“Colcha de retazos” es una propuesta de concierto animado con canciones originales para niños y niñas de la cantautora María Mulata, quien a través de una puesta en escena, que interactúa con elementos digitales como ilustración y animación, lleva al público infantil a volar a través de los ritmos, de las historias inmersas en cada canción que habla de leyendas y que tejen esa gran colcha de retazos que somos como País. Un concierto didáctico para conectar con el poder de la diversidad de Colombia y sus tradiciones.
“Nos llena de regocijo y orgullo esta bueno noticia y felicitamos a nuestra artista sangileña y a toda su familia por este gran logro, y deseamos que sea la gran ganadora en esta categoría”, manifestaron desde en Instituto de Cultura de San Gil. Lea aquí: Héctor Abad habló del ataque ruso que sufrió en Ucrania: “volveré”
Diana Constanza Hernández Álvarez, ‘María Mulata’, lleva sobre sus hombros el legado de las cantadoras colombianas. Su voz, amaestrada por la experiencia y su formación en canto lírico, es el instrumento que ha puesto a sonar lo mejor del folclor colombiano en importantes escenarios nacionales e internacionales. María Mulata es sin duda una cantante que representa la diversidad nacional. Su proyecto, sus cantos y composiciones son un recorrido por las diferentes regiones y culturas de Colombia.
Oriunda de San Gil y criada en Tunja, es fruto del amor entre dos músicos que ambientaron su infancia con vallenatos, porros, cumbias, guabinas y pasillos. A los cuatro años, junto a su hermano, empezó a cantar música andina. Después de protagonizar los principales festivales del género, se ganaron el gran premio Mono Núñez a los 19 años. A los 23 inició su proyecto musical como cantaora. Desde entonces ha dedicado su vida a María Mulata, un homenaje al folclor, que investiga y rescata todos los géneros de la música tradicional colombiana. Lea aquí: ‘El rey de la montaña’, la película sobre el ciclismo que tienes que ver
Su trabajo, que inició con ‘Itinerario de tambores’, recopilando el canto de seis cantaoras tradicionales, hoy está influenciado por los matices más valiosos de los géneros autóctonos disgregados por cada región. No en vano la interpretación de ‘Me duele el alma’, un fandango de lengua del Caribe colombiano le significó una Gaviota de Plata en el Festival Viña del Mar. Armada con la nostalgia de las regiones montañosas y la euforia de la música costera, recorrió Alemania, Francia, Bélgica, Italia, Portugal, Japón, Corea del Sur, Sudáfrica, Centroamérica, México, Estados Unidos, Canadá, Chile y Argentina cantándole al mundo los mejor de Colombia.
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