Video: un aficionado intentó entrar con un caimán a un partido de Grandes Ligas

Una inusual y sorprendente historia tomó protagonismo en el mundo del béisbol durante un partido de las Grandes Ligas entre los Filis de Filadelfia y los Piratas de Pittsburgh en el Citizens Bank Park. Un aficionado apasionado por su equipo, Joie Henney, se convirtió en el centro de atención cuando intentó ingresar al estadio acompañado de un compañero muy peculiar: un caimán llamado Wally, con licencia de “animal de apoyo emocional”. Lea aquí: Caimanes de Barranquilla sueña en la Baseball Champions League

Joie Henney, un devoto seguidor de los Filis, denunció que las autoridades del estadio le impidieron el acceso con su inusual mascota, argumentando que Wally era un “animal de servicio”. El caimán estaba atado con una correa, como si se tratara de un perro, y llevaba un cartel que rezaba “animal de apoyo emocional”.

Según la biografía de Wally en TikTok, es un caimán de apoyo emocional con licencia, destinado a ayudar a Henney a combatir su depresión. En declaraciones a SportsRadio 94 WIP, Henney compartió: “A Wally le gusta dar abrazos. Me acostaba en el sofá, me despertaba y él estaba acostado sobre mi cabeza. Y supe que se recostaba mucho tiempo, porque tenía toda la huella de su mandíbula en mi cara”.

Henney aseguró que encontró a Wally en un estanque de Disney World y que el caimán reside en su hogar, donde se alimenta a base de Cheetos y muslos de pollo. Además, destacó la inusual docilidad de su compañero reptil, afirmando: “Nunca he conocido un caimán que no te muerda. Si tonteas con su cabeza, su instinto es agarrarte. Él no lo hace. Puedes meter la mano y frotarle la lengua. Se niega a cerrar la boca. No sabemos por qué”. Lea aquí: Hora y canal para la pelea entre Canelo Álvarez y Jermell Charlo

Aunque la historia de Joie Henney y su caimán haya causado asombro, las reglas del estadio prevalecieron, y Wally no pudo disfrutar del partido en el Citizens Bank Park. Sin embargo, este singular episodio sin duda dejará una huella imborrable en la memoria de los aficionados al béisbol y sus seguidores.