Facetas


Mery Laura, una "niña" grande

JULIE PARRA BENÍTEZ

12 de junio de 2016 12:00 AM

Su apartamento es muy acogedor, está muy limpio y ordenado. Así es ella. Habla de agendas, cosas por hacer, planes. El tiempo le alcanza para todo, para su hija, su trabajo, su esposo, incluso, para su mascota.

Mery Laura Hernández es una diseñadora gráfica cartagenera. Común y corriente, pero con un talento que la hace especial y una personalidad encantadora. Tiene unas manos prodigiosas con las que no solo delinea trazos sobre papel y cartulinas sino que también bosqueja sus sueños y los de su familia.

Con su look moderno y descomplicado aparenta ser una mujer liberada, pero resulta que es un ama de casa, enamorada de su familia y que a sus 33 años guarda en su interior a una niña dulce y tímida que al hablar refleja madurez.

Es apasionada por el cómic y los superhéroes. Maneja todas las técnicas de pintura, desde lápices de colores hasta acuarelas, óleos y acrílicos. Gracias a esto hoy es una gran ilustradora y aunque su nombre sea poco conocido, sus dibujos viajan de Cartagena a toda Colombia, a otros lugares de Latinoamérica y se encuentran en librerías y supermercados. Hace ilustraciones para una reconocida marca de libros y cuadernos del país.

Talentosa desde pequeña

“Desde pequeña me gustó eso. Empecé como todos los niños, rayando las paredes de la casa, los libros de mi mamá. Donde podía pintar ahí lo hacía y mis papás al ver eso empezaron a apoyarme, me compraban colores, pinturas y me regalaban todos los materiales para que dejara de pintar en las paredes y lo hiciera en papel. En las clases de artística siempre me destaqué mucho. Recuerdo que hasta monté mi propio negocio de pintura y le vendía ilustraciones de los ‘muñequitos’ que estaban de moda a mis amigos del colegio”, dice.

Al terminar el bachillerato, decidió estudiar diseño gráfico, aunque también le llamaba la atención el diseño de modas. Está segura de que eligió la profesión correcta y con la que complementa su pasión, pues esas ilustraciones que hacía por hobby le dieron un toque distinto a sus trabajos y su nombre empezó a sonar por los pasillos de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y por varias agencias de la ciudad.

“En la universidad nadie sabía que yo pintaba. Un día hice un trabajo con ilustraciones y la profesora me dijo que desde ese momento a todos los diseños les debía poner mis ilustraciones, que eso era lo que me iba a marcar y así lo hice. La gente empezó a conocerme por eso”.

Mery Laura es una trabajadora independiente. Su casa es su oficina y desde allí se esfuerza en combinar su obligación como profesional y las tareas de su hogar. A las 5:30 de la mañana se pone en pie para mandar a su hija al colegio, despedir a su esposo y sumergirse en un mundo en el que la infancia y los “muñequitos” son los protagonistas. Ella, en ese momento, solo intenta ser una niña más para dejar volar su imaginación.

“Desde que nació Julieta (su hija) me volví un ocho. Me empecé a enredar. Yo era súper rápida, tenía una velocidad increíble, hacía las ilustraciones en abrir y cerrar de ojos, ahora no me rinde el tiempo como antes pero busqué en internet una forma de organizar la agenda y encontré cosas chéveres. Nada más necesito un cuaderno y un bolígrafo. Así organizo todo lo que debo hacer en el año, en el mes y en el día a día”.

Su sueño: ser una gran ilustradora. Pero... ¿en qué momento se sentiría realizada profesionalmente? Se inclina hacia un lado y saca un libro con sus dos manos: “Me encantaría que en uno de estos dijera Mery Laura. Con eso lloraría. Sé que hay muy buenos ilustradores en el mundo y algunos están escondidos, que los que aparecen aquí no son los únicos buenos, pero sí me gustaría ver mi nombre estampado en uno de estos libros que tanto me encantan”.

Su otra meta, y no menos importante, es tener su propia empresa. “Uno de mis sueños era que mis ilustraciones salieran en cuadernos y eso ya lo logré. Cuando vi mis dibujos ya impresos en los libros y cuadernos por primera vez fue una emoción que no puedo explicar. Recuerdo que los vi en un centro comercial, estaban todas las niñas escogiendo sus cuadernos. Fue hace cinco años”, cuenta mientras mira algunas de las agendas que conserva como recuerdo y en las que esparce su imaginación de manera anónima.

A las cuatro de la tarde le suena la campana. Debe dejar de trabajar para recibir a su hija, una pequeña de tres años que muestra en una acuarela, en vez de una fotografía. Cuenta las horas para estar reunida con Julieta y con su esposo, y espera con ansias un nuevo día para volver a ser niña.

Se ha producido un error al procesar la plantilla.
Invocation of method 'get' in  class [Ljava.lang.String; threw exception java.lang.ArrayIndexOutOfBoundsException at VM_global_iter.vm[line 2204, column 56]
1##----TEMPLATE-EU-01-V-LDJSON----
 
2   
 
3#printArticleJsonLd()
 

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS