Contaduría, una herramienta
indispensable para toda la vida

Para evitar que sus finanzas personales se le salgan de las manos, basta con seguir unas pocas indicaciones que aquí le entregamos.

Manejar bien el dinero requiere de menos matemáticas de las que usted esperaría. Sumar, restar, multiplicar y dividir son solo algunos de los elementos que necesita para hacer un presupuesto, el resto son: el sentido común para identificar qué es lo más vital, la voluntad para organizar los gastos de acuerdo con ese criterio y algo de suspicacia frente a las promesas de las instituciones financieras, pues no todas sus ofertas le convienen a su bolsillo.

Antes de pedir crédito

“Los bancos manejan nuestro dinero, generando intereses muy bajos por mantener nuestros ahorros, pero ofreciendo servicios como tarjetas y créditos que nos cobran intereses bastante altos y llevan nuestros asuntos financieros hacia un balance negativo”, afirma Javier Ahumada Medina, abogado y profesional en contaduría pública. Como él señala, los bancos retiran una cierta cantidad de las cuentas de ahorro (el llamado cuatro por mil) y los Certificados de Depósito a Término (CDT) apenas rinden entre un 0,25 % y 5 % anual en comparación con el 25 % anual que exigen los bancos por todo tipo de préstamos.

Un error crediticio muy común, según Ahumada, es “diferir los pagos en varias cuotas pensando que por ser bajas son mejores para nuestras finanzas, pero en realidad es más perjudicial, porque nos afecta en nuestros ingresos por muchos meses y favorece al sistema financiero. Lo mejor es diferir los pagos en las menores cuotas posibles, de acuerdo con los ingresos propios”.

Es comprensible que usted desee generar dinero extra a través de negocios pequeños (como ventas de ropa, comidas rápidas o calzado) y que le pida algo prestado al banco para impulsar estas iniciativas, pero ellas “solo tienden a generar utilidades a corto plazo y no acaban de pagar los créditos de libre inversión que la gente pide para financiarlas”, explica Javier Ahumada. Recuerde que un crédito significa endeudarse y retribuir con intereses. Es imprudente solicitarlos si usted no tiene esa capacidad de pago e ingresos estables y asegurados.

Ahorre

Lo mínimo que puede hacer con sus ahorros es guardarlos en físico e imponerse un régimen de depósito mensual estricto. Si desea conseguir un poco más, puede abrir un CDT, donde al menos no le restarán dinero. Otra opción es invertir en una fiducia a través de un banco, lo que también genera un margen de rentabilidad pequeño y ofrece mayor flexibilidad a la hora de hacer retiros que un CDT. Este solo permite retirar semestralmente, mientras que una fiducia, por lo general, solo impone restricciones durante las noches y los fines de semana.

La cantidad mínima que debería ahorrar dependerá de sus ingresos. No todas las personas tienen la capacidad de guardar un monto grande, pero si su salario y sus gastos se lo permiten, tenga en cuenta la llamada “Ley 50/30/20”: 50 % del sueldo para los gastos necesarios, 30 % para los gastos personales y 20 % para el ahorro. Si sus ganancias no le dan por alguna u otra razón, puede disminuir el porcentaje de ahorro hasta un 10 %, pero lo importante es que intente cumplir con su meta todos los meses.

Haga un presupuesto y socialícelo

La citada “ley” es sólo una posible guía. A la hora de hacer gastos, es preferible calcular cuánto es lo que necesita para su manutención y cuánto es lo que realmente le queda para el entretenimiento. Si se presenta el caso de que, por ejemplo, necesita que su círculo familiar haga reajustes financieros, asegúrese de imponer medidas que sean claras, necesarias, nacidas de común acuerdo y dejen un margen de ahorro aceptable.

“El presupuesto familiar descansa sobre dos principios: la supervivencia y el deseo de superación. La primera consiste en mantener un balance monetario saludable y lograr la consecución de nuevas metas financieras. La segunda requiere que los recursos extras sean multiplicados logrando inversiones, como préstamos a buenas tasas. A su vez, estos principios dependen de cinco conceptos: ingresos básicos, gastos básicos, ingresos adicionales, gastos adicionales y rentabilidad sobre inversiones”, explica Margarita Contreras Cuentas, contadora pública y docente.

Los ingresos básicos se corresponden con los salarios. Los gastos básicos son aquellas necesidades como los servicios públicos y los productos de la canasta familiar. Los ingresos adicionales provienen de esfuerzos laborales extra o subsidios. Los gastos adicionales son el entretenimiento y otras satisfacciones personales. Por último, la rentabilidad sobre inversiones proviene, según Contreras, de “convertir el ahorro en una inversión y no solo en la acumulación estática del dinero”.

Cómo llevar las cuentas
“Lápiz y papel, una hoja de Excel o “aplicaciones reconocidas como Fintonic, Screenshot, Wallet, Toshl, Finance Monee, Spendee, Gastos Diarios 3, Money Wiz pueden ser muy útiles”, afirma Margarita Contreras. Tanto ella como el contador Javier Ahumada concuerdan en que lo más importante no es tanto el medio de cálculo como la diligencia para registrar adecuadamente todos los movimientos financieros que realiza en el día a día. Si tiene dudas y desea asegurarse de que lleva sus cuentas en orden, no dude en consultar a un contador de confianza.

Comentarios ()