En Las Cuevas, Achí, Juan Padilla mira indeciso sus cultivos de arroz, mientras escucha el ruido del río Cauca, a un kilómetro de su sembrado.
En su calendario tiene marcado el 15 de julio, cuando podrá cortar las 150 hectáreas que tiene sembradas de este cereal y -agarrado de Dios- espera que Hidroituango no reviente antes de eso.
Esta semana, en la reunión de gobernadores y alcaldes con los directivos de Empresas Públicas de Medellín (EPM), se comprometieron a hacer una reunión con los arroceros de La Mojana para revisar todo lo que podrían perder, pero no hay fecha definida y la incertidumbre en los cientos de personas que hacen parte de la industria crece más rápido que las plantas de arroz.
La industria en juego
Según un informe entregado por los arroceros de la región a la Gobernación y la Alcaldía, en el primer semestre del año se sembraron 16 mil 346 hectáreas en La Mojana bolivarense y sucreña, que se recogerían en julio.
El presidente de la Asociación de Industriales del Caribe Húmedo, Arturo Barcha, explicó que en Magangué hay 14 molinos de arroz, lo que representaría un 70 % de las arroceras de toda la costa.
“Nuestras industrias están asentadas aquí y financiamos a los agricultores para que ellos después de la cosecha nos entreguen la mercancía. Esas hectáreas han costado hasta ahora 31 mil 58 millones 350 mil pesos y si se inundan, las pérdidas serían mucho mayores”.
Cada hectárea sembrada no cosechada sumaría al costo original, un millón de pesos, por lo que en realidad los arroceros han calculado que las pérdidas de toda la industria serían de 47 mil 404 millones 850 mil pesos.
Si Hidroituango colapsa, las aguas del río Cauca inundarían todos los cultivos, por lo que ante el peligro muchos campesinos como Juan Padilla suspendieron hace 15 días los trabajos para mantenerlos.
“Hay unos controles de hongos y plagas que dejamos de hacer, porque esos químicos y trabajos cuestan plata que aumentaría las pérdidas. Pero si no hay inundación y nosotros no cuidamos el cultivo en últimas, sacaremos un mal producto”, lamentó Padilla.
A pérdida
La indecisión se extiende para los productores, porque tal y como lo han dicho los gobernadores de Sucre y Bolívar, Hidroituango se ha convertido en una amenaza permanente para todos los habitantes de La Mojana y mientras no se supere la crisis, los arroceros dudan que sembrar el próximo semestre sea buena idea.
Juan Padilla ha decidido no sembrar. Pero si todos deciden lo mismo, la industria arrocera de la región quebraría.
Las respuestas que esperan
Mientras “le ruegan a Dios” que no se active la alerta roja en Hidroituango, los arroceros buscan que en la reunión con EPM quede clara su responsabilidad en lo que se puede perder.
“El cultivo no tiene reversa, el ganado se puede trasladar a otra parte, pero el cultivo está ahí. La Unidad de Gestión de Riesgos y Desastres, UNGRD, ya ha dicho que aquí no aplican seguros agrícolas porque el problema es causado por el hombre, así que EPM debe decirnos la verdad”, sentenció Arturo Barcha.
Desde la última gran inundación, en 2010, los cultivadores se adaptaron a los cambios de las temporadas de lluvias y han trabajado sin inconvenientes con respecto a las inundaciones, pero Hidroituango representa una amenaza que supera todos los niveles.
“Si el arroz normalmente da estrés, usted no se imagina la preocupación tan grande que tenemos nosotros, estamos jalando los días pa’ arrancar ese arroz y no volver a sembrar este año”, concluyó Juan Padilla.
Seis semanas de alerta
El 28 de abril una falla en el proyecto Hidroituango provocó la obstrucción de la galería auxiliar, causando la acumulación de aguas del río Cauca.
El 12 de mayo el túnel se destapó de forma natural y el río Cauca pasó de 2.500 metros cúbicos por segundo, a un caudal de 6 mil. El río inundó la población cercana de Puerto Valdivia, en Antioquia.
La alerta máxima se activó en todas las poblaciones aledañas al río Cauca, incluyendo cuatro municipios de Bolívar, el 17 de mayo.
Esa misma semana la Gobernación de Bolívar instaló en Achí un Puesto de Mando Unificado para monitorear la emergencia desde la zona que más se afectaría.
El 22 de mayo el gobernador de Bolívar, Dumek Turbay, declaró calamidad pública en La Mojana bolivarense.
El 4 de junio el Comité de Gestión del Riesgo instalado en el PMU de Achí realizó un simulacro de evacuación en dos corregimientos de Achí y San Jacinto del Cauca.
El miércoles 6 de junio, gobernadores y alcaldes de Sucre y Bolívar se reunieron con directivas de EPM para manifestar sus dudas sobre el estado de riesgo en que están los habitantes de La Mojana y establecieron compromisos, entre ellos la inclusión de esta región en el Plan de Atención de EPM, en caso de que se active la alerta roja en Hidroituango.
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