Colombia


Las cuentas pendientes de ‘Popeye’ con la justicia

Las complicaciones en el estado de salud de Jhon Jairo Velázquez, alias ‘Popeye’, no permitirían que el exjefe de sicarios de Pablo Escobar cumpla con otras condenas que tiene pendientes.

COLPRENSA

09 de enero de 2020 07:01 PM

En las últimas horas se conoció de la gravedad del estado de salud de Jhon Jairo Velásquez Vásquez, alias ‘Popeye’, quien durante años fue el jefe de sicarios de Pablo Escobar.

El Instituto Nacional de Cancerología emitió un comunicado en el que afirma que ‘Popeye’ ha estado hospitalizado en sus instalaciones desde el pasado 31 de diciembre y, aunque mantienen bajo reserva las condiciones de salud en las que se encuentra debido a que Velázquez no ha dado autorización de hacer público su estado, a través de medios de comunicación trascendió que sufre de cáncer de esófago en fase terminal, con metástasis a hígado y pulmones.

“Cualquier información adicional hace parte de la reserva de confidencialidad teniendo en cuenta que todos sus datos y documentos están protegidos por el derecho a la intimidad”, dice el documento del Instituto que, además, reiteró que debe garantizar la misma reserva ante terceros que no están facultados para acceder a dicha información.

La grave situación de salud de ‘Popeye’ podría dejar en el limbo algunas ‘cuentas’ que tiene con la justicia.

Entre cuentas pendientes del sicario está que en mayo de 2018 la Fiscalía lo llamó ante los estrados judiciales por los delitos de instigación a delinquir, al terrorismo, ocultamiento de pruebas y amenazas.

Esto porque el exjefe de sicarios del Cartel de Medellín profirió a través de su cuenta personal trinos amenazantes contra los seguidores del entonces candidato presidencial Gustavo Petro.

En este caso, la denuncia sobre los trinos fue interpuesta por el senador del Polo Democrático, Iván Cepeda. “La denuncia fue interpuesta tras las amenazas dirigidas por Velásquez, a través de su cuenta de Twitter @Popeye-leyenda, a las personas que apoyaron el SI en el plebiscito de la paz y a quienes apoyan al hoy candidato a la Presidencia de la República Gustavo Petro”, dijo el documento en su momento.

Aunada a esta investigación, en el expediente judicial de ‘Popeye’ también reposa que este seguía relacionado con la mafia y que, además, había montado varias oficinas de cobro de extorsiones en Medellín, desde donde amedrentaba a la comunidad.

El ente acusador recalcó que desde 2017, cuando ‘Popeye’ fue sorprendido en la fiesta de cumpleaños de alias ‘Tom’, cabecilla de la peligrosa banda de los ‘Chatas’, adelantaban investigaciones para conseguir la orden de captura en su contra.

En su momento, Claudia Carrasquilla, directora de la Unidad contra el Crimen Organizado de la Fiscalía, explicó que a ‘Popeye’, por estos hechos, le imputarían cargos por concierto para delinquir, extorsión, instigación al delito y hasta terrorismo.

Su actual prontuario

De acuerdo con el Inpec, ‘Popeye’ está registrado como recluso de La Tramacúa, la cárcel de máxima seguridad ubicada en Valledupar. El hombre fue trasladado a dicho centro penitenciario, en mayo de 2018, luego de que la Fiscalía impusiera medida de aseguramiento por el magnicidio de Guillermo Cano.

La medida se tomó ante la presencia de nuevos testimonios de confesos integrantes y colaboradores del extinto Cartel de Medellín y otra evidencia recopilada en el marco de las investigaciones que se adelantan por el homicidio del periodista, ocurrido el 17 de diciembre de 1986, en el occidente de Bogotá.

En ese entonces, la Fiscalía señaló que ‘Popeye’ hizo parte del denominado brazo armado de la estructura de Escobar y, al parecer, tuvieron conocimiento que habrían incidido en la planeación del atentado contra el entonces director del diario El Espectador.

De acuerdo con el ente acusador, sobre ‘Popeye’ hay indicios que darían cuenta de su participación en una reunión en la que los cabecillas del Cartel de Medellín, entre ello Escobar, concertaron atentar contra Cano, por sus publicaciones contra laorganización narcotraficante y definieron la forma y quiénes ejecutarían el crimen.

El oscuro pasado de ‘Popeye’

La mano derecha de uno de los narcos más poderosos de Colombia hizo su recorrido por este mundo en medio de las armas.

‘Popeye’, quien obtuvo ese remoquete desde cuando ingresó a la Armada Nacional para hacer curso de suboficial, es el mismo que sin el más mínimo remordimiento ha dicho varias veces a los medios de comunicac ión que asesinó de mano propia a más de 300 personas, incluida su propia esposa, además que ordenó la muerte de otras 3.000.

Siendo muy joven, Velásquez Vásquez ingresó al ejército de ladrones y sicarios del cartel de Medellín. Su sangre fría y la lealtad a su jefe le valieron ser considerado por Escobar como su jefe de sicarios, al punto de que tuvo bajo su mando alrededor de mil jóvenes de las comunas de Medellín.

En 1991, ‘Popeye’, Escobar y otros 20 de sus lugartenientes se sometieron a la justicia colombiana después de haber asesinado a decenas de policías, periodistas, jueces y magistrados, y tras el pago de millonarios sobornos hasta conseguir que la Asamblea Nacional Constituyente eliminara de nuestro ordenamiento jurídico la extradición a Estados Unidos.

Escobar y sus hombres se fugaron en junio del año siguiente de la cárcel La Catedral, que él mismo mandó construir a su antojo. Y aunque Ejército y Policía crearon ‘Bloques de Búsqueda’ para encontrar al capo y sus secuaces, alias ‘Popeye’ decidió someterse de nuevo a la justicia el 9 de octubre de 1992 en el municipio de Envigado.

Fue acusado entonces de más de diez procesos por terrorismo, narcotráfico, concierto para delinquir y homicidio agravado, hechos por los que fue condenado a 50 años de prisión.

Natural de Yarumal (Antioquia) y hoy con 58 años de edad, el exjefe de sicarios de Escobar ha pasado más de 25 años en prisión, de los cuales estuvo 12 en la cárcel de Cómbita, en Boyacá.

Sus declaraciones han sido claves en el esclarecimiento de muchos casos, como por ejemplo la condena a 60 años contra el exministro Alberto Santofimio Botero, señalado de determinador en el magnicidio del líder liberal Luis Carlos Galán Sarmiento.

Sin embargo, ‘Popeye’ ha confesado su participación en otros hechos -además del crimen de Galán-, por ejemplo en el secuestro del exprocurador General Carlos Mauro Hoyos; en los crímenes del coronel de la Policía Valdemar Franklin Quintero y el exgobernador de Antioquia Antonio Roldán Betancourt, y los secuestros de Maruja Pachón, Diana Turbay, Francisco Santos y Andrés Pastrana Arango, entre muchos otros.

También ha reconocido que ordenó poner más de 150 carros-bomba que causaron la muerte de cientos de personas en ciudades como Bogotá, Cali y Medellín, especialmente, así como la bomba en el Boeing 727 de Avianca que explotó en el aire en 1989, causando la muerte de 109 personas.

La salud de ‘Popeye’

¿Qué tan peligroso es el cáncer de esófago que sufre ‘Popeye’? Para Luis Eduardo Pino, oncólogo de la Fundación Santa Fe de Bogotá, el cáncer esofágico tiene como factores de riesgo la presencia de reflujo, la ingesta de comidas a una temperatura elevada y el consumo de alimentos con alto contenido de picante, colorantes o irritantes gástricos.

“Los síntomas de esta enfermedad, son reflujo, dolor en la boca del estómago, síntomas dispépticos, que son conocidos también como agrieras, esofagitis o inflamación del esófago, alteraciones en el tejido de esta zona y finalmente, la generación de una neoplasia o tumor maligno que puede extenderse y hacer metástasis en la zona del peritoneo, en los pulmones y el hígado”, aseguró Pino.

De acuerdo con el especialista, en un estado avanzado esta enfermedad puede desencadenar un deterioro en la nutrición del paciente, haciendo que este no pueda incluso, ingerir alimentos y pierda entre el 10 y el 20% de masa corporal. Esto, sin contar que los tumores ya no pueden ser tratados con quimioterapia, por ende, es necesario recurrir a cuidados paliativos.

Con respecto a la capacidad mental del paciente, el oncólogo afirmó que “este tipo de cáncer al ser tan agresivo, en especial en su última etapa, avanza muy rápidamente hacia el deterioro. Es cuestión de aproximadamente tres a seis meses para que se desarrolle la fase final”.

Por último, Pino acertó diciendo que con este panorama, difícilmente una persona tendrá capacidad para afrontar una vida normal.

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