Más de 2 mil fallecidos en poco más de un año conviviendo con el COVID-19, esa es la realidad que hoy presenta Cartagena tras superar esta barrera la semana pasada.
Las estadísticas del Instituto Nacional de Salud (INS), dan cuenta de que la letalidad del virus en estos momentos se sitúa en 1,71 y que los mayores afectados han sido las personas entre 60 y 69 años, que componen el 23% del total de fallecidos en la ciudad.
Así mismo, los hombres se han visto más afectados que las mujeres con un 58,2% del total de muertes registradas.
Con estos indicadores, Cartagena pasa al ligero grupo de capitales con más de 2 mil muertes, del cual también hacen parte ciudades como Cúcuta y Bucaramanga, que aún no llegan a las 3 mil; Barranquilla, por encima de las 5 mil; Cali, sobre las 6 mil; Medellín, que tiene más de 8 mil; y Bogotá que ronda las 26 mil muertes por COVID-19.
De las muertes reportadas en La Heroica, 813 ocurrieron en 2020, mientras que el resto ocurrieron en los siete meses que van del 2021, lo que da cuenta del aumento de la letalidad durante la segunda y tercera ola del virus.
Al respecto, el doctor Rubén Sabogal, representante de la Mesa por la Salud de Cartagena y Bolívar, dio sus apreciaciones por el hecho de que la ciudad alcanzara este número de muertes.
“Esta cifra no es despreciable para la población que tenemos en Cartagena, 2 mil fallecidos por una enfermedad viral como lo es el COVID-19 en una ciudad de un millón de habitantes es un número bastante alto. Infortunadamente hay condiciones que son muy preocupantes y que aún persisten en la comunidad, esta cifra no es para subestimar ni minimizar y hay que tener presente que el COVID-19 va a seguir”, afirmó.
Sabogal asegura que por ello es necesario que los cartageneros no ignoren las medidas de bioseguridad y sigan cuidándose para así disminuir la transmisibilidad del virus, y por ende, los casos graves que puedan terminar en muertes.
De hecho, es de destacar que las últimas semanas la ocupación en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de la ciudad ha caído por debajo del 70%, presentado una mejoría en comparación al punto más álgido de la tercera ola de contagios en la que incluso se llegó a estar por encima del 95% de ocupación.
“Al disminuir la velocidad de contagio necesariamente disminuye la asistencia al hospital, más o menos se dice que un 20% de personas que se contagian de COVID-19 va a requerir atención hospitalaria, y de este porcentaje más o menos el 5% requiere cuidados intensivos”, detalló Sabogal.
Por otra parte el médico destacó los avances en la vacunación de la población, que también ha aportado a que más personas se recuperen del COVID-19 una vez se contagian.
“La propuesta de inmunización que se hizo trajo un beneficio y hay que reconocerlo públicamente. En las comunidades que han recibido la vacuna se ha podido notar la disminución tanto de los contagios como de la mortalidad. Tristemente muchas personas dudan de la vacuna aunque es el único recurso que tenemos”, aseguró.
Sabogal anotó que probablemente seguimos distantes de la anhelada inmunidad de rebaño pero que “poco a poco se va llegando al umbral para garantizar la protección de la población”.
“Aquí la única posibilidad que cabe es la responsabilidad individual, no hay otro truco, no hay otra estrategia, no hay actitud sino la responsabilidad individual”, puntualizó.
Si bien se ha registrado un descenso en la ocupación UCI, el doctor Sabogal no descartó una cuarta ola de contagios de COVID-19, tal como ya ha sucedido en otros países. Esto, por cuenta de la apertura de cada vez más sectores económicos y también por el relajamiento social en torno a las medidas de bioseguridad.
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