Cerca de 880 kilómetros por hora es el promedio de la velocidad crucero de un avión en el cielo. Casi tres veces el récord de celeridad máxima en Fórmula 1 alcanzado por el finlandés Valtteri Bottas en 2016 en Bakú. Que un vehículo aéreo sea tan veloz está tan normalizado que, más allá de alguno que otro pasajero asustado, la mayoría duerme plácidamente sin sentir sobresaltos en su vuelo.
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Algo similar sucedió hace unas horas, exactamente a la 1:54 de la mañana, mientras muchos colombianos dormían, el planeta Tierra alcanzó alrededor de 110.700 kilómetros por hora, su velocidad máxima. ¿A qué se debe?
El fenómeno se presenta cada cuatro de enero cuando la Tierra cruza su perihelio, el punto más cercano al Sol en su órbita alrededor de él, lo que se conoce como Traslación. Unos 147 millones de kilómetros del astro. Su entendimiento se dio gracias al astrónomo Johannes Kepler, quien se dio cuenta de que la línea que conecta a los planetas y al Sol abarca igual área en igual lapso de tiempo. Esto significa que cuando los planetas están cerca del Sol en su órbita, se mueven más rápidamente que cuando están más lejos.

¿En qué consiste?
Según Kepler la velocidad orbital de un planeta será menor, a mayor distancia del Sol, y a distancias menores la velocidad orbital será mayor. La distancia media del Sol es en promedio de 150 millones de kilómetros.
Nuestro planeta gira en torno al Sol, describiendo una órbita elíptica de 930 millones de kilómetros, a una velocidad media de 107.280 kilómetros por hora, lo que supone recorrer la distancia en 365 días y casi 6 horas, de ahí que cada cuatro años se cuente uno bisiesto. No obstante, con respecto a la segunda ley de Kepler, esa velocidad de traslación varía, aumentando hasta ser máxima en el perihelio, la mayor cercanía al sol, con 110.700 kilómetros por hora, y reduciéndose hasta ser mínima en el afelio, punto orbital más lejano al Sol, con 103.536 kilómetros por hora, más de 7.000 kilómetros por hora de diferencia.
Impacto en la vida terrestre
José Gregorio Portilla, profesor de Astronomía de la Universidad Nacional de Colombia, precisa que el evento es más un asunto de curiosidad. “Que yo sepa, ninguna institución científica aprovecha este instante para observar algo o experimentar alguna cosa. Ni que haya efectos climáticos extraordinarios”.
Los científicos indican que el aumento de la velocidad planetaria es imperceptible para los seres vivos que habitan la Tierra. La luz solar reflejada sobre la Tierra es un 7 % más intensa que en el afelio. “Este fenómeno también provoca que las estaciones actuales (el invierno en el hemisferio norte y el verano en el sur) tengan una duración 4.7 días menor que las estaciones que ocurren en julio, durante el afelio”, según National Geographic.
En un lenguaje más próximo, esta variación climática se relaciona con que el fenómeno sea más perceptible en países del norte, donde el invierno provoca las temperaturas más bajas del año a pesar de que la distancia respecto al Sol es mínima, mientras que el verano trae consigo olas de calor que coinciden con el afelio.
Relación con un avión desaparecido
El profesor Portilla expone que: “como la Tierra es un cuerpo extendido (esto es, que tiene dimensiones), es apenas obvio que habrá un sitio sobre la superficie terrestre que estará, en ese instante, más próximo al Sol que todos los demás. Pues bien, un cálculo sencillo permite determinar que el “tropoperihelio” (si se me permite la utilización de esa palabra), entendido como el punto sobre la superficie terrestre que estará más próximo al Sol que cualquier otro punto sobre la superficie terrestre) en esta ocasión (pues es diferente año tras año) será un sitio en el Océano Índico, entre Madagascar y Australia”.

Johannes Kepler, en 1609, fue la primera voz científica en sugerir que en lugar de círculos perfectos, las órbitas de los planetas alrededor del Sol son elipses que tienen a nuestra estrella más cercana en uno de sus focos. A partir de cálculos y observaciones sistemáticas, Kepler esbozó sus famosas tres leyes astronómicas que aún son material explicativo del movimiento planetario y orbital.
Gracias al astrónomo alemán hoy se define que la velocidad de traslación de la Tierra varía según su posición al girar alrededor del Sol.