Transporte fluvial, otra arista olvidada del comercio nacional

En el pasado, el agua dulce fue uno de los principales modos de transportarse a lo largo del país. Hoy, la industria fluvial de Colombia se ha rezagado.

Quienes hayan leído “El amor en los tiempos del cólera” se habrán encontrado con una escena que era muy común hasta comienzos del siglo de pasado: un grupo considerable de pasajeros tomando un barco de vapor que los lleva a lo largo del río Magdalena. Hoy en día, es poco probable ver algo así; no sólo porque esas embarcaciones ya no existen, sino porque las vías fluviales ya no “movilizan” la economía y la vida de los principales centros urbanos del país. (Lea aquÍ: Se necesita más de un billón de pesos para recuperar navegabilidad del Magdalena)

Desde la creación del Plan Maestro Fluvial (PMF) entre el 2013 y el 2015, los objetivos del Gobierno nacional han sido conectar a las áreas más remotas del país donde los ríos constituyen una vía de acceso importante (similar a lo que ocurre con las vías terciarias) y utilizar dichos corredores como forma de transportar materiales de carga por el territorio (complementando la función que ya tienen las vías primarias e incluso supliéndola).

Durante varios años, estas metas no se cumplieron a cabalidad y no fue sino hasta hace poco que el potencial de los ríos para la economía del país comenzó a materializarse.

El Plan Maestro Fluvial

Este documento, preparado en alianza con Países Bajos, reconoce que la navegación por los ríos tiene ventajas importantes en el mundo moderno, pues es “competitiva y limpia. Los costos por tonelada / kilómetro son menores en comparación con otros modos de transporte y la emisión de carbono es baja”. La Corporación Autónoma Regional del Río Grande de la Magdalena (Cormagdalena) y el Instituto Nacional de Vías (Invias) quedaron a cargo del manejo de la infraestructura de este sector. (Lea aquí: BID apoya estructuración técnica de la APP y definición del Plan Maestro Integral del río Magdalena)

El objetivo era crear un sistema de transporte (de pasajeros, mercancía y carga) “bien desarrollado y beneficioso para el desarrollo social, pues es la única forma de movilizarse en una gran parte del país”. Los ejes eran la creación de infraestructura e interconexiones adecuadas, aclarar o reorganizar la política institucional referente a la operación, promoción y financiamiento de la navegación en ríos.

El análisis presentado en el PMF identificó cinco cuencas navegables, conformadas por diferentes ríos y sus afluentes (las de Magdalena, Atrato, Orinoco, Amazonas y Pacífico) y otros cuerpos de agua utilizables para la navegación, como lagunas, embalses y represas. En otras palabras, el reporte concluyó que el país posee un alto potencial en materia fluvial.

A su vez, el PMF distinguió entre dos tipos de navegación: la “mayor”, que incluye todas las embarcaciones que soporten cargas de más de 25 toneladas, y la “menor”, que se utiliza principalmente para el transporte de pasajeros y el comercio a pequeña escala.

Hallazgos

Los estudios que llevaron a la creación del plan revelaron varios problemas en la infraestructura fluvial colombiana. “Con la excepción del río Magdalena, el estado general de los muelles y los embarcaderos es precario. Ante esto, se requiere un impulso sustancial para mejorar la calidad de la infraestructura fluvial”; esto es lo que se lee en sus páginas.

Otros problemas incluían la antigüedad y obsolescencia de buena parte de la flota de aguas dulces, la falta de presupuesto para el sector (no más de un 1 % del total nacional), los altos impuestos en comparación con los que se le asignan al transporte marítimo, la falta de capacitación para personal distinto a la tripulación y la carencia de promoción y aprovechamiento de esta modalidad en general: mientras que regiones como Brasil y la Unión Europea mueven un 6 % de su carga a través de los ríos, ese porcentaje en Colombia apenas alcanza el 1 %.

El panorama actual

En el 2018, representantes del sector naval se reunieron para hacer una serie de peticiones al Gobierno sobre los retos y problemas que atraviesa la navegación fluvial. En aquel entonces, afirmó que no existía una política clara y actualizada en materia de transporte, la infraestructura, flota, permisos, obras pendientes y demás. En general, se mostraban descontentos con la falta de atención y financiación para el sector.

Desde entonces, la situación ha mejorado un poco. “Vemos con agrado cómo la actitud del Gobierno ha comenzado a cambiar, pues ahora aprecia más el potencial competitivo del transporte multimodal. Esto se da en el marco del Consejo Nacional de Política Económica y Social República De Colombia (Conpes) 3982, donde se evidencia que el transporte fluvial ahorra costos hasta en un 50 %”, afirma Andrés Londoño Escobar, presidente de la Federación Nacional de Navieros (Fedenavi).

Por lo anterior, se esperan acciones en pro del desarrollo del sector fluvial que aportarían ventajas a la población y a la economía nacional.

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