“El libro es algo casual. Tú vas pasando por aquí y de repente te enamoras de una obra literaria que ves y la compras. Por eso pedimos abrir, necesitamos hacerlo”. Esas son las palabras de Alexander, un librero con más de 20 años en el oficio y quien lleva casi cuatro meses sin trabajar por la pandemia.
Afirma que la venta de libros a domicilios es muy escasa, y a principios de la cuarentena se siguió con la venta de los textos escolares por este medio. Pero ya la temporada pasó y la situación ya es muy oscura para los 29 libreros del Parque del Centenario.
La última vez que a los libreros les tocó dejar de trabajar por un período similar fue el año pasado, cuando se anunciaron labores de mantenimiento para el parque; sin embargo fueron tres meses en los que fueron indemnizados por el Distrito, cosa que dicen que no ha pasado en este tiempo, por lo que piden abrir sus puestas ya habiendo sido capacitados en bioseguridad por la misma Gerencia de Espacio Público, en una jornada que se hizo con los libreros vía videoconferencia.
“Nosotros pensamos en abrir nada más este pasillo y vender los libros a través de las rejas, porque de por sí nuestros puestos cumplen con el distanciamiento”, afirma Alexander. “Uno no entiende entonces cómo sectores como el mercado de Bazurto, que es un foco de contagio, sí pueden tener su piloto de apertura y nosotros no”, agrega.
Cuando el pico y cédula se los permite, algunos libreros van a ‘darle vueltecita’ a su puesto y de paso a desinfectar sus vitrinas. Son conscientes de los riesgos que hay con la propagación del virus y por eso se empeñan en usar tapabocas y en tener a la mano alcohol y desinfectante para evitar contagiarse. De igual manera, libreros mayores de 70 años han evitado regresar al Centro.
“Nosotros fuimos los primeros en el Centro que cerramos y parece ser que seremos los últimos que abriremos. Las otras librerías están abiertas porque el presidente ya les dio permiso”, puntualiza.
Efectivamente el presidente Iván Duque autorizó la apertura de las librerías y papelerías en Colombia desde hace más de un mes, el 11 de mayo, pero los libreros al encontrarse dentro del parque no han podido abrir porque como tal este sector aún permanece restringido.
Ante la soledad en la que ha estado el Parque del Centenario, y las lluvias que por las últimas semanas han caído sobre la ciudad, algunos puestos de los libreros se han deteriorado, principalmente en los techos que se han roto por la fuerza de las lluvias.
“A mi puesto todo el techo se le voló, pero la verdad es que nos tienen ignorados, porque hemos metido cartas y de cuanta cosa pero no hemos tenido respuestas sobre apertura o sobre ayudas, aunque ya no nosotros no queremos mercados sino trabajar, porque tenemos otras cosas que pagar, arriendo, servicios y más”, dice William, otro librero que tampoco ha percibido ayudas de los programas del Gobierno nacional.
Según los libreros, en temporada escolar se podrían ganar hasta 300 mil pesos diarios, y luego que esta se terminaba llegaban a ganar entre 50 mil a 100 mil pesos, teniendo en cuenta que aparte de los libros también vendían artesanías al turismo, que por la pandemia, ha sido nulo.
“A nosotros las editoriales nos quieren acabar, ya la gente no quiere comprar de segunda, por eso muchos compañeros también se han metido a vender artesanías y eso, que es algo que no se ha podido vender en este tiempo”, dice Alexander.
Por el momento esperan una respuesta concreta sobre cuándo podrán regresar a sus labores, los libreros siguen desinfectando sus puestos e intentando ser escuchados para poder conciliar y regresar formalmente a su trabajo, en tiempos confusos donde los libros son un escape en medio del encierro.
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