Suena paradójico que en medio la zona industrial de Mamonal, donde hay tantas empresas que jalonan el desarrollo económico de Cartagena, existan lugares donde la pobreza siga siendo la constante de todos los días. Villa Hermosa es uno de ellos.
Video: Villa Hermosa, el barrio de Cartagena que pide una vida digna
Cuentan los habitantes que este barrio se formó hace 22 años, más exactamente el 24 de junio del 2000, cuando familias desplazadas de la misma Cartagena y otros lugares del país invadieron el terreno que hoy ocupan huyendo de la violencia y en búsqueda de una vivienda propia.
De hecho, el nombre de Villa Hermosa vino después, pues los primeros habitantes bautizaron el barrio como “Bill Clinton”, teniendo en cuenta que el entonces presidente de Estados Unidos, visitó Cartagena en ese mismo año.

Sin embargo, eventualmente el nombre cambió a Villa Hermosa, con el sueño de que en algún momento ese terreno se convirtiera en un sitio digno para vivir.
Esa es la lucha que aún tienen quienes hoy habitan en ese barrio, que a diario sortean la pobreza, las calles sin pavimentar, la deficiencia en el transporte público y la ausencia de gas natural para intentar sobrevivir.
Juana De Arco, una de las habitantes, afirma que muchos se sienten olvidados por el Estado por estas precarias condiciones. “La vida en Villa Hermosa es triste. Los muchachos día a día tienen que ver cómo hacen para buscar la alimentación. Muchos son mototaxis, recicladores y a diario buscan para sobrevivir, porque el Estado nos ha abandonado completamente”, dice.
Escasez de oportunidades
En Villa Hermosa la mayoría de las personas viven del rebusque. Hay vendedores de todo tipo que salen por las mañanas y regresan en las tardes con el sustento diario. Y si bien esta es la costumbre, para muchos es injusta esta realidad, teniendo en cuenta que están rodeados de empresas con capacidad de fomentar empleo.

“Nosotros no deberíamos vivir en esta situación (...) Queremos que ellos se pongan la mano en el corazón y nos ayuden, que así como ellos como empresas están recibiendo beneficios, nosotros como seres humanos también necesitamos que nos beneficien”, dice María Arnelsa Chamorro, habitante de Villa Hermosa.
Es por esto que muchos se ven obligados a sucumbir al rebusque, ante la falta de oportunidades para acceder a un empleo formal.
Sin gas natural
Luz Neira Morelo, otra habitante de este barrio, asegura que en cuanto a servicios públicos, la comunidad solo tiene una deuda pendiente: el gas natural, ya que recientemente les fueron instaladas las redes de acueducto y alcantarillado.
“El alcalde William Dau prometió a Villa Hermosa el gas y queremos que nos haga efectiva esa promesa. Queremos que los entes gubernamentales reconozcan a nuestra comunidad de Villa Hermosa y miren la pobreza que hoy se vive”, afirma.
Es por esto que hoy en día, las familias en Villa Hermosa tienen que cocinar con leña.

Entre el polvo
En Villa Hermosa hay siete sectores: El Carmen, La Unión, 24 de Junio, Central 1, Central 2, Nueva Jerusalén y Villa Valentina. A pesar de esto, apenas dos calles están pavimentadas y las obras solo se pudieron lograr por iniciativa de la misma comunidad.
De resto, los habitantes están condenados a vivir entre el polvo cuando es verano, y entre el barro cuando llegan las lluvias.

“Villa Hermosa tiene siete calles intransitables. Los niños para que vayan a la escuela, es horrible. Esas son las problemáticas de Villa Hermosa: la pobreza extrema, las calles intransitables, no tenemos vía de acceso ni gas natural”, dice Luz Neira.
La falta de transporte
A todo lo anterior se suman las dificultades que tiene la comunidad para conseguir transporte, pues no cuentan con ninguna ruta. Para poder acceder al transporte público se ven obligados a salir a los barrios de Arroz Barato o Nelson Mandela, mientras que una moto les cobra hasta $10 mil por una carrera hasta el mercado de Bazurto.

“Yo para coger la buseta tengo que salir hasta Nelson Mandela y a veces uno tiene miedo porque a más de uno lo han atracado”, cuenta Sirleidis Ortega, otra habitante de Villa Hermosa, que también hace alusión a la problemática de inseguridad que se vive allí.
Educación, lo más necesario
Si bien es cierto que la inversión en vías, vivienda y empleo es urgente para un barrio como Villa Hermosa, en la comunidad coinciden en que las desigualdades que hay en la educación truncan los sueños de muchos jóvenes para salir adelante y mejorar su calidad de vida.
“En Villa Hermosa existen dos escuelas: Juan Bautista Scalabrini y el Colegio Metropolitano, pero solamente tenemos hasta el grado 9°. Luego, los jóvenes tienen que emigrar para hacer 10° y 11° en las escuelas que asigne la Secretaría de Educación, pero existe algo muy grave y son las barreras invisibles. Muchos chicos se quedan sin estudiar porque no pueden pasar ni a Nelson Mandela ni a Arroz Barato por ese gremio de pandillas que todavía los está afectando. Hay muchos niños desescolarizados”, advierte Ludis Rudas, representante de la Fundación Hijos de María en Villa Hermosa.

Es por esto que le piden al Distrito mayor atención a la primera infancia y a los jóvenes de este barrio, con el fin de que sean ellos los que rompan los cordones de pobreza que hoy enfrenta esta comunidad. “Lo que necesitamos es educación porque con educación se erradica la pobreza y se consigue el trabajo”, puntualizó.
El llamado de la comunidad al Distrito es que realmente les presten atención y les ayuden a dignificar su calidad de vida solucionando las carencias que tienen, de tal manera que algún día puedan convertirse realmente en una villa hermosa.