Cultural


Ida Vitale, el encanto de lo improbable

Es una de las más altas y decantadas voces de la poesía en habla castellana. Ida Vitale (Montevideo, 1923), hoy en Hay Festival Cartagena.

GUSTAVO TATIS GUERRA

02 de febrero de 2020 11:02 AM

El pájaro de papel que tiene en las manos Ida Vitale (Montevideo, 1923) captado por Daniel Mordzinski, no solo está a punto de volar, sino que vuela para siempre en esta foto, como su bella poesía. La belleza es premonitoria y nos lleva al reino de lo improbable. A sus 96 años es una conciencia y una sensibilidad iluminadora de Uruguay para el mundo y una de las cien mujeres inspiradoras del planeta, según la BBC. Está en Hay Festival Cartagena, con su palabra dorada, serena y la dulce sabiduría del humor que para ella es como un bálsamoi redentor de la existencia.

Ida es una mujer de memorias despiertas y metáforas que interpelan el amor y la muerte. En su casa de infancia en Montevideo, encontró la novela ‘Guerra y paz’ de Tolstoi, entre los libros de pedagogía de su tía que era maestra, y aquello fue como si le entregaran la llave de un reino infinito. La tía le dio una segunda llave: le dio a leer un diccionario y le pidió que cada día se aprendiera una sola palabra. Esa devoción por descubrir el significado de lo que le rodeaba, más allá de las palabras, la ha acompañado toda su vida. Esas palabras tienen para ella ‘su verano, su invierno, y tiempos de entretierra y estaciones de olvido’. Entrar a un libro suyo es emigrar al otro lado de las certezas. Ella que tuvo que salir del país bajo la dictadura, guardó en su memoria el perfume de las ausencias. ‘Todo es lugar de llanto, todo muerde su propia luz y gime’. Es una de las más fecundas poetas de habla castellana, cuya obra ha merecido el Premio Octavio Paz (2009), Premio Alfonso Reyes (2014) Premio Reina Sofía (2015), el Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca (2016), Premio Max Jacob (2017) y el Premio Cervantes (2018 ).

Los nombres de sus poermarios se parecen a ella misma: ‘La luz de esta memoria’ (1949), ‘Palabra dada’ (1953), ‘Cada uno en su noche’ (1960), ‘Oidor andante? (1972), ‘Jardín de Sílice’ (1980), ‘Sueños de la constancia’ (1984)Procura de lo imposible, 1988, ‘Serie del sinsonte’ (1992), ‘ Con Enrique Fierro, Paz por dos’ (1994), ‘Jardines imaginarios’ (1996), ‘De varia empresa’ 1998), ‘Un invierno equivocado’ (1999), ‘La luz de esta memoria (1999), ‘Reducción del infinito‘ ( 2002), ‘Trema’ (2005), ‘Sobrevida’ (Antología, Granada, 2016), ‘Mínimas de aguanieve’ (2016) y ‘Poesía reunida. Compilación y edición de Aurelio Major, Barcelona: Tusquets, 2017.

Junto a su obra poética, está su extraordinaria obra ensayística que abarca estudios literarios, biografías, interpretaciones y lecturas críticas, como ‘Arte simple’ (1937), ‘El ejemplo de Antonio Machado’ (1940), ‘Cervantes en nuestro tiempo’ (1947), ‘La poesía de Basso Maglio’ (1959), ‘Manuel Bandeira, Cecilia Meireles y Carlos Drummond de Andrade. Tres edades en la poesía brasileña actual’ (1963), ‘La poesía de Jorge de Lima’ (1963), ‘La poesía de Cecilia Meireles’ (1965), ‘Juana de Ibarbourou. Vida y obra’, (1968), entre otras. También la enriquece su curiosidad por otros universos como ‘Donde vuela el camaleón’ (1996), ‘De plantas y animales: acercamientos literarios’ (Paidós, 2003).

Su palabra nombra e interpreta, es un arte del sentir y del pensar el universo. En uno de sus versos dice: ‘De la memoria sólo sube un vago polvo y un perfume. ¿Acaso sea la poesía?’

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