en su comunidad. De igual forma, si desde casa se incentivan esos hábitos, el beneficio será mayor.
¿Cuántos residuos que podrían aprovecharse van a parar a los caños y canales? Es lamentable cómo seguimos en ese círculo vicioso en el que la gente ve en estos cuerpos de agua un basurero. La invitación a las buenas prácticas también debe hacerse a los líderes de los barrios, quienes pueden movilizar a las comunidades a través de actividades de educación ambiental que pueden articularse con la labor que vienen realizando las autoridades, y diferentes organizaciones que le apuestan a tener un mejor ambiente.
Por ejemplo, para los cartageneros debe ser una prioridad proteger Playa Blanca, está en juego la subsistencia del ecosistema y de las comunidades que viven de este recurso natural. Resulta inconcebible que hoy todavía hay quienes se opongan a cerrarla, sabiendo que es necesaria esta medida, pues el daño al ecosistema sería irreversible.
Cada 5 de junio vemos muchos titulares por la conmemoración de esta fecha, propongámonos acciones con las que cada uno contribuya de manera real a la conservación del ambiente. ¿Cuál será su buena acción ambiental del día, todos los días?
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