Antes de que llegara el coronavirus a hacer parte de nuestra cotidianidad el uso de tapabocas y mascarillas, era casi que exclusivo del personal de la salud y de pacientes enfermos, así como de personas que por la naturaleza de su trabajo se veían obligadas a usarlos durante el desarrollo de su actividad.
En la misma medida, los tapabocas desechables tenían un costo hasta de $500 pesos y al comprarlos por mayor cantidad un número de 10 mascarillas podía costar $2.800, un precio que hoy puede estar costando un solo tapabocas de la gama más ‘simple’, entre todos los nuevos modelos que han surgido.
Lo cierto es que la pandemia ha modificado muchas cosas y una de esas ha sido los hábitos de consumo.
Según estudios realizados por la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), desde que comenzó la cuarentena, entre finales de marzo y principios de abril, se evidenció un aumento en la inclusión de elementos de limpieza y cuidado personal en la canasta familiar, y de la misma manera ha aumentado la participación de las droguerías en el total de las ventas y la facturación que se realiza mensualmente.
Puntualmente, un estudio de la compañía Nielsen Colombia reveló que el aumento en el consumo de productos de droguería en el país ha sido del 45%.
De acuerdo a las cifras de la red Coopidrogas, la tendencia de consumo se ha inclinado hacia los antibacteriales, que han aumentado su consumo hasta en un 1.086%, los jabones líquidos (609%) y el alcohol (74%).
Sin embargo, así como se ha disparado el consumo también se han disparado los precios, y el caso más evidente es el del tapabocas, que ya fue expuesto anteriormente. Por el uso de tapabocas desechables, una familia podía estar gastándose hasta más de cien mil pesos al mes, teniendo en cuenta su periodo de uso.
Fue por este motivo, quizás, que los cartageneros comenzaron a optar por la fabricación o la compra de tapabocas de tela que pudieran ser lavables y así realizar una sola inversión. Es así como hoy en día tanto en droguerías como en almacenes de moda y hasta en las calles pueden encontrarse todo tipo de tapabocas, con variedad de estilos y formas, que son adquiridos por las familias como cumplimiento a las medidas.
De esta manera pueden encontrase tapabocas sencillos, desechables, por 2 mil pesos, y otros más elaborados que pueden oscilar entre los $10 mil y los $20 mil; e incluso tapabocas de marcas de famosas casas de moda que los venden por un precio muy superior.
Lo mismo sucede con las caretas de plástico, que de igual forma han sido usadas por los cartageneros en medio de la pandemia para protegerse. Según el proveedor su precio también puede variar, pero en general figuran sobre los $10 mil.
A esto se añaden los geles antibacteriales y alcoholes en diferentes presentaciones, que ya son un imperativo en el hogar, y también otros elementos, como guantes, que son usados por quienes lo necesitan o desean protegerse aún más.
Sin embargo, esta alta demanda también ha provocado cierta escasez en algunos almacenes, como sucedió con los tapabocas al inicio de la pandemia, que prácticamente comenzaron a venderse como pan caliente una vez el coronavirus pisó suelo cartagenero.
A todos estos gastos se les suma uno adicional y son los domicilios, que han aumentado más de un 200% por razón del confinamiento y también representan un dinero adicional al que se solía pagar por la compra de algún artículo en particular.
En general, la pandemia ha obligado a priorizar en ciertos gastos y elementos que antes eran inimaginables contemplarlos como parte de la cotidianidad, pero que ahora cada cartagenero se ve obligado a suplir en orden de acatar todas las medidas sanitarias sugeridas por las autoridades, para así prevenir la propagación del coronavirus.
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